Si tienes muy claro que necesitas un coche para moverte exclusivamente por la ciudad y alrededores, o recorres distancias medias por carretera entre diferentes poblaciones, necesitas además hacerlo con un coste de uso muy bajo y puedes permitirte dejar el coche parado ciertas horas al día para cargarlo en corriente alterna -aunque se pueda cargar en continua, pero ojo a ese detalle-, el nuevo Citroën ë-C3 eléctrico puede ser un coche-herramienta de lo más interesante.
Hay varias razones para que lo sea. La principal es que, aunque no sea el eléctrico más barato del mercado —tienes un Dacia Spring con precios inferiores—, aparenta y es realmente un vehículo mucho más serio que los que cuestan menos que él. Además de eso, en ciertos aspectos, como el comportamiento y la seguridad de sus reacciones, es preferible a otros modelos competidores que tienen un precio superior. Sobresale además por su comodidad, la buena capacidad de sus plazas traseras y, no necesariamente por ser eléctrico, resulta un coche muy fácil de utilizar porque el C3 -esto es algo extensible a la versión de gasolina- carece de todo aquello que no sea lo estrictamente necesario para conducir de un punto a otro.

Sin embargo, para conducir el ë-C3 sin estrés energético y evitando también perder tiempo y dinero innecesario, tendrás que ser un conductor mínimamente organizado y subirte ya al coche con una planificación previa. Pese a ello, al ë-C3 no hay ciudad que se le resista en cuanto a autonomía, salvo que hagas un uso muchísimo más intensivo que la media. Incluso podrías utilizarlo para trayectos de hasta 90 km desplazándote diariamente al puesto de trabajo y realizar la vuelta sin cargar, siempre y cuando no tengas que hacerlos a velocidad de autopista o, al menos, no tengas que conducir por este tipo de vías más del 50 por ciento del recorrido.
Carga del Citroën ë-C3: como en casa, en ningún sitio
La principal característica que tienes que tener en cuenta es que la batería del ë-C3, de tipo LFP y con 44 kW de capacidad, no se recupera con “chutes” de carga en corriente continua en los tiempos estimados considerando su potencia máxima de carga, 100 kW. Con nuestra unidad, el máximo pico que hemos rozado, de forma muy puntual, ha sido de 40 kW cuando la batería estaba por debajo de la mitad de su capacidad, y prácticamente la mitad de esa potencia cuando alcanza el 70 %. Esto supone prolongar los tiempos de carga mucho más de lo imaginado, y además de ello, supondría pagar el kWh recargado a un precio desproporcionado en relación con la potencia real que está admitiendo la batería. Quizás, la posible razón de que el ë-C3 no cargue de manera óptima en CC se deba a que no tiene función de preacondicionado de la batería, ni de forma manual a través del sistema multimedia o la aplicación, ni tampoco programando la parada en el sistema de navegación.

Si bien, hemos cargado el coche con la batería fría, después de haber circulado haciendo un uso suave del coche, o tras haber recorrido varios kilómetros seguidos a una velocidad constante de entre 100 y 110 km/h, y en ningún caso hemos visto valores de carga mayores a los antes descritos. Está claro que es un punto a revisar del coche, principalmente porque es una característica que has pagado en el precio de compra. Pero ya te adelanto que si tienes pensado en comprar un coche urbano y dependiente de puntos de carga rápidos, no va a ser la elección más acertada, ya sea el ë-C3 o cualquier rival semejante.
Y es que, en realidad, basta con tener un simple enchufe de 220 V en casa -obviamente, mucho mejor si puedes disponer de un wallbox de 7,4 kW- para que puedas organizarte perfectamente la vida, a condición de tener el coche constantemente enchufado en el momento en que vuelvas a casa, o mejor aún si puedes tenerlo cargando mientras estás trabajando. Yo he utilizado así el coche durante quince días sin el menor tipo de problema logístico, con la ventaja añadida de que este tipo de uso y cargas te proporciona un coste de uso bajísimo.
¿Da el nuevo Citroën ë-C3 una autonomía suficiente?
El ordenador de viaje del Citroën ë-C3 carece de indicador de consumo. Por su parte, el de autonomía siempre ha indicado un valor de 300 km con el coche cargado al 100 %, tarda un poco en mostrar el valor desde que accionas la llave de contacto, y solo es fiable después de haber recorrido algunos kilómetros, siempre y cuando sigamos conduciendo en esas mismas condiciones.

Para conocer su consumo en kWh/100 km, hemos aplicado la “cuenta de la vieja”, bien utilizando kWh recargados o anotando el dato de porcentaje de batería gastado por cada recorrido y los kilómetros realizados. Es una estimación, pero te aseguro que más que aproximada, porque con los datos que te comento ahora hemos clavado el kilometraje gastando baterías del cien a prácticamente el cero de su capacidad. El dato más frecuente ha sido de 17,1 a 17,5 kWh consumidos por cada 100 km recorridos, utilizando el coche alrededor de la ciudad —periferia, carretera y velocidades entre 70 y 110 km/h—, conduciendo solo o con dos personas, siempre de forma muy suave. La verdad es que no es un valor bajo para un coche de sus características.
Dentro del núcleo urbano, el consumo ha bajado a valores de entre 12,5 a 13,5 kWh/100 km. En el primer caso, y utilizando el 90% de capacidad de batería —por preservar la batería y asegurarse un mínimo colchón de seguridad—, conseguiríamos un alcance promedio de 220 km, y de 310 km en el segundo.
Aunque he realizado un pequeño viaje por autopista, en realidad lo he hecho conduciendo a no más de 105 km/h y acelerando muy gradualmente cada vez que era necesario recuperar la velocidad, ya que los cruceros sostenidos solicitando constantemente potencia es lo que más castiga el consumo de este tipo de coches; el consumo en este recorrido fue de 18,6 kWh/100 km, equivalente a un alcance de 210 km si dejáramos una reserva de energía del 10 por ciento.

Apostaría a que si tienes claro que vas a comprar un coche de vocación urbana y utilizarlo como tal -y tienes donde cargarlo en CA diariamente, no te olvides de ello-, el Citroën ë-C3 está sobradamente preparado para este exigente uso, ofreciéndote además ventajas que otros coches semejantes -equivalentes en tamaño o en precio- no pueden darte. Una de ellas es el aprovechamiento de su carrocería. Si, por ejemplo, necesitas guardar una silla infantil, el maletero del C3 tiene suficiente capacidad para carros ciertamente voluminosos. Si además utilizas dispositivos de retención infantil, el buen espacio longitudinal que ofrecen sus plazas posteriores es un valor añadido. A bordo del C3, sea gasolina o eléctrico, también pueden viajar incluso cuatro adultos con cierto desahogo.
Cómodo, seguro y con buenas reacciones
Sus otras grandes cualidades están relacionadas con la comodidad y el comportamiento dinámico, algo que, además, es infrecuente en este tipo de vehículos salvo que compres un modelo claramente más caro. Una es la comodidad de sus suspensiones; no son tan típicamente Citroën como en coches mayores de la marca, pero responden a la misma filosofía de siempre. Son blanditas, hacen que el coche absorba bien las irregularidades y los frecuentes badenes, alcantarillas y baches de ciudad los gestiona sin sequedad ni transmite en ningún momento que es un coche de concepción sencilla.
Además de ello, el aplomo es realmente magnífico y las reacciones son “claras”, seguras y eficaces en todo momento, mejores incluso que la ya de por sí equilibrada versión de gasolina, pese a que el ë-C3 es más pesado. Aparte de que ese peso está situado en una posición más baja en beneficio del centro de gravedad, su distribución de masas también evita que el coche se hunda tanto del tren delantero al realizar una fuerte frenada, algo que, junto al empleo de discos en el eje posterior —los de gasolina utilizan tambores con mordiente más enérgica—, consigue que la zaga no dé el más mínimo susto si nos viéramos en la necesidad de hundir el pedal de freno.

El motor de 113 CV da unas prestaciones muy satisfactorias. Está limitado a 135 km/h, pero llega con facilidad a esa velocidad e incluso podría superarla de no tener limitación electrónica. Es muy suave en el momento de iniciar la marcha, algo que para un coche de este tipo es positivo, pero desde el mismo instante en que el coche está en movimiento, cualquier demanda al acelerador es instantánea. Como referencia, es capaz de cubrir el 0-100 km/h en solo medio segundo menos que el C3 con el ágil motor 1.2 Turbo de 100 CV y caja manual, pero mejora sus tiempos en el 60-120 km/h —en el de gasolina, este ejercicio se inicia en tercera marcha— o el 80-120 km/h en cuarta relación... Motor, no falta.
Nuestra opinión: Solución de movilidad casi redonda
Sobran eléctricos de altos vuelos; faltan más coches así, “pequeños” y de orientación popular, pero accesibles y rentables para quien se mueve diariamente en la ciudad. Es cierto que tienen que cumplir con diferentes necesidades, pero para la orientación de este tipo de coches-herramienta, me sobran las dos definiciones superiores, con precios ya difíciles de justificar. Un acabado You —22.590 €—, pudiendo aplicar el Moves III, sería una solución de movilidad redonda.