Si conoces la historia del Opel Mokka, ya sabes que esta segunda generación no tiene nada que ver con el modelo original desarrollado por Opel antes de su integración, primero en PSA y después en Stellantis. Y también sabes que supuso un cambio de rumbo radical que iba desde el aspecto que transmitía a su base técnica, oferta de motores y soluciones que reflejan la transformación experimentada en el mundo del automóvil.
De hecho, sus dimensiones son mucho más contenidas y, a decir verdad, el diseño Vizor de su frontal le da un aspecto de lo más rotundo y atractivo. Sacrifica mínimamente el aspecto de todo terreno de la generación anterior sí, pero ofrece un diseño personal, característico de la actual gama Opel —con no pocos rasgos comunes a Corsa, Astra y Granland—, y transmite una impresión muy de SUV de nuestros días, sin ese aspecto próximo a un todo terreno ya pasado de moda.
La gran novedad del nuevo Opel Mokka: su variante etiqueta ECO
En el plano técnico, emplea una base técnica multienergía desarrollada por un gran grupo, que le permite estar a la última en cuanto a tecnologías de impulso como en conectividad y ayudas a la conducción. La gran novedad —y una de las de mayor potencial de crecimiento— es la variante Eco, más atractiva que las versiones con etiqueta C por el valor añadido de la etiqueta ECO, por ese litro menos de combustible cada 100 km que homologa y por el siempre recomendable cambio automático que tanto estrés elimina de la conducción.
Y como cualquier vendedor de película de bajo presupuesto diría, por 2.500 €, poco más de lo que cuesta un cambio automático, te llevas una mejora radical en consumo, de casi 1 l/100 km menos y la cada día más valiosa etiqueta Eco de la DGT. Pero es que, además, esta versión micro híbrida por red de 48 voltios es a muchos efectos un híbrido real ya que no serán pocos los momentos en que te vayas a ver conduciendo un coche a todos los efectos eléctrico, momentos en que las grafías de la instrumentación se darán en azul en vez de en blanco. Será en momentos de maniobras a baja velocidad, sí, pero también te encontrarás impulsado por la electricidad más de lo que piensas cuando estés circulando en vías despejadas o terrenos favorables.
Un SUV que busca su espacio
Puestos a buscar alternativas hay no pocas opciones. Desde el fuego amigo de los provenientes de Stellantis como Alfa Romeo Junior o Jeep Avenger, a propuestas como el Nissan Juke, Renault Captur, Ford Puma, Hyundai Bayon o Kia Stonic, por citar algunos, te hacen ver cómo hay mucho y bueno donde elegir, aunque ante todos mantiene el tipo este Mokka tan especial.
Porque en esta última actualización no sólo recibió una pequeña modificación en el frontal, con el nuevo logo, una firma lumínica característica y la implementación del diseño Vizor en el interior, sino que también se produjo una modificación del ecosistema digital interior, firmado ahora por Snapdragon y con una vistosa pantalla multifunción de 10” en el centro de la consola con un inequívoco aire de familia a los últimos Opel puestos en escena. Su funcionamiento es rápido en la navegación entre menús y responde a las órdenes vocales con prontitud si estas son las predeterminadas, aunque en los días de convivencia con el Mokka Hybrid nos quedamos lejos de conseguir activarlos mediante un lenguaje natural. La puesta al día también incorporó los faros matriciales y una cámara de marcha atrás que mejoran su usabilidad diaria, añadiendo sensación de valor añadido en su uso cotidiano.
Eso sí, la actualización no ha supuesto una modificación en las cotas de habitabilidad, que sigue siendo bastante buena si atendemos a las plazas delanteras y bastante limitada considerando las plazas traseras, sobre todo en cuanto a espacio para las piernas que puede dificultar la comodidad tanto de pasajeros traseros como de los delanteros de mayor tamaño, que deberán adelantar sus asientos más de lo que les gustaría para dar cabida a los pasajeros traseros. El maletero, por su parte, también queda un poco por detrás de lo mejor de la categoría, con 350 litros anunciados —40 l menos las versiones eléctricas—, queda lejos de alternativas como Ford Puma (456 l) o Toyota Yaris Cross (397 l), aunque puede ser suficiente para las actividades cotidianas del tipo colegio, gimnasio, compra semanal en el hipermercado.
Un SUV híbrido casi total
La tecnología micro híbrida de Stellantis va más allá de lo habitual de modo que es habitual ver momentos en que la electricidad se encarga del movimiento, si bien en la mayoría del tiempo éste va a hacerse exclusivamente por el motor térmico 1.2 de 136 CV. Y la verdad es que siendo una propuesta mecánica modesta es capaz de conseguir unas cifras más que razonables en cuanto a aceleración y capacidad para recuperar velocidad; son mucho mejores, por ejemplo, que las del Yaris Cross 130H y vas a estar en condiciones de moverte por encima del ritmo del tráfico con enorme facilidad e incluso entonces tener una agradable reserva de potencia que te permita encarar repechos, adelantamientos o cambios de velocidad circulando por vías periféricas o interurbanas.
Incluso podrás adentrarte en autopista y circular con el coche cargado hasta el límite con notable facilidad siempre y cuando te emplees con un mínimo de habilidad con el acelerador o seas hábil conectando el modo Sport de conducción cuando vayas a afrontar alguna zona de pendientes muy largas y éste te permita mantener el motor un poco «más alegre» por mucho que esto vaya a suponer un mínimo gasto extra de consumo.
Los consumos del nuevo Opel Mokka Hybrid
Esta velocidad va a ser determinante para cuanto vaya a funcionar en modo eléctrico y, lógicamente, de cara al consumo, si bien en un uso natural, sin exigir a fondo a la mecánica y algún aprovechamiento de las inercias vas a poder ver consumos por debajo de los 6 l/100 km. De hecho, cuando recogí la unidad de pruebas el ordenador de a bordo marcaba unos interesantes 6,3 l/100 durante los 1.583 km anteriores, y en los ensayos que realizamos habitualmente vimos nada menos que 5,1 l/100 km en el favorable recorrido de ciudad, de 4,9 circulando de manera constante a 100 km/h y de 5,6 circulando a 120 km/h.
Eso sí, si lo que vas a hacer son recorridos cortos o vas a ser de los que le pesa el pie derecho, vas a estar por encima de todos estos valores, e incluso puntualmente podrías llegar a ver dos dígitos en el indicador de consumo —totalmente cargado y circulando mucho tiempo a fondo, con la climatización conectada, eso sí—. La transición entre ambos motores va a ser correcta, aunque en algunas situaciones sí vayas a notar una vibración cuando se arranque el tricilíndrico. No preocupante, pero sí algo incómodo para los más exigentes si estás en medio de una atmósfera silenciosa, tú solo en el coche, sin el equipo de audio funcionando y estás con una atención consciente en cómo están interactuando los motores.
Así es su conducción
En cualquier caso, su conducción es agradable. Cuesta poco hacerle girar por zonas estrechas a pesar de que su diámetro de giro no es tan bueno como podríamos esperar de un coche de 4,15 metros de longitud (11,3 m sin duda penalizado por la más que generosa monta de neumáticos), y cambia de dirección con gran facilidad al entrar en curvas, sin acusar balanceo desagradable.
Y sin ser malo el aislamiento, para nada —no en vano mejora notablemente las cifras de un Yaris Cross—, me gustaría que llegase un poco menos de sonoridad al habitáculo especialmente cuando aumenta la velocidad y el asfalto no está en perfectas condiciones. También, y puede que esto sea una apreciación personal, me gustaría que el pedal del freno tuviese un tacto más homogéneo y no te obligase a centrar perfectamente alineado el pie con el centro del pedal para conseguir sacar lo mejor del equipo, ya que de lo contrario, con ese pisar descuidado habitual puedes tener la sensación de que el coche no pierde velocidad al ritmo que tu quisieras.
El Opel Mokka Hybrid, ¿es interesante frente a sus rivales?
La campaña de descuento que actualmente ofrece Opel convierte a este Mokka GS Hybrid en un coche realmente atractivo comparado con sus posibles rivales dados sus poco más de 28.000 €. Empezando por los del propio Grupo, resulta que es más barato que el Alfa Romeo Junior y que el Jeep Avenger cuenta con la hibridación ligera a partir del motor de gasolina de 100 CV, no 136 con lo que resulta menos potente. El Ford Puma, una referencia por maletero y con un precio semejante resulta mucho menos eficiente en consumo y prestaciones, lo mismo que el Renault Captur micro híbrido, que aunque es algo más barato tiene un consumo prácticamente 1 l/100 km superior y va con cambio manual.
El rival en la gama Captur sería el E-Tech, casi al mismo precio, ligeramente más eficiente y claramente más lento. Y si echas la vista al Nissan Juke, con la misma tecnología que el Captur, no sólo el Mokka es casi 2.000 euros más barato, sino que también es más rápido, tiene una mayor velocidad punta y añade el cambio automático de seis marchas, por cuatro del modelo japonés. Es pues, una opción de lo más adecuada para quien busque un SUV pequeño, con etiqueta Eco y un buen potencial para adentrarte en carretera si te hace falta.
Nuestra opinión: Un SUV que vale su peso en oro
Le ha sentado muy bien la hibridación al Mokka. Hibridación ligera, sí, pero no deja de poder moverse en momentos puntuales en modo eléctrico, con el consiguiente agrado de uso. Es atractivo visualmente, está bien equipado y gasta mucho menos que antes, su agrado de conducción es alto y en la gama se incluye una interesante versión eléctrica. Me gusta pese a que una sucesión de pequeños puntos de mejora como la transición entre los motores o en los sistemas de frenado, con los pedales bastante descentrados, podrían llegar a empañarte el ánimo si tienes un mal día.
