Como era de esperar, el lanzamiento de la sexta generación del Toyota RAV4 ha creado una gran expectación no solo a nivel europeo, sino también en todo el planeta. No en vano, estamos hablando de uno de los coches más vendidos en todo el globo terráqueo, pues ya ha superado las 15 millones de unidades. Pese a este currículum intachable, cuando llegue en la primavera del 2026 tendrá que verse las caras con “huesos tan duros” como el Hyundai Tucson, el SUV más vendido de la categoría el pasado año (en este 2025 se ubica por ahora detrás del Nissan Qashqai).
¿Qué ofrece el nuevo Toyota RAV4?
Para empezar un diseño distintivo y que claramente rompe con el modelo que todavía hoy se está comercializando. En el nuevo RAV4 se acogen las luces delanteras en forma de C que ya hemos visto anteriormente en otros modelos como el exitoso C-HR o el bZ4x, pero bajo mi opinión, se ha sabido darle una personalidad propia para diferenciarle cuando entremos en el concesionario de la marca. Y en este aspecto su rival hoy aquí no se queda atrás, pues con su parrilla con luces paramétricas ha sorprendido a propios extraños desde su lanzamiento.

Tomando como base de nuevo la plataforma GA-K de Toyota, la que tienen los modelos más grandes de la marca, así como algunos Lexus, se la ha actualizado y modernizado. Pese a esto, no cambiará su longitud total, que se mantiene en 4,6 metros, mientras que su anchura es de 1,85 metros y su altura de 1,68 metros, de nuevo calcadas a su predecesor. Ante eso el Tucson responde con un 1 cm más de anchura, mientras que es más corto (9 cm) y un poco más bajo (3 cm). Ahora bien, a falta de que podamos adentrarnos en el interior del SUV japonés, habrá que ver si es capaz de ofrecer un habitáculo más grande que el del coreano, que ya le vencía en estos momentos.
Ya que nos hemos colado en el interior, toca analizar los puestos de mando de ambos SUV. En ambos casos se apuesta por una configuración de doble pantalla, pero por lo que nos llega en las primeras informaciones, parece que la distancia que tenía cogida el Hyundai en este apartado al Toyota se ha acortado. Este RAV4 estrenará un panel de instrumentación con gráficos nuevos, así como una multimedia bajo el sistema operativo Arene que promete un gran avance sobre el actual. Otra de las cosas que comprobaremos en pocos meses.

La guerra de motores en los híbridos
Si por algo caracteriza al RAV4 actual y al Tucson es por el agrado de conducción que transmiten. Ambos tratan de mirar a sus ocupantes con un gran confort y de alguna manera pierden algo de dinámica frente a un Ford Kuga, por poner un ejemplo. Eso sí, en ambos casos, ya que se ha confirmado que se mantendrá en el nuevo RAV4, se ofrecen acabados deportivos (GR Sport y N Line, respectivamente) para aquellos que busquen un poco más de deportividad en imagen o ajustes del chasis.
Respecto a sus motorizaciones, y pese a que el Tucson ofrece variantes de otros tipos, la gran batalla entre estos dos modelos la encontraremos en sus mecánicas híbridas. Desde Japón nos han contado que se ha actualizado la autorrecargable, que sigue dependiendo principalmente de un motor de combustión de 2.5 litros, estrenando nueva batería, una transmisión mejorada y una nueva electrónica de potencia. Esto hace que los caballos declarados se queden en 183 o 191, en caso de optar por la tracción total (ahora dispone de 218 y 222 CV). Apuesto a que con la bajada podrá conseguir incluso mejores, ya de por sí buenos, para enfrentarse a la variante del coreano que declara 215 CV y un consumo combinado de 5,7 litros.

En donde se notará la gran diferencia de ambos es en la híbrida enchufable. Aprovechando su renovación, el RAV4 estrenará una batería mucho más grande de 23 kWh de capacidad, lo que le permitirá homologar en su momento una autonomía completamente eléctrica de 100 km, por los 63 km del modelo comparado. Otra novedad que incorporará es que también estará disponible con tracción delantera, lo que permitirá ofrecer un precio más competitivo. En este caso serían 268 CV de potencia, por los 304 CV de la AWD-i. En el Tucson también existe esta posibilidad, pero siempre con 252 CV.
Y quizás el último punto que podrá decantar la balanza entre ambos contendientes es el precio, por el que tendremos que esperar todavía un poco en el caso del japonés. Está claro que de partida el Tucson será más barato, al contar con mecánicas más económicas, pero como indicaba antes, el verdadero duelo lo tendrán las híbridas.