Hoy en día es relativamente fácil conocer dónde están situados la mayoría de los radares de velocidad. Los fijos, por supuesto: llegan bien anunciados y hay una lista oficial con todas las ubicaciones que proporciona la DGT. Pero también la hay de los nuevos radares de tramo y de dónde se sitúan habitualmente los móviles, estén ese día a tu paso o no. Pero podemos decir que son “puntos calientes” que podemos conocer.
Además, numerosas aplicaciones sirven hoy para alertar también en tiempo real de la presencia de radares. Puedes activar los avisos en Google Maps o Waze, por poner solo dos ejemplos de las numerosas app que existen hoy en el mercado: aquí te contamos las mejores. La tecnología, sin duda, se usa y funciona. Pero, a pesar de ello, la DGT pone al año más de 3,7 millones de sanciones de velocidad.
El uso de la DGT de radares escondidos y ocultos o, sobre todo, el despiste en viajes largos, donde no nos percatamos de un aviso de radar hasta que lo vemos prácticamente encima, pueden llevarnos a superar los límites y encontrarnos con una denuncia. Y justo en este punto queremos avisarte hoy de una práctica muy común que cada día funciona menos: frenar justo antes de un radar al verlo.

Los nuevos radares ya multan a distancia: pueden detectarte a más de 1 km
Y no funciona, no porque la DGT use cada vez más radares de tramo que lo que miden realmente es la velocidad media en un recorrido completo… que también. No, realizar hoy esta acción no tiene prácticamente sentido a velocidades excesivas por una sencilla razón: cuando lo hayas visto y frenado ya será tarde, el radar probablemente ya ha disparado.
Y es que es una práctica instintiva que casi todos los conductores hacemos, incluso cuando circulamos a menos velocidad de la máxima permitida en una vía: frenar de repente frente al radar. Al ir rápido, esta acción no funciona hoy, más aún cuando las autoridades colocan cada vez más hábilmente los radares y cámaras de velocidad, provocando que cuando los veas ya sea demasiado tarde para evitar la multa si vas rápido, ni frenando.
Pero, ¿por qué? La respuesta la encontramos hoy en los nuevos dispositivos de control de velocidad empleados por los agentes, cada vez más inteligentes y, sobre todo, capaces de disparar y detectar velocidades a más distancias. Solo con ver sus ubicaciones, muchas ya de frente e inclinadas, comprenderás que fotografían a distancia… a bastante distancia.

Las fotos de la mayoría de nuevos radares no saltan ya a unos pocos metros del coche. Algunos de los nuevos cinemómetros empleados ya por la DGT y por muchas autoridades europeas pueden tener ya alcances de hasta un kilómetro o más de distancia en tramos rectos, tal y como sucede con los aparatos denominados Trucam II, que ya se utilizan en España. Así que lo más probable es que, en el momento que te fijes en la cámara, hace rato que ya haya detectado tu presencia. Frenar no servirá de nada: la multa ya está en marcha.
Así, por tanto, lo único que puedes conseguir es provocar un accidente si circulas muy rápido y tienes tráfico por detrás. La buena noticia es que existe siempre una forma muy fácil y sencilla para evitar la multa de radar: respetar los límites de velocidad. Ahora ya depende de ti.