Poco a poco Cupra sigue haciendo crecer su gama de modelos. Su último integrante, hasta la llegada del inminente Raval, es un Terramar, de nuevo un SUV, que evoluciona la propuesta dentro del segmento de los SUV-C que en su día ocupó el Ateca, pero mejorándole en todos los aspectos gracias a una gran evolución.
Por este motivo hemos querido someter a este Terramar a nuestra particular Guía de Compra, en donde le analizaremos tanto en su puesta a punto, comportamiento, como en su interior. Además, intentaremos buscar cuál es el motor que se adapta mejor a las necesidades de cada conductor.
Un SUV para familias marchosas
Si eres de los que te gustan los coches con cierto carácter deportivo y por diferentes razones tienes que optar por un SUV, está claro que Cupra es una de las marcas que mejor ha sabido transmitir ese espíritu a cada una de sus creaciones. Y sin ser, quizás, tan atrevido como el Tavascan, este Terramar tiene los suficientes detalles que le aportan carácter. Aunque como mejora futura para su exterior yo si pediría a sus diseñadores que el próximo no tenga los escapes escondidos, pese a ser la moda en la industria.
Además, ataca el segmento que más ventas tiene en el mercado español, el de los SUV medianos, en donde empezó la andadura de la marca con el Ateca y al que después acompañó de la mejor manera, por cierto, con un Formentor que es el modelo más popular de la marca actualmente. Aunque claro aquellos que necesitan más espacio pueden considerar que el anterior se puede quedar algo pequeño, necesidad que cumple perfectamente nuestro protagonista.
Aunque antes de alabar su habitabilidad, me vas a permitir que tome asiento y analice cómo es su puesto de mando. De primeras te digo que sus materiales son buenos todos aquellos que quedan a la vista, lo mismo que podríamos decir de los ajustes. Solo los plásticos más escondidos son duros, detalle del que pocos se darán cuenta.
El volante cuenta con la botonería clásica que se lleva un tiempo utilizando en Seat, bastante ergonómica, aunque en este caso se añaden dos mandos circulares extra para seleccionar los modos de conducción (Comfort, Performance e Individual) o para arrancar/parar. Por detrás encontramos unas levas que son de plástico, detalle que las desmerece un poco teniendo en cuenta lo que quiere representar Cupra.
Y al levantar la mirada encuentro detalles muy positivos como la luz ambiental capaz de darte las advertencias del ángulo muerto, una guantera central con un tamaño muy grande y unas pantallas de gran tamaño, tanto instrumentación como multimedia, con una interfaz moderna y buena velocidad de transiciones. Como único apunte a esto pondría que las cámaras de aparcamiento podrían tener un poquito más de calidad.
Pasemos ahora a las plazas traseras, las cuales gozan de climatización propia. Aquí encontramos un coche que está en la zona media alta de su segmento en cuanto a anchura disponible y es de los mejores en altura. Respecto a la cota para las piernas, dependerá un poco de ti. Comento esto porque su banqueta es deslizable (en dos mitades de 60:40) con la que tienes hasta 15 cm de “juego”.
Variabilidad también encontramos en el maletero. Mi unidad de pruebas disponía de la mejor configuración, la que ofrece unos generosos 508 litros e incluso rueda de repuesto bajo su piso. Aunque si te decantas por cualquiera de los dos híbridos enchufables la capacidad disminuye hasta los 400 litros.
Tacto Cupra 100%
¿Te acuerdas que al principio te comentaba eso de un SUV con tintes deportivos? Pues nada más sentarte en este Terramar ya te impregnarás de esa esencia, pues sus butacas de serie tienen unas formas que recogen muy bien el cuerpo y pese a su apariencia, son cómodas en largas tiradas como pude comprobar en los más de 1.000 kilómetros que recorrí con este modelo (suma una buena insonorización del habitáculo).
Pero vuelvo a la casilla de salida. Mi unidad de pruebas era el eTSI de 150 CV, un híbrido ligero que poco a poco han ido incorporando la mayoría de los modelos del Grupo Volkswagen con la plataforma MQB Evo. Y tras consultar el panel de instrumentación veo que su autonomía con el depósito lleno (55 litros) marca casi 900 kilómetros (luego fueron menos).
Al ir asociado al cambio DSG de siete marchas, única posibilidad disponible, le pasa como en otros modelos del grupo alemán, ya que es un poco brusco en salidas o maniobras de aparcamiento, por lo que hay que cogerle el pulso. Y en estos primeros metros por ciudad me percato que en muchas ocasiones te aconseja dejar de acelerar para ahorrar combustible, momento en el cual aprovecha para ponerse en punto muerto cuando circulas en el modo Comfort. Por si lo estabas pensando, no existe un “Eco” al uso, pero dentro del Individual sí permite poner algunos parámetros de esa manera, como puede ser el de la entrega de potencia.
Una vez ya en carretera puedo empezar a apreciar el buen trabajo que se ha realizado sobre su sistema de regeneración en las frenadas. Este es capaz de ir adaptándose a las diferentes situaciones que puedes encontrar mientras conduces, lo que te permite que en muchas ocasiones no tengas ni que pisar el pedal izquierdo.
Ya con cierta velocidad te darás cuenta rápidamente que el Terramar tiene claramente tacto de Cupra. Su suspensión es tirando a firme (no hay balanceos molestos), pero me pareció que filtra muy bien los baches que te puedes encontrar en las carreteras. Y se acompaña por una dirección progresiva muy bien calibrada.
Ahora bien, si quieres un poco de marcha tiene los suficientes ingredientes para que te lo pases muy bien conduciéndole. Para empezar un modo S para el cambio que se activa desde el pomo, en una DSG que responde muy bien cuando le pedimos más exigencia con el acelerador. Y si ya lo combinas con el modo Performance te queda la mezcla perfecta, aunque algunos me podrán reprochar que con 150 CV quizás le falte “chicha”. Ya te digo que es bastante voluntarioso este TSI.
Tanto que a veces lo paga con el gasto de combustible. Pese a su naturaleza Eco, la ciudad le gusta bastante poco, moviéndose en números que superan los 8 litros sin problemas. En carretera a ritmos constantes se modera un poco más, con cifras de 7,2 litros, aunque sí que pude comprobar que en circunvalaciones, a unos 90-100 km/h, puede quedarse en 6 litros sin rechistar.
A falta de acabados, ¿cuál es su mejor motor?
Dentro de la política de Cupra no existen los acabados, como si podemos encontrar en la marca Seat, distinguiéndose dos niveles. Por un lado, están los “normales” y por encima quedan los prestacionales VZ. Lo que está claro es que con los primeros ya tendremos un coche bastante bien equipado.
Vale, desde un punto de vista racional deberíamos descartar los dos VZ (para el SUV son el gasolina TSI de 265 CV y el eHybrid de 272 CV) y centraros en los otros tres. A mí el probado, el eTSI 150, me parece más que suficiente para este coche y marca el precio de partida en 40.980 euros, por lo que se impondría frente al TSI de 204 CV con etiqueta C (48.970 euros). La gran duda se puede aplicar con la otra opción, el eHybrid de 204 CV que vale 46.520 euros, aunque teniendo en cuenta que tiene 117 kilómetros de autonomía eléctrica puede acogerse al máximo del Plan MOVES y se quedaría en precio como el más económico (teniendo en cuenta lo del maletero comentado).
Los principales rivales del Cupra Terramar
Como suele sucede dentro del Grupo Volkswagen, prácticamente el primer rival que tienes está dentro del consorcio alemán. En este caso, por tecnología y modernez, sería un Volkswagen Tiguan que con el mismo motor parte de los 35.995 euros, aunque con un equipamiento menor y un carácter un poco más conservador en su tacto de conducción.
Si lo que buscamos es un SUV tan dinámico como nuestro protagonista habría que pensar en el Alfa Romeo Tonale, que se acaba de renovar recientemente. Este presenta un motor Hybrid de 175 CV que tiene un precio de 42.800 euros. Y otra opción que te propongo, aunque con un acabado más generalista, es el Ford Kuga, que con el EcoBoost de 150 CV y acabado Titanium cuesta 31.891 euros (se incluye descuento promocional).
