El fin de la prohibición de los coches diésel, gasolina e híbridos, ¿la solución o un problema?

¿Salvará a la industria del automóvil la decisión que presumiblemente tomará esta semana la Comisión Europea de levantar el veto de venta de los coches de combustión a partir de 2035? La polémica está en el aire entre defensores y detractores de esta medida.

El fin de la prohibición de los coches diésel, gasolina e híbridos, la solución o un problema
El fin de la prohibición de los coches diésel, gasolina e híbridos, la solución o un problema

La noticia ya parece un hecho desde que la semana pasada la adelantamos tras informaciones exclusivas del periódico alemán Bild: la Comisión Europea revocará la estricta prohibición de emisiones de CO2 para los coches nuevos en la Unión Europea y la decisión de no prohibir la venta de los vehículos de combustión interna, tal y como estaba inicialmente acordada para 2035, se confirmará probablemente esta misma semana. Este anuncio, sin duda, aliviará la tensión en Europa entorno a los sistemas de propulsión del futuro. Sin embargo, contrariamente a las valoraciones de los políticos más conservadores que han presionado a la Comisión Europea en los últimos meses para que diera marcha atrás en esta política climática, desde muchos otros sectores se pronostica que así no se resolverán los problemas de los fabricantes de automóviles.

El futuro del automóvil es eléctrico”, ha afirmado por ejemplo Gernot Döllner, director ejecutivo de Audi, en la línea de lo que opinan algunos grandes directivos de importantes fabricantes automovilísticos. La mayoría de ellos, de hecho, comparten esta opinión, tal y como confirman hoy nuestros compañeros alemanes de Auto Motor und Sport. Desde esta perspectiva, resultar incluso sorprendente que la supuesta prohibición de los motores de combustión esté causando tanto revuelo entre algunos políticos.

Es verdad, sin embargo, que mayor desacuerdo existe sobre cuándo llegará por completo este futuro eléctrico al automóvil. Porque hablábamos hasta ahora de vehículos 100% eléctricos para todas las nuevas matriculaciones a partir de 2035, según el calendario ya aprobado inicialmente por el Parlamento Europeo. Y es que la eliminación gradual de los motores de combustión siempre se ha limitado a prohibir las nuevas matriculaciones de vehículos que emitan CO₂ durante su funcionamiento. En 10 años.

Ursula von der Leyen durante su intervención en la COP25.
La Comisión Europea anunciará esta semana el fin de la prohibición de los motores de combustión a partir de 2035.

Sí, puede que esa realidad sea difícil de imaginar hoy en día, porque la proporción de coches eléctricos en las nuevas matriculaciones se sitúa actualmente muy por debajo del 20% y esto va a llevar a la Comisión Europea ahora a recular en sus objetivos. Pero muchos expertos predecían en próximos años un aumento exponencial de las matriculaciones de coches eléctricos y un punto de inflexión tras el cual casi nadie querría pronto ya comprar la tecnología de motores de combustión, con casi 140 años de antigüedad.

La prohibición de los motores de combustión no tiene fin, solo una suavización

Si la prohibición no entra en vigor para 2035, tal y como ahora parece, sin duda lo que sí ocurrirá en realidad es una suavización en lugar de dejarla pender como una espada de Damocles sobre toda una industria. Esto no alterará el objetivo principal de lograr la mayor reducción posible de las emisiones de CO₂, que seguirá como una meta prioritaria para la Unión Europea.

Manfred Weber, líder del conservador Partido Popular Europeo en el Parlamento Europeo, el partido político con más representación en estas instituciones, declaró a Bild el pasado 11 de diciembre que “para las nuevas matriculaciones a partir de 2035, los fabricantes de automóviles tendrán como objetivo obligatorio una reducción del 90 % en las emisiones de CO₂ para su flota, en lugar del 100 %. Tampoco habrá un objetivo del 100 % a partir de 2040. Esto significa que la prohibición tecnológica de los motores de combustión queda descartada. Por lo tanto, todos los motores que se fabrican actualmente en Europa podrán seguir produciéndose y vendiéndose”.

¿Motores de combustión interna de Europa?

Por lo tanto, la prohibición tecnológica, que nunca ha llegado a existir, podría finalmente por tanto descartarse. Pero la suposición de que todos los "motores actualmente fabricados en Europa" pueden seguir produciéndose se basa en un statu quo de la década de 1990: cada vez se fabrican menos motores en países como Alemania: Mercedes, por ejemplo, obtiene ya sus motores de cuatro cilindros directamente de China . Y, en general, Europa necesitará cada vez menos de ellos, incluso sin una eliminación completa de los motores de combustión.

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La tecnología de combustión no se prohibirá finalmente en Europa y podrán seguir vendiéndose coches diésel, gasolina e híbridos.

Porque, tal como están las cosas, incluso una reducción del 90% en las emisiones de CO₂ solo se logrará con una proporción similarmente alta de vehículos eléctricos, o con muchos híbridos enchufables o vehículos eléctricos de autonomía extendida cuya conducción con motor de combustión es limitada (monitorización del consumo de combustible).

Para lograrlo, los fabricantes deben seguir sin duda desarrollando la tecnología de motores de combustión más allá de 2035, manteniéndola en cumplimiento con las normas de emisiones y optimizando el consumo de combustible, algo que solo puede lograrse gradualmente. Por otro lado, el fin de la eliminación gradual de los motores de combustión no acelerará el desarrollo de la movilidad eléctrica; por lo tanto, los costes de desarrollo ya incurridos en la tecnología de baterías y propulsión se recuperarán posteriormente. Mientras, los fabricantes alemanes de automóviles hasta ahora se han basado principalmente en las exportaciones, y los coches eléctricos no se están extendiendo al mismo ritmo en todas partes.

Por qué la industria automovilística alemana está en crisis

Sin embargo, lo que realmente ha causado dificultades económicas a los fabricantes europeos, especialmente a los alemanes, no es el fin de los motores de combustión. Las razones tienen más que ver con el mercado chino, por ejemplo, el mayor mercado automovilístico del mundo, y donde su cuota de mercado se está derritiendo como hielo al sol por dos razones: porque los alemanes no tienen ni coches eléctricos competitivos, que los chinos están adoptando rápidamente, ni tampoco electrónica y software de alto rendimiento (Software Defined Vehicle), que es uno de los principales criterios para las decisiones de compra entre la base de clientes altamente interconectada digitalmente.

Otro problema llega de Estados Unidos, donde la administración Trump ha revertido radicalmente la transición hacia los vehículos eléctricos, lo cual es una buena noticia para los fabricantes alemanes, que hasta ahora han tenido excelentes ventas con modelos de gran cilindrada y alto margen de beneficio impulsados ​​por motores de combustión. Pero la palabra favorita de Trump, "aranceles", también está desplomando las ventas de los fabricantes alemanes al otro lado del Atlántico, especialmente las de aquellos que no producen en Estados Unidos, como Audi, filial de VW.

Fábrica Volkswagen en Alemania
Los grandes fabricantes alemanes se enfrentan a muchas dificultades que van más allá de los vehículos eléctricos o de combustión.

Más problemas europeos se generan en las todavía grandes plantas de producción de europeas y alemanas, donde los fabricantes de automóviles se enfrentan a las mismas dificultades que los proveedores y toda la industria: la mano de obra y la electricidad son caras y la burocracia es lenta. Por último, hay que destacar que nuestros fabricantes de automóviles se están quedando atrás en la digitalización de los vehículos y, a medida que esta se convierte cada vez más en la base de características clave en todos los mercados, no solo en China, los productos europeos se van quedando atrás en cuanto a sus atributos generales y sus ventajas comerciales disminuyen.

Alivio a corto plazo, pero... ¿y el futuro de nuestra industria?

Ante esto, es difícil imaginar que compañías como el Grupo Volkswagen estén ya descorchando champán tras el “gran avance en las negociaciones con la UE”, que según Bild significará esta semana el anuncio de fin de la prohibición de venta de los coches de combustión a partir de 2035. Quizás, como dice el periódico alemán, la industria al menos “respire aliviada” por un corto tiempo. Pero desde Alemania se apunta ya a que solo sucederá esto hasta que las filiales chinas informen sobre la siguiente ronda de descensos en las cifras de ventas, o hasta que Donald Trump decrete que incluso los coches de fábricas estadounidenses solo estarán exentos de aranceles si cada tornillo de su fabricación se ha fabricado en Estados Unidos.

En definitiva, la eliminación gradual de los motores de combustión ha sido odiada o defendida con el mismo fervor que los límites de velocidad. Esto consume mucha energía discursiva, pero logra poco, ya que solo aborda marginalmente los problemas reales. Desde muchos sectores se apunta hoy a que necesitemos realmente una actitud positiva hacia los coches eléctricos con software de alto rendimiento, en lugar de un simple "sí" o "no" a la eliminación gradual de los motores de combustión. Ahora al menos tenemos un rotundo «sí y no, pero luego». Veamos si da tiempo suficiente para desarrollar la estrategia adecuada que permita la supervivencia de la industria del automóvil europea.

 

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