“No estamos matando a Seat. Sólo tenemos que decidir sobre su futuro”. Con estas palabras en el medio Autocar, Thomas Schäfer, presidente del Consejo de Administración de Seat y CEO de Volkswagen, ha sembrado de interrogante el futuro de la marca española. No entorno a su viabilidad, ya que también ha asegurado que la firma está garantizada y “está bien hasta 2028 o 2029”, pero sí deja en el aire la opción de que a partir de esa fecha deje de ser lo que es hoy.
Y, ¿en qué se convertiría Seat en palabras de su máximo dirigente a partir de esa fecha? Tras el auge de Cupra, el máximo responsable de la firma ha asegurado que la compañía podría transformarse, directamente, en una marca de movilidad en la misma línea que ha creado el Grupo Renault con la submarca Mobilize. Este camino permitiría al grupo alemán evitar la canibalización también con Skoda, ya que ambas marcas han terminado por competir con producto parecido en un mismo entorno de mercado.
Las palabras de Thomas Schäfer llegan en un momento de especial dificultad para Seat, que acumula dos años en números rojos y con caídas de ventas en Europa que ascienden al 45 por ciento en el pasado mes de julio y al 42 por ciento en agosto, respecto a los mismos meses del año anterior, tal y como se ha descifrado en la entrevista concedida por su presidente del Consejo de Administración.

Cupra gana relevancia y Seat la pierde
Aunque todavía particularmente popular en mercados como España, Reino Unido o Austria, el máximo responsable de la compañía ve a Seat ahora como “una marca de volumen de nivel de entrada para clientes jóvenes”, desmarcándose de momento y hasta final de la década de una Cupra que no perseguirá tanto el volumen de ventas y sí “un posicionamiento agudo para atraer a una audiencia más rebelde y joven”.
Y es que, hoy más rentable, Cupra sigue despegando y concentrando buena parte de las novedades y noticias por parte del Grupo Volkswagen, en detrimento de una Seat que, sin embargo, se resiste a permanecer en un segundo plano. La marca española confiará así en los próximos meses en el rediseño del León para los ejercicios 2023 y 2024, mientras que actualizará también a sus exitosos Ibiza y Arona de cara a 2024 con la llegada de tecnología micro-híbrida.
Aun así, tal y como ha dejado también entrever Thomas Schäfer, Seat posiblemente reducirá con el tiempo su gama, menos viable financieramente que una Cupra que tiene un posicionamiento superior. Esta última ya plantea como novedades sus nuevos Cupra Terramar (para 2024 y desarrollado a partir del Audi Q3) y otro gran SUV para 2025, además del nuevo Cupra Tavascan, que llegará en primavera de 2024. Y los Cupra León y Born también se rediseñarán en 2023.

Todos los caminos, por tanto, parecen apuntar a la reconversión de Seat en una nueva marca de movilidad para la próxima década, representado ahora mismo en la división Seat MÓ que dirige Lucas Casasnovas. El lanzamiento del Seat Minimó ya fue toda una declaración de intenciones y hoy se acelera más que nunca la transición hacia una movilidad diferente y más limpia, en la que tienen cabida también nuevas alternativas de transportes como los patinetes y los scooters eléctricos que ya ha empezado Seat también a comercializar.