Desde pocos meses ha empezado a crecer con fuerza la idea de la implementación de una nueva categoría de coches pequeños y con motores eléctricos dentro de la Unión Europea. De alguna manera, se parecería bastante a los conocidos “kei car” que se venden en Japón y se supone que ayudaría a los grandes fabricantes a poder ofrecer productos de reducidas dimensiones con precios más contenidos.
Y mientras los directivos de la eurozona discuten sobre esta nueva medida, nos llegan informaciones desde Francia que Citroën podría estar desarrollando ya un modelo que se adaptaría a esta nueva normativa y que podría tener algo del mítico 2CV. Los modelos del fabricante francés ya destacan por su diseño diferenciado y con este planteamiento, además rescatarían una fórmula que parece que a Renault le está funcionando con el 5 y que anteriormente explotaron muy bien tanto Mini como Fiat con el 500. Aunque como veremos más adelante, con matices.

Y en concreto el primero que ha hablado de este proyecto de un moderno 2CV es Xavier Chardon, el actual jefe de la marca tras sustituir a Thierry Koskas, indicando que “Citroën tiene derecho a proponer un proyecto de E-Car”. De esta manera se establecería un paralelismo entre la voluntad europea de democratizar el coche eléctrico y el desarrollo de una nueva generación del “dos caballos” para que este tipo de motorizaciones puedan ser accesibles para más personas.
Un poco de historia: así fue el Citroën 2CV
Ese 2CV se diseñó en 1936, en el conocido periodo de entreguerras, y se produjeron una cifra nada desdeñable de más de 5,1 millones de unidades entre los años 1948 y 1990, nada mal. A partir de entonces ha sido inspiración de algunos prototipos como el 2CV 2000 creado en la década de los 90 o el REVOLTe del 2009. Aunque como hemos podido comprobar ambos quedaron guardados en un cajón.

Siguiendo con nuestro repaso histórico, ese 2CV se lanzó con el nombre en clave de TPV de Toute Petite Voiture o traducido como “coche muy pequeño”, con la ambición de ofrecer un vehículo fiable y económico capaz de transportar a cuatro personas y 50 kg de equipaje a velocidades de hasta 50 km/h. Su nombre no era aleatorio, pues tenía esos dos caballos de potencia y se marcaron como objetivo un consumo de 3 litros cada 100 km. A esto había que unir su destaca flexibilidad en la suspensión, que le permitía transportar una cesta de huevos por un campo arado sin romper ningún en la Francia rural de la postguerra.
¿Qué son los E-Car que plantea la Unión Europea?
La comisión europea se encuentra discutiendo la creación de una nueva normativa que regularía la categoría de coches que podría conocerse como E-Car. La idea es situarla por encima de los cuatriciclos motorizados, donde actualmente está el Ami, y los turismos utilitarios, como es el C3, para volver a revitalizar el segmento de los coches urbanos.
Como hemos visto durante estos últimos años, este tipo de coches ha desaparecido del catálogo de muchos fabricantes debido a que empezaban a no salir rentables por la alta cantidad de equipamiento tecnológico que tienen que ofrecer de serie, sumado a la regulación de emisiones que los penalizaba pese a su tamaño.
Estos nuevos E-Car solo podrían ser completamente eléctricos, ofreciendo una potencia, tamaño y peso limitados, aunque se está planteando eximirlos de ciertos sistemas de seguridad activa que ahora mismo son obligatorios en cualquier turismo para poder ofrecerse a un precio bajo.

Todas estas características hacen que el parecido con los “kei cars” japoneses vaya a ser más que evidente, pues son coches creados bajo la misma fórmula de reducidas dimensiones, aunque en su caso sin tener una exclusividad eléctrica. Para hacernos una idea, las especificaciones técnicas se están liderando desde Francia y según el medio anteriormente citado podrían tener estas características:
- Medidas: unos 3,8 metros de largo, 1,7 metros de ancho, 2 metros de alto y como máximo una distancia entre ejes de 2,2 metros.
- Peso: teniendo en cuenta a la batería, el máximo se establecería en 1.000 kg.
- Potencia: podría estar alrededor de los 50 kW (68 CV)
- Equipamiento: una versión reducida del GSR 2 que rige actualmente a todos los coches
- Extra: no tendrían nunca restricciones de tráfico
Con todo este planteamiento, se espera que estos modelos pudieran ofrecerse por un precio inferior a los 20.000 euros, aunque desde la industria automovilística europea son más ambiciosos y creen que se podría luchar por una tarifa en torno a los 15.000 euros. Esto es porque algunos modelos actuales como el ë-C3, el Dacia Spring o el Leapmotor T03 ya están en ese umbral y lo idóneo sería poder mejorarlo. Eso sí, no se espera que el primer modelo llegue hasta los últimos años de esta década.
Citroën como pez en el agua
Si repasamos la historia de Citroën como fabricante de automóviles esto de fabricar un coche ligero, económico y práctico le viene como anillo al dedo. Aunque parece, por si lo estabas pensando, que Chardon no tiene clara la idea de realizar una reinterpretación del mítico 2CV, porque según el medio lo “neorretro” no siempre es garantía del éxito en palabras del directivo. Este trabajó en la última época del Volkswagen Beetle, de la que no se olvida.

Lo que sí parece más evidente es que si Stellantis se lanza abiertamente a la creación de un E-Car, tendría una nueva plataforma disponible para poder utilizarla en otras marcas del grupo neerlandés. De esta manera, podría rentabilizarla más fácil. Volviendo a la información de L’Argus, Peugeot podría estar estudiando la posibilidad de un futuro “108” y a Fiat le podría encajar también muy bien.