Cupra es Formentor y el Formentor es Cupra. Supuso un hito en la historia de la marca y un punto de inflexión al ser el primero diseñado y desarrollado al 100% bajo sus premisas y ser el primero en contar con una gama de motores variada que apunta más al volumen que a la imagen de una línea de deportivos de pura cepa. De eso hace ya casi cinco años, aunque nadie lo diría ante lo actual de su aspecto, y de ahí que hace unos meses el Cupra Formentor recibiese una actualización.
Ésta es perceptible, aunque fue tan sutil que mantiene todas y cada una de las líneas maestras de la variante original. Por supuesto conserva las proporciones, con gran peso en ese morro prolongado hacia delante y una silueta de lo más atractiva, que emana dinamismo, fuerza y modernidad a partes iguales a caballo entre un turismo y un SUV, como corroboran sus 1,52 m de alto. La puesta al día se centró fundamentalmente en el frontal, que a imagen y semejanza del Tavascan incorpora la iluminación con triángulos y la parrilla con «nariz de tiburón» que además de renovar su imagen le confieren una contundencia notable. Ese calificativo se puede aplicar también a una poderosa zaga en la que la iluminación aumenta su peso específico y resalta el logo, que también queda iluminado. Se mantiene la iluminación ambiental, y presenta novedades en el puesto de mando, con un aumento del protagonismo de las pantallas de la instrumentación y, la nueva pantalla multifunción, más grande, rápida y con funciones adicionales que pasan desde el control por voz mejorado a unas ayudas a la conducción incrementadas.
Bienvenido a la hibridación
Cuando hace apenas dos años el Formentor se asomó a nuestro equipo de pruebas en una comparación con el Alfa Romeo Tonale en la que mantenía el tipo a pesar de su teórica desventaja, advertíamos de una carencia en la gama como era la falta de variantes de hibridación ligera. Ésta ha desaparecido tras la actualización ya que las variantes eTSI incorporadas son una de las grandes novedades que encierra este SUV para conformar una gama sin fisuras en su plantemiento, incluso con una versión turbodiesel que sigue siendo una tecnología de lo más adecuada cuando los desplazamientos de largo recorrido forman parte de nuestro día a día.
Nuestro protagonista es, muy posiblemente, el modelo que va a acaparar mayor número de ventas. Porque si bien resulta unos 2.000 euros más caro que el básico 1.5 TSI con cambio manual, no parece una cifra para nada exagerada habida cuenta de que añade el cambio automático DSG y la siempre atractiva etiqueta ECO y, si lo comparamos con el Diesel de idéntica potencia —sin etiqueta ECO éste— va a ser 3.000 euros más económico, lo que no es despreciable.
¡Qué diferencia!
En este caso, la hibridación pasa por una red de 48 voltios que descarga trabajo al motor 1.5 TSI y teóricamente podría llegar a asistirle en momentos puntuales, aunque sin llegar a los extremos de conducción eléctrica puntual que ofrecen algunos rivales como los de Stellantis. Eso sí, aquellos resultan mucho menos prestacionales y, posiblemente, tampoco van a ser mucho más frugales ya que su pequeño propulsor 1.2 va a verse más exigido para mantener el ritmo de marcha en carretera y a plena carga. Y es que bloque TSI 1.5 ha sido siempre sinónimo de agrado de uso, de finura de funcionamiento y ha sido caracterizado por un empuje que maximiza la versatilidad de un automóvil que puede valer casi para todo.
Comparado con el 1.5 TSI con etiqueta C aún presente en la gama Formentor, el eTSI se muestra más eficiente y, asistido por un cambio automático de excelente funcionamiento, se permite ser notablemente más rápido que aquel, tanto en aceleración (casi ocho décimas de segundo en el 0-100 y 1,2 en recorrer los 1.000 m arrancando desde parado) como en recuperaciones, donde el cambio manual ralentiza cualquier maniobra de recuperar velocidad y aconsejaría bajar una o dos marchas.
El único dato mínimamente comparable, el adelantamiento 80-120 km/h es devastador: 7,7 segundos el manual y 6,4 segundos el eTSI, que también ha necesitado menos combustible a lo largo de la prueba. Para que te hagas una idea, el consumo de nuestro protagonista en la medición menos favorable, circulando a 120 km/h, ha sido algo más bajo que el consumo medio obtenido en nuestra prueba anterior (6,6 l/100 km en aquel momento). Así pues los números, abrumadores en su contundencia e inequívocos en sí mismos dan una idea clara de qué se puede obtener del eTSI. Pero son fríos y sin la capacidad de transmitir las diferencias en cuanto a confort y agrado de uso cotidiano que ambos frecen.
El cambio DSG del eTSI, como sabe el lector fiel de Autopista, destaca por una suavidad de funcionamiento exquisita, una velocidad de accionamiento más que notable y diferentes lógicas de uso dependiendo del modo de conducción elegido, más o menos rápidas y con la opción de desacoplarse y dejar al Formentor ir «a vela» en los modos normal y Eco. En éstos, en situaciones de dejar de acelerar, casi frenar, y rearrancar —como puede ser el caso típico de un ceda el paso en cuesta o tener que hacer un cambio de ritmo rápido—, nos gustaría un poco más de velocidad, o una puesta a punto menos eficiente de cara al consumo, si bien siempre podemos evitar ese vacío si seleccionamos el modo Sport del cambio o el modo de conducción más prestacional, que tampoco dispara el consumo.
¡Qué chasis del nuevo Cupra Formentor!
Rodando con este CUPRA y buscándole todo lo que es capaz durante la toma de prestaciones, me he reencontrado con un coche excepcionalmente preciso, con un chasis tan bien puesto a punto que los 150 CV pueden parecer poca cosa dado lo rápido que es capaz de obedecer las órdenes y modificar su trayectoria y velocidad. Cambia de dirección rápido, muy rápido. Todo en él es facilidad y poco esfuerzo de conducción. Ni dirección, ni pedales de acelerador ni freno ofrecen gran oposición y sí una respuesta inmediata a las órdenes del conductor. Incluso, al circular por zonas de curvas es uno de esos coches que parece disminuir de tamaño y ser capaz de necesitar menos de medio carril de carreteras de montaña para mantener la trazada deseada.
El manejo se maximiza en el caso de llevar instalada la amortiguación variable DCC —con una puesta a punto que va de bastante comodidad a un tacto tirando a firme pero para nada incómoda— que llega a minimizar cualquier balanceo de carrocería. Y si durante un desplazamiento las cosas se ponen complicadas y obligan a una frenada de emergencia, no tengas dudas de que el Formentor va a ser sinónimo de seguridad por mordiente y poder de parada de sus frenos.
La excelentes hechuras del chasis del Formentor se ven magnificadas si como era el caso de la unidad probada lleva incorporada la opción de la suspensión adaptativa DCC —asociada a los faros matriciales entre otros elementos y que obliga a un segundo pack con la cámara trasera, la luz ambiental interior el acceso sin lave y la alarma. Todo encarece el coche en casi 1.900 euros pero marca las diferencias entre un coche bueno y uno que eleva la experiencia de uso a niveles de sonrisa diaria al subirte a él ante las indudables ventajas y haga que, posiblemente, califiques como una magnífica inversión a pesar del aumento de coste—. No creo que sea el caso de las llantas opcionales de 19”, de 1.000 a 1.600 euros, que a pesar de su espectacular estilo e innegable efecto visual condicionan tanto el trabajo de la suspensión como la sonoridad de rodadura especialmente a alta velocidad. Este es uno de los elementos de mejora en que el Cupra Formentor y en el que podría sufrir si fuera comparado con otras propuestas de formato SUV alternativas.
Las alternativas al Cupra Formentor
Estas podrían pasar por el Toyota C-HR, también con un estilo característico, etiquetas ECO y Cero Emisiones, una variedad mecánica casi tan grande como el Formentor, unos consumos de combustible magníficos —incluso algo inferiores a los del Formentor aunque su autonomía queda limitada por un depósito 7 l más pequeño, y precio, si bien su planteamiento de conducción poco tiene que ver con el del nuestro protagonista, más centrado en la emoción de la conducción que en el simple, aséptico y protector desplazamiento de un punto a otro.
También supera en personalidad, y rendimiento, a otras alternativas como Renault Arkana, Hyundai Kona, y, sinceramente, creo que también a un Nissan Qashqai o Ford Kuga, ambos con un precio algo mejor que el de este Cupra y algo más potentes, pero con un estilo y una dinámica de conducción muy diferente.
Porque el Formentor es por encima de todo un coche de enorme personalidad, una conducción súper precisa, y una magnífica actualidad en cuanto a soluciones conectadas, con una oferta mecánica que puede ir de la simple normalidad a sensaciones de deportivo puro en un formato que reúne lo mejor del mundo de los turismos y el de los SUV vestido con un traje deportivo.
Nuestra opinión: Pasos inteligentes
Aparentemente sutiles las modificaciones recibidas en la actualización han hecho del Formentor un coche plenamente en forma lo mires por donde lo mires. Su nueva gama de motores incide en la reducción de emisiones al tiempo que incrementa el agrado de uso y la efectividad frente al cronómetro, y la actualización en todo lo que tiene que ver con interacción humano máquina está a la altura de lo mejor. Me siguen sin gustar los pulsadores deslizantes de audio y climatización, pero al menos el conductor puede emplear órdenes vocales y los botones del volante multifunción.
