El ingenio es una característica que siempre ha caracterizado a la sociedad española. Que nos ponen trabas para entrar en ciertos lugares de una ciudad con las llamadas Zonas de Bajas Emisiones, pues me busco las castañas para que mi coche termine entrando sin que ello conlleve una dolorosa multa. Muchos lo hacen a través de pleitos como los que tiene el Ayuntamiento de Madrid y otros adaptando sus antiguos coches de combustión para que puedan funcionar también con GLP.
A muchas personas esta acción les ha creado un debate moral, pues el coche de partida no contaba con la etiqueta Eco, que a términos de ventajas es la segunda mejor, y con tan solo pasar por el taller y hacer una transformación podían aspirar a lucirla en su luna delantera. De esta manera se igualan con los híbridos ligeros, los autorrecargables o los enchufables con autonomías inferiores a 40 kilómetros que, aunque son minoría, alguno hay.

Pero no te vayas a creer, querido lector, que esto es tan fácil como ir a un taller especializado, que te incorporen el sistema de GLP y a pedir la etiqueta Eco a la DGT. Me temo que no. Para empezar, no todos los coches de combustión pueden “ascender” de categoría. Los criterios son los siguientes:
- Para los coches de gasolina tienen que estar matriculados a partir del 2006 o si lo han hecho antes, que superen la normativa de emisiones Euro 4, 5 o 6
- En el caso de los coches diésel, estos deben estar matriculados a partir del 2015 o que cumplan con la normativa Euro 6
Si te has dado cuenta en resumidas cuenta son aquellos vehículos que ahora mismo cuentan con la etiqueta C otorgada por la DGT los que pasarían a la Eco, algo imposible tanto para los que ostentan la B, como para aquellos más antiguos que ni siquiera tienen pegatina asignada.

Los siguientes pasos para tener etiqueta Eco en tu coche
Una vez cumplimos con el requisito de tener un coche con la etiqueta C toca buscar un taller especializado en kits homologados de GLP. Hay muchos por todo el país, por lo que sería extraño que no encuentres uno cerca de tu domicilio. Allí deberás preguntar el precio que llevará la instalación, que se suele mover por una horquilla entre los 1.800 y los 2.000 euros, aunque en coches premium puede subir este coste un poco más.
En el taller lo que harán es instalar un depósito para poder almacenar el GLP, que normalmente se suele ubicar en el hueco de la rueda de repuesto. También se incorporarán sensores de temperatura y gas, así como un inyector en el motor que sea el encargado de suministrar el gas licuado de petróleo cuando nosotros decidamos.

Por lo general este proceso puede tardar uno o dos días, pero todo ello dependerá mucho de la ocupación que en ese momento tenga el taller. Allí te proporcionarán unos papeles que deberás llevar la ITV para pasar la revisión que de por buena la instalación del sistema del GLP. Tras superarla es cuando se podrá pedir la etiqueta Eco a la DGT.
Normalmente los coches a los que se suele realizar esta conversión son los de gasolina. Con esto no quiero decir que los diésel no se pueda realizar, pero al ser una tarea bastante más complicada la mayoría de los talleres no lo hacen. Aunque como te contamos aquí, en Francia tienen sistemas especiales para los vehículos movidos por gasóleo.