Excelente estreno de la primera versión electrificada al 100% del Opel Astra. Entre otras cosas porque la mecánica escogida con una buena potencia intermedia en el mercado es sobradamente conocida en Stellantis, de la que Opel es la marca alemana del Grupo. También coincide con la recientemente incorporada a la gama del Corsa, y no es otra que la de 156 caballos de potencia con casi 300 Nm que aseguran un más que eficiente esfuerzo cada vez que se pisa el pedal del acelerador, algo que por su naturaleza eléctrica es de característico pero que aquí se percibe con un agrado aún superior.
Es verdad también que frente a similares mecánicas eléctricas usadas en el Grupo para otros modelos, el Astra Electric se desmarca con un plus de 10 Nm, lo que sencillamente es otro gol por toda la escuadra. Tales cifras, y otras, las defiende un solo motor eléctrico ubicado delante, encargado también de servir al eje anterior que, como es casi costumbre, es asíncrono de imanes permanentes, en un tímido acercamiento a sus entrañas más profundas y para situarnos en contexto que veremos un poco más adelante. Es una mecánica de consabida fiabilidad y fuerza para tirar de conjuntos incluso superiores en tamaño, peso y forma a este Astra Electric, o también Astra e.

Esta versión de cinco puertas, a la vuelta de la esquina estará en juego también la más familiar o Sports Tourer eléctrica, destaca por un equilibrio general que más bien es total. Plantea una carrocería de corte moderno que además, claro está, propone los avances tecnológicos de la marca. Aunque el frontal con el Opel Avizor como seña más clara de identidad y de hermanamiento con el resto de modelos (incluidos los comerciales) es mucho más que eso. Le acompaña aquí, y en muchos otros casos de serie o como opcional, los faros LED marca de la casa, que si ya antes cumplían ampliamente bien su función de iluminación con la mejor tecnología disponible para coches de serie de este y otros tantos segmentos, ahora mejora su capacidad lumínica; incorpora más elementos led en cada óptica y hay que señalar que su funcionamiento es más que satisfactorio.
Lo idóneo de este sistema es su versatilidad más que probada de automatismo de cambio de luces justa y exactamente cuando se necesita (tiene poco margen de error). Pero si dejamos la cara, para algunos el “espejo del coche”, y que es en verdad donde se dirigen principalmente las primeras miradas, las líneas generales conforman un coche atractivo sin tener que usar elementos extraños como alerones u otro tipo de maquillaje o abalorios para llamar la atención en exceso. Las ruedas de 18 pulgadas, el espoiler del portón, etc. parecen diseñados en su justa medida. Sencillamente y llanamente, atractivo se mire por donde mire con una gran mesura en sus características, incluidas las mencionadas llantas en su diseño y otras partes de la carrocería.
Es por fuera el mismo Opel Astra con motores térmicos o híbridos, básicamente. Como por lo ojos entran las cosas, aquí no se puede decir que Opel haya fallado, aunque habrá quien opine distinto, que no lo dudamos, y para gustos los colores. Santa razón para todo el mundo porque aquí cabemos todos, pero es innegable una carrocería que no desentona en absoluto.

Siéntete a gusto en el nuevo Opel Astra Electric
Precisamente el interior sobresale por medidas bastante buenas en cuanto a la admisión de cinco personas, incluso casi que diríamos que cinco fornidos adultos, contando con las limitaciones, claro, de carrocerías de su segmento (C) donde los casi 4,40 metros de longitud exterior limitan lo que limitan pero que resultan suficientemente amplios y ofrecen muchas ventajas en el tráfico rodado de las ciudades, toda vez que guardan el equilibrio exacto para carretera en cuanto a comodidad por distancia entre ejes.
Delante hay un generoso espacio que se disfruta sobremanera entre otras cosas porque permite asientos grandes, que sujetan bien, y a la vez cómodos; un conductor con talla de algo más de 1,90 metros no tiene el más mínimo problema Hay marcas que desde hace mucho tiempo han puesto especial énfasis en el diseño y ergonomía de sus asientos, y una de ellas es Opel con concienzudos estudios sobre éstos, y de los que aquí se pueden recoger precisamente muchos de sus frutos más maduros y sabrosos, como por ejemplo los asientos que denomina GR.

En las plazas posteriores, como es lógico, consabido y esperado, el espacio es el que tiene que ser con una anchura limitada a lo que hay. Dicho esto, y a sabiendas que no se pueden hacer filigranas, no hay un mal desahogo para aquellos pasajeros de piernas largas y torso más corto y, donde las primeras tienen cierta libertad de movimiento, mientras que la altura al techo tampoco es baladí y es raro que alguien roce molestamente con el pelo o la cabeza en el techo, mientras que de anchura va bien. El maletero de 352 litros de capacidad, en su estado normal, es más que aceptable teniendo en cuenta que se trata de una versión electrificada completamente, pues comparte la utilidad exacta de las versiones PHEV, o híbridas, que no con las de motores térmicos. Para quienes busquen aún más, si quieren, pueden esperar al Sports Tourer (2024) y todo quedará en casa pues ahí tendrán más de 500 litros de disponibilidad.
Si seguimos disfrutando del interior, los materiales producen una buena sensación visual, con los plásticos más duros en los lugares menos vistos y accesibles, por decirlo de alguna manera, pero también con proporciones exactas en cuanto a algunos elementos. El salpicadero plantea una visión perfecta para el conductor, sin dejar de lado lo que puede ver el acompañante con sendas pantallas de 10 pulgadas contiguas y ligeramente envolventes hacia el conductor (Pure Panel). Buenos grafías y gráficos para el sistema de infoentretenimiento, que incluye numerosos ADS como no podía ser de otra manera, pero también un sotfware lo suficientemente rápido y una háptica dócil cuando de actuar sobre las funciones táctiles se refiere.
Ambas pantallas, que parecen una cubriendo más de la mitad del salpicadero, se ven óptimamente y en la misma línea se accede a ellas. La digitalización, obligada en estos tiempos por dar cabida a las ayudas electrónicas más elocuentes y a los sistemas de hermanamiento con otros dispositivos electrónicos portátiles, se cumple perfectamente en el Astra Electric, igual que en las otras versiones, proporcionando no solo una buena información al conductor, también la labor de necesaria conectividad y demás usos tecnológicos demandados por todo tipo de usuarios, especialmente de los más jóvenes... aunque no solo ellos. Está muy equipado.

Equilibrio perfecto entre motor y comportamiento
Una cosa es ver y otra probar. Algo puede ser bueno por fuera y no tanto en su uso. No es el caso del Opel Astra Electric, que guarda ese perfecto compromiso también entre su mecánica, eléctrica “cien por cien” en este caso, y el comportamiento. A veces hay poco motor y un chasis que lo aguante todo, y a veces lo contrario. Por eso en el equilibrio perfecto está el acierto, especialmente en un coche de todo uso como este donde obtener los mejores vectores en cada caso es lo idóneo.
Por un lado, aquí el motor de 156 caballos empuja con bastante facilidad, acompañado de esa naturaleza eléctrica que ya sabemos que en los primeros momentos siempre es toda una delicia. En este caso además con casi 300 Nm que asegura continuidad también luego, sobrepasado esos primeros momentos breves pero intensos de una aceleración, pero también si la ocupación del coche es total (cinco pasajeros y además equipaje). Hay que tener en cuenta que los eléctricos tienen además el hándicap del peso de las baterías, y este Astra eleva su masa oficial total hasta los 1.736 kilos.
Las baterías están provistas de refrigeración líquida y están debajo. Pasa en algunos eléctricos que, aún situando el peso de las baterías en una ubicación bajo los pies, en el suelo del vehículo e incluso formando parte de ese chasis, a velocidades más o menos elevadas se hacen notar no queriendo que el coche entre con total normalidad en la curva, o más bien acentuando esa sensación que en todo vehículo se produce en ese momento. Este eléctrico no plantea la más mínima duda a la hora de girar, y el peso ni se hace notar ni se proclama protagonista. El chasis ofrece rigidez palpable desde el primer momento (más que las otras versiones), y las suspensiones no nos han parecido ni duras ni blandas, que sí firmes… vuelta al equilibrio total de esta versión en el que acabamos siempre. Sumados todos esos factores, los importantes, inspira la confianza de los coches buenos, bien hechos y equilibrados en todos sus aspectos, lo que significa agrado en la conducción y buenas maneras en todo momento.

Eso también es suavidad en la conducción, sin ausencia de carácter porque cuando hace falta acelerar con contundencia lo hace, por ejemplo. Recordemos que es un coche que puede hacer más de 400 kilómetros WLTP y, de paso, marcarse también viajes de cierta entidad antes de meterse el chute en la red eléctrica de turno. En las pruebas no solo se han medido picos ligeramente por arriba de los 100 kW en corriente continua, también tiempos reales muy cercanos a casi la media hora que oficialmente se publicita para recargas de hasta el 80%. Es una manera clara y muy gráfica de simplificar su uso dadas sus características de eléctrico, para los reticentes a esta tipología de coches. Es fácil bajar la media de los 14,8 kWh/100 km del consumo oficial declarado, de por sí una buena cifra, a tranquilamente más/menos un kilovatio de turno menos sin tener que realizar tediosas conducciones buscando el menor consumo y prescindiendo de elementos básicos.
Nuestra opinión: un coche eléctrico 100% recomendado
El primer y verdadero Opel Astra eléctrico me parece un producto alemán enteramente recomendable. Se sitúa en un entorno de precio como tiene que ser (y eso sin ayudas a la compra de este tipo de vehículos que mejoran singularmente la adquisición), y ofrece un producto dinámico a la vista por ser muy moderno de diseño y estilo limpio, también al tacto porque los materiales están bien escogidos, e igualmente a los sentidos cuando se conduce porque no plantea dudas de estabilidad o comportamiento, amén de potencia y par más que suficientes sobre un chasis súper correcto y un equipamiento que está en la franja superior de lo que normalmente se trata en este sentido.