La lenta implantación de las Zonas de Bajas Emisiones está provocando que los vehículos con etiqueta Eco estén ganando importancia en el mercado. Basta con repasar las ventas del último año para comprobar que a los españoles los coches que más les seducen son los híbridos, con su pegatina azul y verde que les permite circular sin problemas. Y de paso ahorrarse algo de combustible. Es así donde aparece nuestro protagonista aquí, el Fiat Panda, que desde hace un tiempo sólo se comercializar con un motor Hybrid que aquí vamos a analizar.
Un coche con lo mínimo y bien resuelto
Muchos pensábamos que ante la llegada del Fiat Grande Panda, al que ya veremos en nuestras carreteras en este 2025, el aquí presente iba a desaparecer del mercado. Pero, pese a que esta tercera generación del conocido urbano italiano lleva en el mercado desde 2011 (sí, has leído bien, nada menos que catorce años a la venta), se le han ido realizado pequeños retoques y actualizaciones para mantenerlo todavía entre los más vendidos de su segmento, tanto en España como en Europa.

Por tanto, es normal que sus formas cúbicas te resulten muy familiares, pero con la edición Pandina, la que tenía mi unidad de pruebas, se le ha querido dar un aspecto moderno para alargar un poco más su vida. Los que estén más familiarizados con este modelo se habrán percatado rápidamente que está basada sobre el anterior Cross, esa vestimenta que vestía de pequeño SUV a este Fiat. Y de paso se le ha montado el “Pack Cross Yellow” gratuito que, además de añadir más equipamiento, colorea las carcasas de los retrovisores de amarillo y se aplicó la pintura blanca que vale 400 euros, siendo la amarilla la única que tiene gratuita.
Al entrar al habitáculo encuentro muchas similitudes con aquella unidad de pruebas que pasó por mis manos en 2013. La estructura del salpicadero se ha mantenido, con formas redondeadas que aportan cierta frescura. Ha llegado un volante heredado de sus hermanos mayores y la digitalización se ha incorporado forma satisfactoria. Por ejemplo, la instrumentación cumple muy bien, se lee de forma correcta y tiene gráficos curiosos. A su lado aparece una multimedia cuya interfaz no sea la más moderna y a la que le falta la cámara de visión trasera, quizás, ofreciendo protocolos para móviles Apple CarPlay o Android Auto siempre por cable y con una pantalla específica para ver cómo trabaja el sistema híbrido del motor que más adelante te contaré. El resumen en este aspecto es que cumple más que bien para un coche de talante económico.

Ahora bien, este salpicadero tiene ciertas mejoras que se podrían pedir. En su parte alta tiene tanto fondo que en algunos momentos puede dificultar la limpieza del polvo que se acumule, mientras que a la botonería ya se le notan los años, aunque siga cumpliendo su función sin contratiempos. Como detalles curiosos encontraremos un hueco delante del copiloto, algo habitual hace unos años, así como un pomo del cambio (no hay opción de automático) elevado como se colocaba en los monovolúmenes, con buen ajuste, aunque con un recorrido un tanto largo para mi gusto.
Los materiales que encontramos a nuestro alrededor son modestos, lo normal en coches de este precio, aunque tienen ciertos detalles como las letras en el plástico de las puertas. Tampoco disfrutaremos del ajuste en altura del volante y tendremos que ajustar los retrovisores de forma manual. La contraprestación moderna a todos estos aspectos es la tapicería de serie Seaqual de origen ecológico, para unos asientos con poco agarre, habitual en este segmento, y que quizás vayan un poco altos. Esta característica si permite, junto a las formas cúbicas de la carrocería, disfrutar de una excelente visibilidad en ciudad.

Detrás es un coche que está homologado para cinco personas, pero en realidad irán cómodas cuatro. Aquí me doy cuenta que la cota de altura es buena, siendo las otras más ajustadas, algo evidente teniendo en cuenta que hablamos de un modelo de 3,65 metros. Y para los que tengáis niños con sillas, los Isofix más alejados de las puertas no están bien ubicados, pues quedan encima de los abrocha cinturones y los esconden hacia abajo, lo que dificulta la tarea de atarlos como fue en mi caso.
Y cerraríamos con el maletero, que es muy aprovechable ya que la apertura del portón es muy amplia, además de ofrecer unas formas muy cuadradas, como el resto del conjunto. Mientras que la capacidad homologada se sitúa en 225 litros.

Con el Hybrid a por la ciudad
Creo que no hace falta decir que este Panda se encuentra la mar de cómodo en ciudad. Me he percatado que se ha prescindido del botón “City” en esta variante que deja la dirección más blanda para circular por la urbe, pero tampoco creo que sea totalmente imprescindible porque es capaz de ratonear muy bien y no digo ya aparcar.
En estos primeros compases de la marca creo que se ha refinado bastante el ruido que se filtra al habitáculo y quizás mucha culpa de ello la tenga el motor Hybrid de 69 CV. Su sistema híbrido ligero no permite mover el coche con electricidad, pero su pequeña batería ayuda bastante en salidas y se carga bastante rápida. Es más, normalmente se mantiene cerca del 50% para ayudarte a reducir consumos en todo momento.

Esta última característica se pierde en carretera, pues a la mínima cuesta se agota rápidamente. El rendimiento, como es de esperar con la potencia declarada, es normal, pero se ayuda de que tan solo mueve un poco más de 1.000 kg, algo ya poco habitual en los coches modernos. Eso sí, la sexta marcha creo que habría sobrado en este modelo, pues solo la usarás en condiciones muy favorables
Realizando recorridos de todo tipo al final lo que mejor le viene a este modelo son trayectos por vías interurbanas, más o menos a 90 km/h, en donde es fácil quedarse en 5 litros. En autovía los registros suman ya un litro más, con las limitaciones antes indicadas, mientras que en ciudad demuestra que no le gustan mucho los atascos, en donde sube el consumo un poco más de lo normal. Y el resultado final de toda una semana se quedó en 6,1 litros.

¿Qué equipamiento es mejor para el Fiat Panda?
Dado que actualmente el Panda solo se ofrece directamente con este motor Hybrid de 69 CV, la elección del comprador pasa por elegir entre sus dos acabados disponibles. Aunque la primera sensación que he tenido con este modelo es que como la Unión Europea cada vez exige más tecnologías de seguridad de serie, no es que estemos hablando de un modelo “pelado”, como se dice coloquialmente.
Por tanto, la disyuntiva es Panda o Pandina. La diferencia entre uno y otro es de 2.750 euros (es un poco menos si lo adquieres por la web), quizás amplia para un coche dirigido a un público que da mucho valor al precio final. Entonces tendrás que valorar cuánto vale para ti esta estética de crossover, una mejor pantalla multimedia o la incorporación de sensores de lluvia o luces.

Los principales rivales del Fiat Panda
Haber aguantado tanto tiempo en el mercado y con las actualizaciones que tiene ha provocado que el Fiat Panda haya dejado a muchos de sus rivales por el camino. Uno de ellos lo tenía en su propia casa y con el mismo motor, me refiero al 500 Hybrid de un aspecto más pintón, aunque menos funcional que ya la marca ya ha dejado de comercializar. En esa misma situación estaba el Suzuki Ignis, un crossover de contenidas dimensiones con motor híbrido ligero que ya tampoco se encuentra a la venta.
Teniendo en cuenta esto, las alternativas de modelos urbanos que encontramos en el mercado ya se ofrecen solo con motores de gasolina sin electrificación, como son los Hyundai i10, Kia Picanto o Toyota Aygo X, o dar el paso a un coche completamente eléctrico como el Dacia Spring, que ahora mismo parte de los 17.890 euros (el Pandina son 19.400 euros).

Y otra alternativa, si estamos buscando un coche económico y a bajo precio, podría ser el Dacia Sandero. El utilitario rumano parte ahora mismo de los 13.940 euros (el Panda lo hace desde 16.650 euros) y tendrías un coche más amplio con un motor ECO-G de 100 CV.