Cupra es pionera en muchas cosas y quiere seguir siendo un referente entre los que desean desmarcarse del común de los mortales. Nació como una escisión de Seat, pero se ha convertido en el referente de Grupo industrial español por méritos propios. Seat yo creo que le queda mucho recorrido y, sobre todo, siempre estará en nuestros corazoncitos, pero el futuro pasa por Cupra, donde se ha puesto el foco en la electrificación 100%.
El mejor ejemplo es el Tavascan, con el que el nuevo emblema nacional empieza a coger mucho cariz internacional. Un logotipo muy tribal con el que se identifica la tribu de la marca. Y es que, con el poco tiempo que lleva entre nosotros, ya es toda una referencia. Y ahora solo le falta serlo entre los electrificados. El primero fue el Born, que para mí ha sido durante mucho tiempo uno de los mejores eléctricos del mercado. Pero este mundo evoluciona rápidamente y Cupra ya tenía el siguiente paso previsto con un SUV de altos vuelos, con apariencia coupé y un diseño a la altura de lo que se espera de un Cupra. Es el Tavascan que protagoniza nuestra prueba y coloca a la marca española entre las mejores.

Una plataforma conocida en el Cupra Tavascan
El Tavascan comparte la plataforma MEB con otros modelos del Grupo VW, como son el Audi Q4 Sportback, el Skoda Enyaq Coupé o el VW ID.5. Todos ellos son muy parecidos mecánicamente, pero hay que reconocer que el Tavascan se diferencia por su estilo y presencia. En eso Cupra lo ha sabido hacer muy bien y se ha posicionado como una marca premium y, sobre todo, con mucha personalidad.
Y no solo por su aspecto exterior, realmente inconfundible con su espectacular logo delante iluminado, o la zona lumínica trasera horizontal también con el logo brillando. Todo es fascinación en el Tavascan. También cuando te introduces dentro donde los materiales son de buena calidad, con alto porcentaje de reciclados, y tejidos como la especie de neopreno combinado con Alcántara en los asientos. Aunque quizás lo que le diferencia es por la espina dorsal de la consola central con relieve en escamas que deja espacio por debajo para objetos pero da continuidad con el salpicadero. Desde luego proporciona mucha personalidad.
Cuando te sientas frente al volante percibes una gran amplitud, más que las que tienen sus hermanos de plataforma MEB. En la parte trasera hay mucho espacio para la cabeza a pesar de ser un SUV coupé donde el techo es tendido, pero sobre todo para las piernas, ya que la plataforma tiene una batalla grande de 2,766 metros. Y lo más importante, las puertas traseras permiten entrar muy fácil, algo que no es muy habitual en los modernos SUV coupés. Los asientos son confortables, pero se echa un poco de menos más recogimiento a la altura de los hombros para hacer una conducción un poco más dinámica. Y en cuanto al maletero, pues con 540 litros hay más que de sobra, aunque se echa de menos el hueco delante para dejar los cables de carga.

Así es el Cupra Tavascan VZ, el más potente
Pero vayamos a las entrañas del Tavascan. Hemos probado la versión estrella, la VZ, que tiene tracción total y más potencia que ninguna otra. Es decir, tiene un motor eléctrico de 80 kilovatios en el eje delantero, mientras que el eje trasero tiene 210 kW. Ambas máquinas eléctricas se combinan para producir 250 kW (340 CV) de potencia del sistema y aportar 545 Nm de par máximo a la carretera. La energía proviene de una batería de 77 kWh, que los clientes de Cupra también pueden obtener en combinación con tracción trasera.
Con estos datos técnicos a nadie le defraudarán sus prestaciones. Y como es un Cupra, la entrega de energía es quizás todavía más enérgica y deportiva que en sus hermanos de Grupo. Sientes el empuje y sus aceleraciones son brutales. Quizás por ello, por no escatimar en el esfuerzo, sus consumos también son un poco más altos de los normal. Es difícil bajar de los 20 kWh/100 y en muchas circunstancias su media puede ser de 24 kWh/100 km. Teniendo en cuenta que este mundo de la electrificación evoluciona a pasos agigantados y que precisamente la eficiencia es un apartado que mejora exponencialmente, estos consumos empiezan a ser algo altos. Pero no hay que olvidar que estamos ante un coche grande de 4,64 metros que ha pesado en nuestra báscula 2.284 kg. Su reparto es muy bueno, pero los kilos son un hándicap para los consumos.

Gran comportamiento para su tamaño y peso
Y también para su comportamiento, aunque hay que decir que se comporta bastante bien a pesar de su tamaño. La tracción total ayuda mucho a salir airoso de las curvas, pero la entrada necesita de parar mucho el coche para no subvirar en exceso. Y para ello hay que frenar con contundencia, momento donde quizás los frenos mejor se comportan. Porque su sistema de frenos es probablemente lo peor del coche. Monta tambores detrás, porque confían mucho en la regeneración de energía. Y es verdad que funciona muy bien y con las levas detrás del volante podemos cambiar la intensidad con la que regeneramos la energía en las detenciones y, por tanto, nos ayudan a frenar.
Pero siempre hay que parar el coche en algún momento con el pedal del freno y es precisamente cuando vamos a baja velocidad cuando el tacto del pedal y la sensación de no frenar se nos viene encima. Por eso hay que acostumbrarse que, aunque vayamos despacio, hay que pisar bien el freno. Pero hay que reconocer, y lo vemos en nuestras cifras de frenado en la ficha técnica de prestaciones, que el coche tiene distancias de frenado buenas.
Y menos mal porque acelera en poco más de 5 segundos en el 0 a 100 km/h y alcanza rápido los 180 km/h de velocidad punta autolimitada. De todas formas, aunque es el más deportivo de cuantos modelos con plataforma MEB conocemos, tampoco es un coche radical, ni mucho menos. La zaga cuando aceleras no se insinúa, y aunque selecciones el modo Sport y elimines el control de estabilidad, siempre se queda algo latente. La zaga se suele insinuar más por inercia, cuando cambiamos de carga en pleno apoyo en una curva y entonces la trasera se nos insinúa. Pero todo está controlado por el ESP como hemos comentado. El Cupra supera con bastante rapidez el eslalon de 18 metros y el doble cambio de carril. Sin embargo, el ESP evita tiempos aún más rápidos, porque le gusta intervenir cuando el conductor no conduce con suavidad.

Su chasis adaptativo de serie va más allá del “Confort”, al menos según el perfil de ajustes, sin que el Tavascan emule el carácter suave de sus hermanos VW. Más bien, amortigua un poco más, lo que ayuda a la estabilidad de la estructura. El SUV se abstiene de hacer movimientos bruscos de rodadura, aunque retumba las llantas de 21 pulgadas opcionales un tanto incómodas sobre tapas de alcantarilla y juntas transversales.
Y en esos momentos de conducción al límite, al girar el volante, a menudo el volumen de la radio aumenta involuntariamente en las curvas a la derecha, mientras que las curvas a la izquierda la vista de la pantalla en el cockpit digital cambia porque las palmas de las manos descansan sobre las superficies exteriores del volante que son de control táctil. Molesto, sobre todo porque los botones reales serían más fáciles de usar. En cambio, tienen más éxito los dos pequeños satélites, que permiten el acceso directo a los modos de conducción.
En cuanto a la arquitectura multimedia, que al principio muchas veces no obedecía o colapsaba por completo, ahora finalmente ha sido reconfigurada. La gran pantalla central reacciona con agradable rapidez al tacto, planifica rutas con la misma rapidez y fiabilidad y las presenta claramente. Todavía hay molestias en la vida cotidiana: la cámara de visión trasera tiene una resolución de píxeles gruesa y ofrece imágenes entrecortadas. Especialmente malo porque la visibilidad hacia atrás es mala debido al ancho pilar C.

En cuanto a la carga pues no está mal, aunque lleva un cargador de abordo en continua que no permite más de 135 kW (cuando ya hay soluciones de más potencia) aunque en nuestra medición por la línea circularon brevemente 148 kW. Al menos se pueden preacondicionar las baterías y enriquecer la planificación de carga con ajustes precisos, incluida la autonomía restante en el destino o las paradas en el camino.
Nuestra opinión: la piedra angular de Cupra
El Tavascan es la piedra angular de la ofensiva Cupra hacia la electrificación y la singularidad en el mercado. Siendo un SUV Coupé grande y premium, se desmarca con un estilo propio e inconfundible. Sin duda la tribu que ha generado la marca se siente representada con este Tavascan. Y en su versión VZ es todavía más atrayente. Me ha parecido muy agradable y capaz de competir con las mejores marcas premium. Sus consumos quizás son un poco altos y le falta mejorar algunos aspectos de los frenos, pero el resto es un coche redondo.