En el pasado Salón de París se presentó en sociedad el nuevo Renault 4, que se unía de esta manera al ya conocido R5 como los dos nuevos estandartes de la movilidad eléctrica asequible dentro de la marca francesa. Y allí pudimos compartir mesa con Luca de Meo, consejero delegado del Grupo Renault, al que notamos muy convencido de que estos dos modelos van a triunfar a nivel europeo.
Pero dentro de esa seguridad que le dan sus nuevos lanzamientos, el italiano también quiso preguntar a la prensa especializada que nos desplazamos hasta la feria parisina sobre sus nuevos modelos. Muchos coincidieron que probablemente el R4 no ha tenido el impacto del R5, aunque luego ya se verá cual de los dos gana en ventas. Mientras otros le achacaban que quizás podrían tener poca autonomía, apuntando a las versiones más económicas de 300 kilómetros.

Ante estas últimas afirmaciones De Meo esbozó esa sonrisa que le caracteriza y comentó algo así como “esperar a que puedan llegar a los 500 kilómetros de autonomía”. En ese momento había que indagar si es que se lanzaría una tercera batería para estos modelos por encima de los 52 kWh que marca ahora la más capaz o como han confirmado medios como L’Argus, se tratará de una actualización que les permita llegar hasta el medio millar de kilómetros con una sola carga.
Baterías evolutivas
Lo que no está quedando claro en esta nueva era de la industria automovilística es que las actualizaciones van a ser mucho más constantes y rápidas. Y no me refiero a temas como el software de las pantallas multimedia o posibles mejoras en el equipamiento del coche pagando un poco más, sino a evoluciones de las propias baterías de los coches eléctricos.

Según las fuentes consultadas por el medio francés, los ingenieros de Renault van a conseguir aumentar la autonomía de las baterías incorporando nuevas celdas, aunque no antes del 2026. Por ejemplo, en la más pequeña, que actualmente tiene 40 kWh de capacidad, la idea es cambiar la composición química de la actual NMC (níquel-manganeso-cobalto) a una de LFP (litio-hierro-fosfato) que suministraría el socio de Ampere, la división para eléctricos del Grupo Renault, LG Chem desde su fábrica en Polonia.
De esta manera, y este factor también es muy importante, se abaratará el coste de la propia batería, lo que podría permitir bajar el precio de los R4 y R5. Aunque hay que tener en cuenta que esta composición tiene una densidad energética menor, pero esto ya lo tenían previsto. La solución es utilizar la tecnología “cell-to-pack” que lo que hace es alojar las citadas celdas directamente en el paquete de baterías y no en módulos, por lo que ocupan menos espacio. De esta manera se pueden añadir más celdas y se aumentaría la energía, por lo que estiman que los dos Renault podrían pasar de 300 a 400 kilómetros de autonomía.

Un poco más complicada es la tarea para la batería grande de 52 kWh. En su caso se ha utilizado también una composición NMC, pero no permite ampliaciones como la anterior. Lo que estiman los ingenieros de la firma francesa es que una evolución de su química para ese citado 2026 será la que permitirá alcanzar los ansiados 500 kilómetros homologados. Y además de esta última también se vería beneficiado el Alpine A290.