El Renault Clio y nuestro país tienen un idilio que se ha ido forjado a lo largo de los años. Ahora mismo, el utilitario francés transita por su quinta generación, la cual recibió la correspondiente actualización el pasado año para unirse a la estela del diseño que en su momento marcó el Rafale. Asentado como uno de los gallitos dentro de su categoría, aquí le sometemos a nuestra característica Guía de Compra para descubrir qué motor y equipamiento le sientan mejor.
El cambio entre dos estilos de diseño
A grandes rasgos el modelo que se comercializa actualmente respecto al que estaba en los concesionarios hace algo más de un año son iguales, pero en ellos se ejemplariza claramente el cambio de estilo que ha sufrido la gama de Renault en los últimos años. Mientras que en su quinta entrega aparecía con esa iluminación que parece imitar las patillas de una cara, ahora luce mucho más moderno y sofisticado gracias a jugar con la tecnología LED en forma de rombo. Por no hablar de una parilla que creo que ahora le aporta mucho más poderío.
Presentado a nuestra unidad de pruebas, nos encontramos ante el acabado Techno, que como analizaremos más adelante es la opción intermedia del modelo francés, al que se ha decorado con el color “Gris Zinc” para la carrocería (lo estrenó en su última actualización) que cuesta 650 euros, mientras que para las llantas se optaron por las opcionales de 17” (las de serie tienen una pulgada menos) que vienen incluidas dentro del Pack Look con un precio de 420 euros.

Donde no podrás escoger es en la tapicería, ya que el Clio en este acabado solo tiene disponible una en tonos grises y negros para unos asientos que tienen un buen agarre y tamaño para todo tipo de pasajeros. Si bien los materiales de alrededor son los típicos que puedes encontrar en un utilitario, en el Renault han ido un poco más allá forrando con la tela anterior zonas del salpicadero o los paneles de la puerta, lo que le aporta algo más de sofisticación.
Me percato también que el Clio sigue siendo uno de esos modelos que mantienen una gran cantidad de botones, por cierto, de buen tamaño, aunque la “piña” del sonido sigue quedando detrás del volante, lo que le resta algo de ergonomía. A su vez estamos ante uno de los utilitarios más modernos en temas de pantallas. Vale, hay que señalar que en nuestro caso habían montado el Pack Multimedia, pero creo que por 720 euros te llevas la instrumentación más grande de 10 pulgadas, con varias posibilidades de personalizar la información y gráficos claros, así como una de infoentretenimiento de 9,3 pulgadas, que si bien no cuenta con los avances del sistema Android Automotive más moderno de sus hermanos mayores, se maneja bastante bien, se muestra ágil y tiene la cámara de 360 grados para las maniobras de aparcamiento. De paso te llevas un cargador inalámbrico muy útil, acompañado por USB de tipo A, todavía.

También en este caso incorporaba el sistema de sonido de Bose, que la verdad se nota significativamente, pero creo que los 1.220 euros que cuesta es un precio un poco elevado para el tipo de coche que estamos analizando. Y puestos a mejorar, no estaría tampoco nada mal que el reposabrazos pudiera llegar un poco más adelante, para así apoyarnos mejor en él.
Una vez analizadas las plazas delanteras, nos vamos hacia atrás. Algo que no ha cambiado tras la actualización del Clio es que tiene las manetas de las puertas en la parte superior, aspecto del que no me convence mucho si tienes niños en casa. Dentro encontraremos un espacio reducido, ya que en cualquiera de las tres cotas está en la zona baja de su categoría y tampoco se ha incluido ninguna toma USB para estos pasajeros.

Y del maletero ya lo comenté en su día del Dacia Sandero, con el que comparte plataforma, ofreciendo ambos una boca un tanto alta. Tiene una bandeja que separa el espacio en dos niveles y unas formas muy cuadradas para llegar hasta los 340 litros, que en este caso le deja bastante cerca de las referencias. Finalmente, donde debería estar la rueda de repuesto se ha colocado el depósito de GLP, lo que nos da una pista de la motorización que hemos probado.
No solo Dacia apuesta por el GLP
Aunque sean mucho menos conocidos que los Dacia, lo que repercuten en que tengan una cuota de mercado menor, en Renault también se ofrecen variantes que funcionan indistintamente con gasolina o GLP. Justo era el motor que tenía nuestra unidad de pruebas, que siempre va asociado a una transmisión manual de seis velocidades y ofrece 100 CV.

La posibilidad de circular con uno u otro combustible siempre será de tu elección, aunque al arrancar siempre necesita de un tiempo en gasolina para posteriormente pasar al gas. Esto es posible gracias a un botón que podemos ver en el vídeo de arriba, colocado a la izquierda del volante, en el que además de realizar el cambio también se indica el GLP que nos queda en el depósito.
Y siempre sabemos que combustible utilizamos pues en la instrumentación aparecen las siglas LPG (es la tracción en inglés de GLP) que cuando utilizas el gas se iluminan en verde y de lo contrario van en gris. También diferencia entre ambos consumos, aunque este combustible también se expresa en litros como la gasolina (normalmente viene en kilogramos).

Lo primero que quise comprobar es si existe diferencia entre utilizar gasolina o gas, ya que con este último siempre se ha dicho que se pierde algo de potencia. Pues a falta de haberle metido en un rodillo de pruebas, la mayoría de los conductores no notarán diferencias en su rendimiento, ni tampoco en el cambio o aumento del ruido o de las vibraciones que pasan al habitáculo. Además, una vez rodando en marcha, el cambio mediante el botón es bastante rápido e imperceptible.
Por tanto, si tienes algún miedo al GLP olvídate de ello, más allá de acostumbrarte al ruido que hace la pistola al repostar este gas. Este motor ECO-G al final es el TCe característico de Renault, que destaca por empujar muy bien en entornos urbanos gracias a sus buenos bajos. En carretera es cumplidor, sin más, y la sexta marcha puede que te sobre en algún momento si la carretera empieza a picar hacia arriba.

Con su última renovación no se tocaron aspectos importantes de su chasis, por lo que su comportamiento dinámico sigue manteniéndose como uno de los mejores de la categoría por paso por curva o manejo de la dirección. Y a tu disposición siempre tendrás los modos de conducción con los My Sense (lo que en otras marcas es el individual), el Sport y el Eco, aunque todos permiten ciertas modificaciones.
Aunque claro si estás pensando en comprar un coche con GLP te interesarán los consumos. Por lo que he podido comprobar la diferencia entre gasolina y gas es más o menos de 1,5 litros a favor del primero con los siguientes resultados:
- En ciudad: circulando con gasolina me he movido entre 7,2 y 7,6 litros, mientras que en gas subió a 9,8 litros
- Recorridos interurbanos a velocidades constantes de 90-100 km/h: este creo que el entorno ideal de este motor con cifras entre 5,6 y 6 litros. Con gas subimos a 7,4 litros
- Autovías o autopistas (120 km/h): aquí subiremos de los 6 litros en gasolina, pero no por muchas décimas, mientras que con GLP hice 8,5 litros en el mismo recorrido.

Teniendo en cuenta esto toca sacar la calculadora para ver lo que te ahorras al adquirir un coche con este tipo de motorización. Cogiendo los últimos datos de vías rápidas, para hacer 100 km te gastarías 9,57 euros de gasolina (cogiendo el precio medio en España hoy), mientras que con gas serían 8,09 euros.
¿Qué motor es mejor para el Renault Clio?
En el Clio se resisten a abandonar las mecánicas diésel, como sucede en sus rivales de este segmento, manteniendo el dCi 100 CV su gama. Para mí quizás sería el primer descartado porque necesitas muchos kilómetros para amortizarlo (la diferencia con el ECO-G de la misma potencia es de 3.440 euros) y además solo está disponible con el acabado más bajo denominado Evolution.
De ahí saltamos a los TCe, ya sea el 90 CV sin electrificación o el ECO-G de 100 CV analizado arriba. Pues aquí lo tengo bastante claro pues ambos cuestan exactamente lo mismo (desde 17.099 euros), teniendo un poco más de potencia en el segundo y la etiqueta Eco. No hay dudas a menos que no tengas un surtidor de GLP cercano a tus rutas habituales.

Y como última alternativa nos quedaría el Full Hybrid. Partiendo de misma pegatina de la DGT está claro que ofrece un comportamiento mejor en viajes al contar con 143 CV de potencia y unos consumos mucho más contenidos en ciudad al sumar el aporte de la batería eléctrica. Lo malo es que cuesta 4.126 euros más que el ECO-G igualando los equipamientos (parte de los 22.165 euros). De nuevo como comentaba con el diésel deberás realizar muchos kilómetros para amortizarlo.
Tres acabados a escoger para el Renault Clio
Teniendo en cuenta el apartado anterior, creo que el motor ECO-G sería un candidato ideal para este Clio. Teniendo en cuenta esto solo puedes escogerlo con los acabados Evolution o el Techno de la unidad de pruebas. La diferencia entre ambos es de 2.820 euros, que es para considerarlo. Pero el primero es bastante básico, ya que no cuenta con elementos como navegador en su multimedia (en ese caso la de 7 pulgadas), la llave manos libres o el climatizador.

Los principales rivales del Renault Clio
Quizás en el primer rival que se pueda pensar de nuestro protagonista sea el Dacia Sandero, algo inevitable teniendo en cuenta lo que comparten ambos. El rumano comienza en 13.490 euros y todavía con el Stepway se queda por debajo del Renault al partir de 15.320 euros. Pero, además de que el Clio oferta más motores, también ofrece un refinamiento mayor en su interior, más tecnología y una dinámica en carretera superior.
Teniendo en cuenta estas buenas aptitudes y ya sin el Ford Fiesta, uno de sus grandes rivales, una buena alternativa podría ser un Seat Ibiza. Con más espacio interior, el utilitario español lo único es que no ofrece ninguna mecánica electrificada y su precio de partida es de 14.990 euros (Reference Salta!). También podríamos pensar en el Peugeot 208, con una presentación más moderna en su interior incluso con su característico i-Cockpit, que cuenta con un motor Hybrid de 100 CV por 21.800 euros. Y el último que te propongo es el Hyundai i20, que con un motor de rendimiento parecido al francés anterior se queda en 20.770 euros.