Es curioso, pero tras 9 años informando en Autopista sobre problemas con los airbags fabricados por Takata, seguimos conociendo más casos. El problema es que se descubrió que estas bolsas de aire producían explosiones cuando se producía una colisión e incluso podrían desprender peligrosas piezas de metal. Y tras tener que pagar numerosas indemnizaciones, la empresa asiática entró en bancarrota en 2017.
Pero parece que el problema sigue patente en los coches actuales. El año pasado, la propia OCU alertó de una llamada a revisión de hasta 350.000 coches de la marca SEAT fabricados entre 2009 y 2010. Y hace apenas un mes os informábamos que cinco grandes fabricantes habían sido denunciados en Francia ante la Justifica por usar todavía airbags de esta empresa, supuestamente defectuosos.
En concreto se realizó a través de la asociación de consumidores “UF-Que choisir” apuntando directamente contra BMW, Volkswagen, Mercedes y Toyota. A este cuarteto se une la propia Stellantis, contra la que ya se habían querellado anteriormente. Se les acusa de haber tardado años en retirar estos productos a pesar de las deficiencias conocidas y se les quiere imputar cargos de prácticas comerciales engañosas, estafa agravada y la puesta en peligro de vida de otras personas de manera deliberada.
Jaguar es la última marca en llamar a revisión
A través de un lector de nuestro medio hemos conocido que en Jaguar están llamando a revisión por problemas con estos airbags de Takata a los propietarios de tres de sus modelos: el SUV F-PACE y las berlinas XE y XF. La primera razón que se indica en la carta que se ha mandado a su domicilio es que “se ha encontrado una posible incidencia relacionada con la seguridad”.
Posteriormente indican que tras una serie de investigaciones por parte de JLR, que es como se llama ahora el grupo británico, han identificado que en los vehículos anteriormente mencionados que se fabricaron en 2016 y en algunas unidades del 2017 “el módulo del airbag del conductor contiene propelente de nitrato de amonio sin desecante”. Y teniendo en cuenta la antigüedad de estos modelos, indican que “el propelente del inflador del airbag puede empezar a deteriorarse”.
Ante esta tesitura desde JLR han empezado a avisar a sus clientes como con la carta que aquí reproducimos y vuelven a explicar lo que Takata confirmó hace unos años. Los asiáticos ya indicaron que “la activación de un airbag con el propelente degradado puede provocar la rotura del inflador. Este hecho provocaría que fragmentos metálicos atraviesen la bolsa y pasen al interior del vehículo a una gran velocidad, por lo que pueden provocar grandes lesiones”.
Para finalizar la carta, desde Jaguar, y es algo que valdría para todo el lector que tenga uno de estos tres coches de esos años y no la haya recibido todavía, piden que se cierre una cita con un taller autorizado por el fabricante para realizar la operación que durará menos de media hora o que se pongan en contacto con el departamento de atención al cliente.
