Las regulaciones amenazan ya con asfixiar seriamente al automóvil en Europa. En un contexto en el que la competencia con China por ejemplo ha supuesto un duro golpe para el sector, especialmente en cuanto a tecnología eléctrica, mientras desde el gigante asiático siguen sucediéndose las laxas normativas y las subvenciones para todos sus fabricantes, en la UE continúan aprobándose nuevas normativas que endurecen aún más las condiciones comerciales y de fabricación de los vehículos.
La realidad es ya la que es. A pesar de que esta pasada primavera la UE flexibilizó y prorrogó la entrada en vigor de la norma Euro 7 y de los objetivos de emisiones máximas de los fabricantes, en el plazo de dos años estarán todas en vigor. Y también se discutirá en los próximos días si se confirma definitivamente la prohibición ya aprobada por Bruselas de venta de todos los turismos y furgonetas diésel, gasolina e híbridos a partir del año 2035. La Comisión está recibiendo importantes presiones desde el sector para que aplace una norma que puede suponer la estocada definitiva para muchas marcas.

Y hay más. Bastante más. Este mismo verano hemos conocido por una filtración de un medio alemán que la Comisión Europea quiere aprobar una nueva norma para prohibir, ya en 2030, que las flotas de empresas y los vehículos de alquiler sean de combustión. El objetivo es que solo sean ya 100% eléctricos en ese plazo de poco más de 4 años, lo que sin duda supondría un duro golpe para miles de empresas que tendrían muy poco margen para la adaptación. Y, por si no fuera poco ya con esto, ayer mismo se fijó desde Bruselas un nuevo proyecto de regulación que afectará, y mucho, a los vehículos nuevos que quieran comercializarse en la Unión Europea.
Todos los vehículos nuevos fabricados en la UE tendrán que tener al menos un 20% de plástico reciclado
Y es que el pleno del Parlamento Europeo aprobó ayer mismo su posición para negociar ya desde ahora con los Veintisiete las nuevas normas de diseño y reciclado del sector del automóvil. La sesión, celebrada en Estrasburgo (Francia) concluyó con un mandato de regulación aprobado con 431 votos a favor, 145 en contra y 76 abstenciones, abriendo así ya las negociaciones entre la propia institución comunitaria y el Consejo de la UE, formada por todos los gobiernos que son, en última instancia, quienes tienen que ratificar esta aprobación para que entre en vigor. Pero, ¿cómo va a afectar a los vehículos?
Para empezar, la Eurocámara ha fijado que los nuevos vehículos fabricados en la Unión Europea tengan que tener ya por ley al menos un 20 por ciento de plástico reciclado en un plazo de solo 6 años a partir de la entrada en vigor de esta nueva legislación. Es verdad que los Eurodiputados han rebajado una cifra que la Comisión Europea proponía en el 25%, pero también lo es que se terminará fijando este mismo objetivo en una siguiente fase en el plazo de 10 años. Bruselas eso sí ha puesto el condicionante de que esto sucederá “siempre que haya suficiente plástico reciclado disponible a precios no excesivos”.

Así deberán diseñarse también los nuevos coches que se fabriquen en la UE
El mandato aprobado por el Parlamento Europeo introduce además más regulaciones e importantes novedades en cuanto a la fabricación de los vehículos en la UE, obligando también por ley a que estén “diseñados de modo que las plantas de desguace autorizadas puedan retirar el mayor número posible de piezas y componentes fácilmente, con el objetivo de facilitar cuando sea técnicamente posible su sustitución, reutilización, reciclado o renovación”.
Desde la UE pretenden además establecer ahora una “responsabilidad reforzada de los fabricantes en el proceso de recogida y tratamiento de los vehículos al final de su vida útil”, ya que la Eurocámara estima que, de los 285,6 millones de automóviles que circulan por las carreteras comunitarias, hasta 6,5 millones llegan cada año al final de su vida útil, un número muy importante.
Estas regulaciones básicas podrían también ampliarse con más normativas, ya que los Eurodiputados se han manifestado al mismo tiempo a favor de que la Comisión Europea introduzca nuevos objetivos para el acero y el aluminio reciclados y sus aleaciones, con nuevos umbrales a estudiar en próximas reuniones.