Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) son ya una realidad en muchas ciudades españolas, y los coches con etiqueta B y C comienzan a sufrir las restricciones y las prohibiciones de uso. Sin embargo, existe una solución técnica y legal que está ganando terreno poco a poco. Se trata de la conversión de vehículos diésel Euro 6 para el uso de GLP (Gas Licuado del Petróleo). Este proceso permite, con algunas condiciones, obtener la codiciada etiqueta ECO de la DGT y prolongar la vida útil del vehículo dentro de las ciudades.
Así es la conversión a GLP en los motores diésel
A diferencia de los motores de gasolina, donde el GLP puede sustituir completamente al combustible principal, en los diésel el sistema funciona por mezcla. El GLP se inyecta junto con el gasóleo, optimizando la combustión y reduciendo notablemente las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas. Según estudios realizados por fabricantes y entidades homologadas, la conversión puede reducir estos contaminantes hasta en un 20%, además de mejorar el rendimiento térmico del motor.

El sistema incluye un depósito adicional para el GLP (generalmente ubicado en el maletero o bajo el vehículo), una centralita electrónica, y un sistema de inyección adaptado. La instalación, realizada por talleres especializados, debe ser posteriormente homologada en una estación ITV y comunicada a la DGT para proceder al cambio de distintivo ambiental.
Requisitos para optar a la etiqueta ECO de la DGT
Sin embargo, no todos los vehículos diésel van a poder beneficiarse de esta transformación. Es imprescindible que el vehículo cumpla con la normativa Euro 6 —es decir, matriculados a partir de septiembre de 2014, aunque lo recomendable es verificar con el fabricante—. Además, el sistema debe estar certificado y homologado para el modelo en cuestión, con una reforma legal y debidamente registrada.
Una vez completado el proceso, el vehículo podrá obtener la etiqueta ECO de la DGT, lo que conlleva beneficios como el acceso sin restricciones a zonas ZBE, bonificaciones en el Impuesto de Circulación y descuentos en peajes y aparcamientos municipales en algunas ciudades.

Ahorro en combustible
El coste de la conversión de un coche diésel a GLP oscila entre los 1.500 y 3.000 euros, dependiendo del modelo y la complejidad de la instalación. Aunque supone una inversión inicial, el ahorro a medio plazo puede ser significativo: el GLP se encuentra actualmente en torno a 0,90-1,00 €/litro, frente a los 1,50-1,70 €/litro del gasóleo. Esta diferencia permite recuperar la inversión en un plazo estimado de entre 40.000 a 60.000 km, dependiendo del uso del vehículo.
Otras alternativas
Existen opciones más complejas, como los sistemas mild-hybrid de posventa o kits de electrificación parcial como el Twin-E (híbrido enchufable) o el retrofit eléctrico, pero su elevado coste —entre 7.000 y 20.000 euros— los relega a casos muy concretos o a vehículos con un alto valor residual.
Por eso, la conversión a GLP se consolida hoy en día como la opción más equilibrada entre coste, viabilidad técnica y beneficios reales, especialmente para aquellos conductores que no desean desprenderse todavía de sus coches diésel Euro 6.