Las denuncias sobre multas ilegales que se vienen cobrando por las distintas administraciones, tanto locales como regionales o nacionales a través en este último caso de la DGT, no son ni mucho menos nuevas. Asociaciones de defensa de los automovilistas, como Dvuelta o AEA, llevan años advirtiendo, recurriendo y, sí, ganando cientos de procedimientos judiciales por múltiples fallos que terminan con la anulación de multas, especialmente de las referentes a excesos de velocidad… aunque en los últimos meses las de las Zonas de Bajas Emisiones también se están sumando en gran volumen.
Sin embargo, que el aviso venga desde dentro siempre resulta casi más clarividente. Hace apenas 4 meses la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) dijo basta y decidió públicamente denunciar la política llevada a cabo por la DGT en las carreteras apostando “por máquinas recaudatorias” para hacer el trabajo que deberían hacer mejor los agentes de Tráfico a los que se “estaba dejando de lado” en las labores de control y vigilancia de las carreteras. “Han olvidado y siguen olvidando que un radar fijo y de tramo sólo sirve para controlar la velocidad en sitios concretos y conocidos pero que ante un accidente jamás acudirá en auxilio de los conductores, una labor que sí ejercen los miembros de la Agrupación de manera encomiable”, llegó a asegurar la organización a través de un comunicado difundido a los medios de comunicación.

Denuncian de nuevo las prácticas recaudatorias de la DGT con los radares
Pues bien, hoy en la misma línea, un ex Guardia Civil, conocido con el apelativo de Toribio, denuncia en las páginas de la sección Madrid Informa, de elDiario.es, estas mismas prácticas recaudatorias por parte de la DGT, pero avanzando un paso más todavía: destapando a los automovilistas todos los fallos que se producen en las sanciones por excesos de velocidad con radares, con el objetivo de que los conductores puedan recurrir las multas. Y no son, ni mucho menos, pocos los errores detectados.
Así, con más de 3,44 millones de denuncias por exceso de velocidad formuladas por la DGT durante todo el pasado año 2024, que significaron una nueva subida del 4 por ciento (y siempre teniendo en cuenta que Cataluña y País Vasco no cuentan en esta estadística al tener transferidas las competencias de tráfico), este ex agente de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil considera que muchas deberían haber sido recurridas y anuladas en los tribunales.
Un problema numeroso: el de homologación y revisión de los equipos
Toribio, por tanto, enumera uno a uno los errores y fallos más frecuentes en el uso de radares en España, asegurando que si el denunciado puede probarlos conseguirá la anulación segura de la sanción. Y, en primer lugar, el ex Guardia Civil apunta a uno de los problemas más numerosos: los de homologación y revisión de los equipos, confirmando que la DGT sigue empleando radares que no están homologados ni pasan las verificaciones pertinentes. Por ello, recomienda pedir siempre el certificado del equipo si no llega en la notificación de denuncia.

Pero hay muchos más errores. Toribio señala también que puede recurrirse el manejo de radares por personal no agente, especialmente cuando se sanciona con cinemómetros móviles. El ex agente asegura que muchos funcionan automáticamente y remiten directamente la información al Centro de Tratamiento de Denuncias de León sin la intervención de un guardia, algo que puede recurrirse.
¿Son obligatorias dos fotos en la denuncia de un radar? ¿Y qué ubicación es ilegal?
Otra denuncia, ya conocida y habitual en los recursos de asociaciones automovilistas como Dvuelta, tiene que ver con las imágenes presentadas en los procedimientos de denuncias. Las infracciones deben ir acompañadas por dos imágenes, una con la toma general del vehículo y otra con el detalle de la matrícula, que no puede ser un simple recorte de la primera. Y en muchas ocasiones esto no sucede. Dvuelta ha ganado numerosos recursos por este mismo motivo.
Otro error recurrente que puede terminar con la anulación de las multas por exceso de velocidad tiene que ver con la ubicación de los radares. Según Toribio, un radar no puede instalarse a menos de 1,3 metros de un guardarraíl o quitamiedos, al comprometer la función de seguridad de estos elementos. Sin embargo, es muy común ver radares móviles fijados en estos soportes, como los Veloláser, mediante soportes homologados, una práctica que puede recurrirse. La colocación en arcenes o carriles, si se demuestra que entorpecen la circulación, también puede ser motivo de anulación.

El consejo: recurrir siempre la multa
Por todo este tipo de errores muy comunes y habituales en el uso de radares de velocidad, el ex agente de la Guardia Civil recomienda siempre recurrir la multa por exceso de velocidad, aunque con ello se pueda perder eso sí el beneficio de la reducción de las sanciones por pronto pago. Sin embargo, considera que este hecho es el que evita que muchos conductores recurran multas que, con mucha probabilidad, acabarán anulando los tribunales. Dicho queda la opinión.