España no piensa aflojar en su controvertida política de ubicación de radares de velocidad. Nada nos hace indicar hoy desde luego lo contrario. Tras confirmar el pasado año nada menos que 1.154 víctimas mortales en accidentes de tráfico, desde el Ministerio del Interior se confirmó esta cifra como “inasumible”, asegurando que “no vamos a quedarnos con los brazos cruzados”. Y claro, teniendo en cuenta que la DGT considera a la velocidad como el principal factor de riesgo en las carreteras, causante de más del 21% de los siniestros mortales de 2024, el anuncio no se hizo esperar.
La DGT confirmaba así para este año la ubicación de otros 122 nuevos radares de velocidad, distribuidos entre fijos y de tramo sobre todo. Pero los datos hoy son los que son, y de las 2.100 ubicaciones de cinemómetros ya confirmadas por Tráfico en España, hasta más de 1.300 corresponden a aparatos móviles y, ya sabemos, muchos de ellos operan de forma camuflada y mediante técnicas de ocultación que en los últimos meses ya hemos ido continuamente denunciando, al ser contrarias a la política anunciada de prevención.
Italia pone fin a la política de "recaudar dinero y acosar a los ciudadanos" con radares
Este mismo problema ocurría en Italia, incluso multiplicado… pero hasta ahora. Y es que, con hasta 11.248 radares repartidos por sus carreteras, el país transalpino era el europeo con más controles de velocidad y con más presión recaudatoria: según los datos, cada año se recaudan allí hasta 1.700 millones de euros en multas, frente a los poco más de 500 millones de España. La situación, por tanto, comenzaba a ser casi insoportable para los conductores.

Por ello, y ante el anuncio definitivo de que los radares se han estado utilizando en Italia “solo para recaudar dinero y acosar a los ciudadanos”, el siempre controvertido ministro de Transportes del país, Matteo Salvini, acaba de anunciar una nueva ley para acabar con esta realidad y prohibir la instalación de un buen número de radares que no sirvan para ejercer su labor preventiva. Esta normativa ha entrado en vigor el pasado día 12 de junio, obligando ya a las autoridades a adaptar la ubicación de radares a esta nueva regulación y dando un plazo de solo un año para ello. No hay más.
Prohibidos los radares móviles camuflados
Pero, ¿en qué consiste en realidad esta nueva normativa aprobada en Italia? Pues, en primer lugar, prohibirá directamente la instalación de radares camuflados en las carreteras. Y es que la ley contempla que todos los radares tengan que señalizarse y anunciarse obligatoriamente, tanto si son dispositivos fijos (como sucede en España), como móviles (donde no hay obligación actualmente). En la práctica, esta norma supondrá el fin de los radares ocultos y escondidos camuflados, una técnica muy usada como sabrás en España, donde pueden verse a diario controles ubicados tras farolas, por detrás de guardarraíles, en vehículos ocultos tras puentes o árboles, e incluso con trípodes situados tras contenedores de basura.

Pero la nueva norma aprobada en Italia es mucho más completa, y no solo se dirige hacia los radares escondidos camuflados. No, también ataca directamente algunos tipos de localizaciones por considerarlas recaudatorias. El mejor ejemplo es que se prohibirá también la colocación de radares en tramos donde haya una considerable reducción de velocidad respecto al límite máximo de la vía, estipulado en más de 20 km/h.
Prohibidos los radares si los tramos tienen una considerable reducción de velocidad respecto al límite genérico
Es decir, en carreteras por ejemplo con límite de 120 km/h, no se podrá colocar ya en Italia un radar si el tramo está rebajado a menos de 100 km/h. Y si la carretera es de 100 km/h, en tramos con límites menores a 80 km/h tampoco se podrán situar. Pero es que, además, el Gobierno transalpino también anuncia que prohibirá otro tipo de técnicas usadas en España, como son los llamados radares en cascada, con varios radares situados seguidos para que, si frena el conductor, alguno termine recogiendo la infracción.

Italia, por tanto, prohibirá colocar radares a poca distancia unos de otros, manteniendo distancias mínimas de al menos 4 kilómetros en autopistas; de 3 kilómetros en las vías principales interurbanas, es decir en carreteras secundarias y convenciones; de 1 kilómetro en el resto de carreteras y, de al menos 500 metros, en las zonas urbanas.
Además, el Ministerio de Transportes de Italia también ha confirmado que será obligatorio avisar con al menos un kilómetro de distancia de antelación de la presencia de un radar, y siempre mediante una señalización totalmente visible. ¿Llegará esta nueva normativa también a España en un futuro? De momento, la actual DGT no lo contempla. Veremos qué sucede en el futuro.