Si hacemos una búsqueda rápida entre los modelos más vendidos de Kia el primero que aparece es el Sportage, incluso por encima de otros SUV más económicos como pueden ser el Niro o el Stonic. Un modelo que próximamente cambiará de diseño, por lo que es un buen momento para “apretar” al comercial en la búsqueda de un pequeño ahorro. Y para que vayas preparado al concesionario hemos realizado esta guía de compra analizándole al completo.
Un SUV muy original
Como comento en el vídeo, en muchas ocasiones nos llegan vuestros comentarios con quejas sobre que los coches actuales son demasiado parecidos entre ellos. Pues si eres de los que les gusta la distinción, este Sportage es un candidato ideal porque ha disfrutado hasta ahora de una estética muy personal ya no en su categoría, sino también dentro de su propia marca. Porque el nuevo ya se “acopla” más a lo visto en los últimos lanzamientos como el Sorento o el EV3.

En concreto nuestra unidad de pruebas contaba con el acabado intermedio Tech al que le han añadido el Pack Luxury (suma otros 1.700 euros) que añade elementos como el asistente de prevención de colisión en la parte trasera, el techo solar, el asistente de ángulo muerto (también con cámara en el panel de instrumentación), el sistema de aparcamiento remoto con llave o la cámara de visión 360 grados. El color de la carrocería es el “Blue Flame” (cuesta 529 euros) de los diez disponibles, pero en contra tiene que tanto la tapicería del Tech como las llantas de 18 pulgadas no se pueden cambiar, echando en falta algo más de personalización.
Aunque dentro de toda esa originalidad hay que decir que el puesto de mando, al menos para mí, no es tan distintivo como el alabado exterior, pero sí es muy tecnológico. Tanto el panel de instrumentación como la pantalla multimedia son de gran tamaño y comparten el mismo marco. La primera cambia su diseño dependiendo del modo de conducción escogido, ofreciendo unas gráficas modernas y claras. Lo único que me faltaría es un indicador de los kilovatios consumidos, dado que estaba conduciendo un híbrido enchufable y puede resultar importante para calcular su autonomía. Respecto a la de infoentretenimiento, se le ha querido dotar de una estética que recuerda los neones antiguos, siendo bastante fluida, con buenas cámaras de visión trasera, aunque le falta un asistente de voz más avanzado y que tanto el Apple CarPlay como el Android Auto pudieran conectarse sin cable.

Pero donde de verdad se aprecia su modernidad es en ese display bajo la pantalla multimedia. Con un solo toque puedes variar sus funciones, siendo muy útil para vaciar de botones esta zona, siendo la primera marca que lo colocó ahí pues antes esto se reserva solo para el volante, como por ejemplo en Land Rover. Lo único que podríamos achacarle es que conduciendo solo a veces es difícil acertar con el conmutador, haciendo que tengas que retirar la vista de la carretera bastante tiempo. Pero imagino que esto será falta de costumbre.
Sentado en sus butacas me doy cuenta de que ofrece una posición elevada bastante dominante, como buen SUV, a lo que suma una excelente visibilidad en todos los ángulos. Las de este acabado Tech en concreto, de tela y cuero, cuentan con una buena posadera para todo tipo de cuerpos y tienen un buen agarre lateral. Y justo ahí, y no al final de la consola central como suele ser habitual, se han colocado unos USB para los ocupantes de las plazas posteriores.

Hablando de estas últimas no creo que nadie se pueda quejar del espacio disponible. Empezando ya desde la apertura de las puertas, con un gran ángulo con el que será muy fácil colocar a los niños en sus asientos, pero luego también con la amplitud que ofrece una vez en su interior. Tanto que junto con el Tucson es uno de los SUV de referencia en este aspecto dentro de su segmento.
Esa accesibilidad también se ha trabajado en la boca que da acceso al maletero, ya que su distancia al suelo es de la menor entre los SUV medianos e incluso 2 cm más baja que en el citado Tucson. A partir de aquí dependerá su capacidad de la motorización que escojas, con un abanico entre los 526 y los 591 litros, siendo de 540 en el caso de mi unidad de pruebas con el motor híbrido enchufable y la tracción total.

Con un toque eléctrico y muy poderoso
Llega el momento de ponernos en marcha con nuestro Sportage. Como os he ido anunciado mi unidad de pruebas es la variante híbrida enchufable, que en su combinación de gasolina más electricidad consigue la nada desdeñable cifra de 265 CV. Pero en mi búsqueda de saber a cuánto alcanzaba la autonomía de su batería empiezo mi prueba con el modo eléctrico (también tiene auto e híbrido). Y aunque hay que decir que es bastante obediente y silencioso, en caso de detectar más demanda de tu parte en el acelerador está programado para pasar directamente al híbrido y así ofrecer mucha más fuerza en ese instante. Y te puedo asegurar que puede llegar a ser muy contundente en la entrega.
Al final de este primer test conseguí realizar 61 kilómetros, en mi mejor marca, con electricidad y fue un recorrido con bastantes kilómetros por circunvalación y algo de ciudad también. Creo que es una cifra correcta, pues al salir me marcaba 63 kilómetros con el 100% y ha homologado 66 km. Lo curioso es que, en el indicador, por norma general, tu siempre verás que le queda casi un cuarto a la batería, aunque te indique no dispones de más autonomía eléctrica. Cuando lo puse a cargar me di cuenta de que es como un 15%, que reserva para darte tramos sin emisiones en ciudad o la posibilidad de que funcionen ambos motores a la vez si necesitas más fuerza.

Por el tarado de sus suspensiones podríamos colocar a este Sportage entre los SUV que premian más la comodidad, aunque creo que el Tucson le gana por un poco en este aspecto. Gran rodador en autovías, para mí le sobra alguna vuelta de volante, mientras que la frenada cumple perfectamente. Ya en curvas es cuando notaremos que no es un coche ágil y es que sobrepasar los 1.900 kg es algo que lastra bastante en estas situaciones.
Me resultó curioso que dentro de los modos de conducción solo se le hayan configurado dos: Eco y Sport. Del primero podríamos decir que si hubieran puesto “Normal” tampoco hubiera cambiado mucho, pues apenas retiene al coche, mientras con el segundo podrás comprobar toda la “picante” que puede alcanzar este Sportage. Tampoco hay posibilidad de poder ajustar la regeneración, ya que las levas colocadas detrás del volante se utilizan únicamente para cambiar de forma manual la transmisión de serie. Y en marca valoro positivamente, gracias al Pack Tech en este caso, que al encender el intermitente puedas ver en el panel de instrumentación la cámara de ese lado, mientras que creo que el ajuste del asistente de mantenimiento de carril se podría mejorar pues muchas veces corrige por anticipación, cuando ni siquiera has llegado a pisar alguna línea. Sin olvidar que al contar con tracción total añade también los modos off road (snow, mud y sand), aunque con 17 cm de altura libre al suelo tampoco te dará para muchas alegrías fuera del asfalto.

Y no es lo más adecuado tras haber comprado un híbrido enchufable, pero también quise comprobar cuáles son sus consumos una vez está agotada la batería. Lo que es solo urbano se mueve en unos 7,8 litros, bajando a entorno a los 6,5 litros con mucha circunvalación (velocidades constantes de 90-100 km/h) y en autovía sube hasta los 8,5 litros. No son escandalosamente altas teniendo en cuenta potencia y tipo de coche, pero si te digo que el global de toda la semana fue de 4,9 litros deducirás rápidamente lo idóneo que es cargarle habitualmente. Hablando de esto último, no admite corriente continua y en alterna el máximo son 7,2 kW, aunque yo lo máximo que conseguí fueron 6,9 kW con lo que tardó 2 horas en pasar del 15 al 100%.
¿Cuál es el mejor motor para el Kia Sportage?
Llega el momento de la verdad y hay que elegir el mejor Sportage. Empezaré con las motorizaciones, donde actualmente hay hasta seis posibilidades si dejamos fuera lo que tiene que ver con el cambio automático o la tracción total. Y sintiéndolo mucho, porque no me ha desagradado su comportamiento, el primer descarte que haré es nuestro protagonista, ya que creo que pagar 37.900 euros dispara demasiado el presupuesto, a menos que necesites imperiosamente una etiqueta 0 emisiones.

Por el camino también se me caen los diésel. En el caso del Kia lo tienes con 115 CV y etiqueta C, quizás demasiado bajo de potencia y el de 136 CV más capaz y con ayuda de la hibridación ligera (pegatina Eco). Pero teniendo en cuenta esas cifras creo que 29.740 euros, el primero, y 31.340 euros, el segundo los hace un tanto caros.
De los tres que quedan mi apuesta es el gasolina de 160 CV con hibridación ligera. A igualdad de equipamiento con el que no tiene la parte eléctrica solo son 1.000 euros más, que merecen bien la pena por tener etiqueta Eco. Parte desde los 27.940 euros, que está bastante bien para un SUV de este tamaño y deja lejos al híbrido con sus 31.550 euros. Y si lo prefieres lo puedes equipar con cambio automático o tracción total.
¿Y el mejor acabado del Sportage?
Dentro de los acabados disponibles para este Sportage hay una pequeña excepción. Me refiero al Concept que solo está disponible para el motor gasolina de 160 CV sin hibridación y que marca el precio de partida de este SUV en 25.490 euros. Pero como este motor lo habíamos descartado en el punto anterior no lo tendré en cuenta.

A partir de aquí tendremos los Drive, Tech y GT-Line. Aquí hay que reconocer que el Drive está bastante bien dotado, por lo que no sería ninguna mala opción, pero creo que merece la pena pagar los 3.780 euros (en total 31.720 euros) que cuesta el salto al Tech para sumar asientos con ajuste eléctrico, luces automáticas o el panel de instrumentación digital, entre otros tantos. Ya al GT-Line son unos considerables 7.200 euros, porque tienes que llevarte el cambio automático sí o sí.
Los principales rivales del Kia Sportage
Sin duda su mayor enemigo lo tiene dentro de su propio grupo automovilístico. El Tucson ya ha sido renovado este año, por lo que parte con cierta ventaja en cuanto a nivel tecnológico frente a nuestro protagonista. Como decía ambos son bastante amplios por dentro, con muchas motorizaciones y con un tarado bastante cómodo. Si bien hay que señalar que el Hyundai ha cambiado el motor híbrido enchufable bajando a 252 CV con la misma autonomía que el Kia. Por ello es normal que cueste 34.065 euros, también ayudado por el gran descuento de casi 9.000 euros que tiene actualmente.

A otro que no debería perderle de vista es al Ford Kuga. El americano es actualmente el líder en este tipo de motorizaciones entre las marcas generalistas (solo le supera el Mercedes GLC en el total) y parte de los 34.078 euros. Su potencia es un poco más contenida ya que ofrece 243 CV y una autonomía parecida con 69 kilómetros. Eso sí, es un poco más ágil dinámicamente que nuestro protagonista.
A partir de aquí las tarifas de sus competidores están bastante más elevadas. Sorprenden por ejemplo los 46.015 euros del Citroën C5 Aircross, con 225 CV y 64 km de autonomía eléctrica, y casi en la misma franaja se mueve el nuevo Peugeot 3008 con 195 CV, 87 km y desde 42.660 euros. Por no hablar del último Volkswagen Tiguan, que con 204 CV y 125 de rango eléctrico sube hasta los 52.060 euros.