La versión híbrida enchufable supone el modelo más exclusivo de la familia BMW X1 por precio, por tecnología y por potencial prestacional, próximo al de la variante 25d, ligeramente más potente y con cambio de ocho relaciones, por las seis del X1 xDrive 25e.
Uno de los aspectos más llamativos de este nuevo SUV es la gestión que el conductor puede hacer de la electricidad almacenada en la batería, de (8,8 kWh, recarga máxima de 3,7 kW y capacidad suficiente para permitir al X1 aproximarse a los 40 km sin necesidad de conexión del motor de gasolina). Permite elegir entre maximizar el uso de electricidad (modo Max eDrive), buscar el equilibrio consumo-prestaciones del Auto eDrive o reservar carga en el Save battery.

Estos programas de batería pueden coordinarse con los modos de conducción específicos (Sport, Comofrt y EcoPro) para adaptar el rendimiento del SUV a las preferencias personales, si bien en todos los casos al acelerar a fondo y superar la resistencia del “kick down” se activará el modo más prestacional.
En este caso, el nuevo BMW X1 xDrive 25e muestra más facilidad para ganar velocidad y mantener el ritmo en marcha que para frenar en unas distancias de referencia o conseguir unos consumos espectaculares una vez que se ha agotado la energía de la batería de impulso. De hecho, se quedan en un registro medio, aunque tampoco merece sonrojo.
BMW X1 xDrive 25e: nuestras mediciones
CONSUMO CARRETERA | 6,5 l/100 km |
CONSUMO CIUDAD | 6,0 l/100 km |
ACELERACIÓN 0-50 km/h | 2,4 s |
ACELERACIÓN 0-100 km/h | 7,2 s |
ADELANTAMIENTO 80-120 km/h | 5,7 s en D |
SONORIDAD A RALENTÍ | N.D. |
SONORIDAD A 100 km/h | N.D. |
FRENADA DE 100 km/h a 0 | 39,02 m |
BMW X1 xDrive 25e: espacio y maletero
Situado un escalón por encima de híbridos enchufables generalistas como Ford Kuga, Jeep Renegade, Peugeot 3008 o Mitsubishi Outlander, este BMW X1 debe ser alternativa de modelos como los Volvo XC40 T4 Twin Recharge o Mini Cooper SE Countryman, con quien comparte estructura mecánica y a los que aventaja tanto en cuanto a capacidad interior para pasajeros —anchura de 141 y 142 cm respectivamente a la altura de los hombros, cota vertical máxima de 104 y 94 cm, con 73 de espacio para las piernas—, como para carga, con un maletero por encima de los 450 litros a pesar de que la batería condiciona una pérdida de capacidad próxima al 10 por ciento. Cierto es este SUV cede ligeramente frente al DS7 E-Tense, pero —posiblemente— su diferente filosofía de marca condicione a un público bien diferenciado.

En este caso, los dos motores del BMW X1 dan pie a una tracción a las cuatro ruedas de accionamiento rápido y progresivo, con una alternancia sutil en el funcionamiento de ambos, tanto como en los procesos de recarga de la batería. Entre ellos, el gran protagonista es el eléctrico, que complementa ejemplarmente durante la marcha al modesto 1.5 turbo de tres cilindros. También es el encargado de iniciar la marcha y mover al X1 en maniobras y a baja velocidad, incluso habiendo seleccionado el modo e-save.
Como es habitual en BMW, el precio de tarifa —algo elevado— poco tendrá que ver con el definitivo cuando se le configura, como nuestra unidad de pruebas, con una exhibición de dotación opcional, con elementos como el Head Up Display, los asistentes de conducción semi autónoma o la pantalla de 10’25 pulgadas, si bien es más generoso de lo habitual, quizá mostrando el interés en potenciar esta versión híbrida enchufable.

BMW X1 xDrive 25e: conclusión
En definitiva, amplio, de llamativa estética y un comportamiento en carretera digno de la mejor tradición BMW, este X1 25e supone algo más que una versión cero emisiones a una familia amplia. Destaca por la inapreciable interacción entre ambos motores y una conducción realmente agradable en cualquier circunstancia. Cierto es que su capacidad de maniobra en sitios estrechos no es la mejor, y el pequeño depósito de combustible limita la autonomía.