Tú y yo sabemos que este VZ es el Born que debería haber hecho CUPRA desde el primer momento que pisó el mercado. Y no, no me refiero al apartado mecánico, sino al dinámico y a la puesta a punto de su chasis, ahora sí, claramente distinguible de su hermano ID.3 —las otras versiones no lo son tanto como desearía el potencial comprador de CUPRA— y perfectamente reconocible como un producto firmado por esta marca. Este Born VZ, exclusivamente ligado a la motorización de 326 CV, viene a demostrar que es posible hacer que un coche eléctrico con alma de verdadero GTi y, por consiguiente, deportivo, emocional, emocionante al volante y, sobre todo, sumamente eficaz sin por ello sacrificar "usabilidad" y agrado de uso.
La metamorfosis del Cupra Born
Detrás de esta transformación vuelve a estar Jordi Gené, quien ha marcado todas y cada una de las directrices al equipo de ingeniería con la finalidad de que el Born VZ pueda cambiar radicalmente de personalidad aprovechando, además, un importante incremento de las prestaciones. Por cierto, vaya cómo se nota que hay un 40% más de fuerza que en la ya única opción mecánica disponible en la gama, aunque para mí es un factor secundario en comparación con la transformación que ha experimentado el chasis. Aunque no lo parezca, dada la excelente motricidad que tiene este coche en general y esta versión en particular —no hay más ruedas que en otros Born equipados con llanta de 20", pero sí más garganta, 8" en lugar de 7,5"—, los 326 CV que propulsan a esta versión proceden exclusivamente del eje posterior, y la noticia no puede ser mejor porque son kilos ahorrados en lugar de montar un segundo motor que requeriría una nueva cuna y refrigeración adicional y, además, un único motor proporciona caballos más auténticos en todas las condiciones.

Con la nueva unidad APP550 más optimizada aún que en Tavascan u otros modelos del grupo que la equipan —su rendimiento estándar son 286 CV— gracias a un estátor con sección de hilos ampliada, imanes más potentes en el rotor y un sistema de refrigeración más eficiente, el Born VZ se beneficia de una doble ventaja: respuesta mucho más poderosa que la versión de 231 CV y menor gasto energético —de hecho, es el Born con el menor consumo de la gama—. CUPRA, además, ha dado una vuelta entera de tuerca al conjunto mecánico equipando la batería de 79 kWh netos —84 kWh brutos—, dos adicionales frente a la de mayor capacidad hasta el momento, además de una mayor potencia de carga —185 kW—; ahora, el alcance teórico es de 590 km requiriendo menos de media hora para completar el 80% de carga.
Batería y elementos adicionales hacen que el coche sea 50 kilos más pesado que un Born de 231 CV con batería de 77 kWh de capacidad —eso sí, con un reparto al 48/52% sobre el eje delantero/trasero—, aunque si la potencia extra compensa más que sobradamente el aumento de peso, las modificaciones que se han efectuado en el chasis hacen que el VZ parezca incluso un coche más ligero de lo que realmente es, y en el que se aprecia claramente que los kilos están situados en el eje central del coche y muy cerca del suelo.
La magia del Cupra Born BZ está en el chasis
Incluso en el caso de esta versión, su firme pedal de freno llega a ser un acicate más en conducción deportiva, aunque en realidad sea un mal endémico de todo modelo basado en MEB: hay que suplir la falta de mordiente con presión adicional sobre el pedal, algo que en conducción urbana no llega a ser de lo más agradable porque da la impresión de que estamos frenando tarde y mal. En realidad, y pese a que el VZ también emplea tambores traseros, la capacidad de detección, medida en distancias, es impresionante.

Sobre la dirección, CUPRA ha trabajado en software y hardware, y es sin duda uno de los mejores elementos de este coche. Tal vez haya que cogerle el hilo a su rapidez, pero su precisión es absoluta y deja sentir perfectamente por dónde guiamos el tren delantero incluso cuando damos gas en pleno giro y descargamos de peso ese tren, ya que el bajo centro de gravedad del coche y la firme suspensión consiguen limitar los movimientos longitudinales de la carrocería y que esa transferencia de masas se produzca, además, de forma muy espontánea. Los muelles y amortiguadores posteriores tienen una firmeza claramente mayor que el resto de la gama. También se han modificado las válvulas de los amortiguadores delanteros, así como la estabilizadora de este tren.
Opcionalmente, este Born VZ puede seguir equipando la suspensión adaptativa DCC Sport, una opción bastante interesante por su precio —860 euros— y porque nos garantiza poder elegir la comodidad y firmeza adecuada en cada momento a través de un sencillo ajuste en el sistema multimedia. En realidad, incluso con esta opción equipada, el Born VZ se siente un coche claramente rígido, pero lejos de la incomodidad. Se ha conseguido un coche que gira muy plano, de dirección instantánea, que se recupera muy rápido del apoyo y que fluye entre curvas con absoluta naturalidad, pero que a su vez, deja margen al conductor para aprovechar su neutralidad cuando decidimos conducir "de manual", o en su defecto, aprovechar que CUPRA también ha afinado las ayudas a la conducción para que sean menos intrusivas y podamos redondear los giros más lentos sin la intervención del control de estabilidad.
No es un coche que haga sudar. Para muchos, la mayor virtud de esta versión es lo rapidísimo que se puede ir en carretera de montaña —y lo cómodo que es a la hora de viajar— sin exigirte demasiado. Para mí, el aliciente es que, hasta en los desplazamientos cotidianos, este coche susurra esa deportividad de chasis característica de la marca, haciéndolo extremadamente divertido de conducir aunque no tengamos la más mínima intención de explorar todo el potencial dinámico que esconde.

Nada de ruido, muchas nueces
Al motor le podrá faltar ese ingrediente que, a quienes nos gustan los coches deportivos, nos estimula incluso más que las propias prestaciones del coche, ruido, pero la cantidad de caballos disponibles es directamente proporcional a la cantidad de su empuje. En realidad, tiene lo que no puede ofrecerte el mejor motor térmico: impulso constante de 0 a 200 km/h —se ha decidido seguir limitando la velocidad, en este caso, 40 km/h por encima que los Born de 231 CV— e inmediatez absoluta, tanta, que tendrás que aprender a modular adecuadamente el acelerador para evitar brusquedad. La marca anuncia un 0-100 km/h en 5,6 segundos, tiempos que le sitúan al nivel de un CUPRA León de 300 CV, un coche que, por cierto, cuesta ligeramente más que cualquiera de las dos versiones disponibles del Born VZ y con el que, en caso de plantearse una jornada de diversión en tu puerto de montaña preferido, no te proporcionaría una autonomía realmente mayor, pero sí un coste de uso claramente superior, suponiendo que podamos regresar con el Born a casa y volver a cargarlo a un precio irrisorio.
Sí, sé que hay quienes miden/medimos los niveles de felicidad en decibelios o litros de combustible quemados, pero el Born VZ te asegura jornadas de diversión fantásticas, una conducción muy entretenida, ventajas de usar un coche con pegatina CERO de la DGT —ya sabes que vale su peso en oro si utilizas el coche frecuentemente por ciudad—, un mantenimiento mucho más reducido y, además, te garantiza viajar con cierta tranquilidad. En uso diario y haciendo el kilometraje medio, en realidad solo tendrás que preocuparte de mantener la batería "a punto", ni demasiado baja ni por encima del 80 %. En ciudad es fácil conseguir medias de entre 15 y 16 kWh/100 km, consumos que te aseguran medio millar de kilómetros con un coste que no llegaría a tres euros cada cien kilómetros si realizas cargas domésticas.

Fuera del uso urbano, el consumo puede oscilar entre los 17 y 18 kWh/100 km, pero apuesto a que no te dolerá usar el acelerador como si fuera un interruptor disfrutando de su reacción mecánica, algo que la conciencia o el bolsillo no invitan a hacer cuando conduces diariamente un León VZ. A la hora de viajar, creo que es factible conseguir un radio de acción de alrededor de 360 km. Si te convence, 45.260 euros son la puerta de entrada a este deportivo eléctrico en su versión Advanced Plus, incomprensiblemente más ventajosa por precio y equipamiento que el acabado Pack, cuyo precio se eleva a 47.030 euros. En ambas versiones, la bomba de calor es opcional, con un coste de 1.070 euros.
Nuestra opinión: De gemelos, a mellizos
Ahora sí, aunque sea en esta versión, el Born abre una gran brecha respecto al ID.3 en cuanto a personalidad dinámica, algo no tan acentuado en el resto de motorizaciones. No es tanto por la potencia extra, sino por el mejorado tacto deportivo y la agilidad adicional conseguida, lo que verdaderamente hace especial al VZ/326. A esto hay que añadir su mayor autonomía, fruto de una batería de mayor capacidad y superior eficiencia, así como más potencia de carga y un equipamiento de lo más completo.