En contra de la tendencia alcista en límites de velocidad que parece vivirse en Europa en los últimos meses, con nuevos proyectos que, por ejemplo, han elevado la velocidad máxima en algunas autopistas de la República Checa a 150 km/h, un proyecto que también Italia quiere poner en marcha, o en algunas vías rápidas de Países Bajos a 130 km/h, España continúa apostando por lo contrario, la rebaja de la velocidad en las carreteras como instrumento de reducción al mismo tiempo de la accidentalidad.
Días después de aclarar la DGT que mantendrá la norma de no permitir exceder en 20 km/h el adelantamiento en vías secundarias a turismos y motos, seguimos conociendo nuevas normas que reducen la velocidad máxima en las carreteras. Hace apenas un mes ya te contamos cómo cada vez más tramos de vías rápidas eliminaban el límite máximo genérico de 120 km/h, imponiendo nuevos de solo 100 km/h, con el objetivo de reforzar la seguridad vial.
La AG-55, en Galicia, ha sido una de las autopistas que ha decidido rebajar los límites de velocidad de 120 a 100 km/h en muchos de sus tramos, al igual que la AP-8, en Gipuzkoa, donde Bidegi, la sociedad foral encargada de la gestión de las autopistas que discurren por todo la provincia, ha anunciado ya la modificación de hasta 6 nuevos tramos, ahora con límite ya de 100 km/h y no de 120 km/h, instalando hasta nuevos radares para controlar que se cumpla. La AP-7 catalana fue también una de las primeras autopistas pioneras en esta práctica, estableciendo nuevos límites dinámicos de reducción a 100 km/h en función a condiciones meteorológicas, a flujos de tráfico o al estado de las vías.
Por la noche, a solo 70 km/h en la autopista C-31
Pues bien, nos quedamos hoy de nuevo en Cataluña, porque acabamos de conocer que otra autopista de la comunidad irá ahora un paso más allá todavía en su estrategia de reducción de velocidad, limitando esta vez el límite máximo hasta únicamente 70 km/h por la noche y en un tramo concreto, de manera de momento experimental y con el objetivo de reducir el impacto sonoro. Sorprendente, sin duda.
Siguiendo así con controvertidas nuevas medidas que, según sus cálculos, ya han permitido evitar hasta 1.610 accidentes con heridos hasta 2023, el Servei Catalá de Tránsit (el SCT, organismo que tiene las competencias de tráfico en Cataluña en lugar de la DGT) ha puesto así en funcionamiento una prueba piloto para contribuir a la mejor calidad de vida y al bienestar de la ciudadanía. Para ello, esta vez en la C-31, entre Castelldefels y Gavá, en la provincia de Barcelona, un tramo de 6 kilómetros tiene ya limitada la velocidad máxima a 70 km/h durante la noche.
De 22:00 de la noche a 7:00 de la mañana
En concreto, la medida aprobada por el SCT establece que este nuevo límite de velocidad rebajado cobre efecto entre las 22.00 de la noche y las 7:00 de la mañana del día siguiente, en vigor ya desde el lunes de esta misma semana y de momento confirmado hasta el próximo 4 de diciembre. “Se calcula que esta medida puede beneficiar a unos 2.500 vecinos y vecinas y el trayecto sólo se incrementará en un minuto”, ha justificado el propio Servicio Catalán de Tráfico sobre la polémica generada ya en un tramo en el que hasta ahora se podía circular a 80 o 100 kilómetros por hora, según el ámbito.
La medida, eso sí, no a va a quedar en agua de borrajas, ni en una nueva ocurrencia sobre el papel. No. La medida va a ir ya además acompañada de nuevos controles que garanticen su cumplimiento y efectividad. Para ello, el SCT confirma que va a instalar dos sonómetros en la misma carretera C-31 para monitorizar las emisiones sonoras antes y después de la reducción de la velocidad máxima permitida. También se han instalado sonómetros en la red viaria del entorno y los datos se cruzarán, además, con los de intensidad media de tráfico y velocidad media de circulación.
“La reducción de la velocidad en horario nocturno representa una medida que nos permite mejorar la calidad de vida de los ciudadanos optimizando las infraestructuras que ya existen”, ha continuado explicando el director de Infraestructuras de Movilidad, David Prat. Mientras, la directora de Transportes y Movilidad de Cataluña, Susi López, ha puesto en valor la necesidad de seguir explorando nuevas fórmulas en las carreteras, también para reducir el impacto acústico, “especialmente durante la noche para así proteger el descanso de las personas que viven cerca de la C-31, avanzando al mismo tiempo hacia una movilidad más respetuosa con el entorno”.
Esta medida por ello no va a ser la única, ni la última, encaminada a mejorar la calidad ambiental. El Departamento de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica de Cataluña también ha confirmado que ya trabaja en un nuevo plan estratégico para reducir de forma significativa el impacto acústico de la red viaria de la Generalitat, manteniendo la eficiencia de la movilidad y optimizando las infraestructuras viarias existentes. Y se anuncian que llegarán más tramos de autopistas también donde se seguirán rebajando los límites de velocidad por la noche, como ocurre ya en la C-31. Conductores, preparémonos.









