Las noticias, las nuevas normas y los planes que prepara la DGT se agolpan en los últimos días. Como bien sabes, la nueva Ley de Tráfico ha ocupado un lugar destacado en las últimas semanas, con los castigos que en ella se plantea o las llamativas negativas a regular el tráfico de ciclistas en entorno urbano. Y entre todo este ruido, llama la atención el último intento de la DGT contra el uso del alcohol.
Pese a que las distracciones son el motivo principal de los accidentes en carretera, el alcohol y las drogas siguen preocupando sobremanera a la DGT. De hecho, el consumo del alcohol es una de las infracciones más graves que se pueden cometer, siendo castigada con multas de entre 500 y 1.000 euros (si se es reincidente) y la resta de entre cuatro y seis puntos del carné de conducir en función de la tasa recogida. El consumo de drogas siempre está penado con seis puntos del carné de conducir y 1.000 euros de multa.
Pero la DGT no es la única que se preocupa por el consumo de alcohol al volante. El proyecto Vision Zero de la Unión Europea quiere que todos los nuevos modelos que se vendan entre mayo de 2022 y mayo de 2024 cuenten con la posibilidad de añadir un alcoholímetro integrado que impida arrancar el vehículo si la tasa recogida supera los límites legales. Se trata de una preinstalación que permitirá añadir el alcoholímetro en caso de ser obligatorio de la manera más sencilla, sin intervenir de nuevo en el sistema de arranque.
Los planes de la DGT, alcoholímetro integrado
Este alcoholímetro integrado que ya plantea la Unión Europea es solo uno de los sistemas de seguridad obligatorios que se implantarán en los próximos años y es una idea que gusta en la DGT.
Los planes iniciales pasan por instalar estos aparatos en los vehículos utilizados por conductores profesionales, tanto para el transporte de mercancías como el de personas. El Alcolock, que así se llama el aparato, obliga a desbloquear el vehículo tomando una muestra de aire espirado antes de ponerse en marcha. Si se superan los 0,15 mg/l en la toma de aire espirado (0,3 g/l de alcohol en sangre) el vehículo no arrancará, si hablamos de conductores profesionales.
Esta medida podría ser el primer paso para generalizar su uso entre los automóviles para particulares, tal y como quiere la Unión Europea. Pero, de momento, hay un gran escollo para la implantación de este sistema: el aparato vale cerca de 1.000 euros y su instalación supera los 100 o 150 euros. De momento, se espera que sólo sea obligatorio para conductores profesionales a partir del verano de 2022 pero quién sabe cuánto se tardará en hacerlo obligatorio para todos los conductores.
