Parece que no, pero ya han pasado nada menos que nueve años desde que la DGT decidió clasificar a los coches con las famosas etiquetas o pegatinas. Con los niveles de B, C, Eco y 0 emisiones, las primeras fueron enviadas a los propietarios, aunque posteriormente se decidió que era mejor que cada persona la comprara por su cuenta abonando cinco euros.
Unas etiquetas que como todos conocemos han sido criticadas desde el minuto uno. El criterio para la división de los coches se basaba, principalmente, en la fecha de matriculación y no en las emisiones reales. Esto ha provocado que muchos hayan sido mal clasificados, lo que ha provocado que sus dueños tengan que reclamar y asumir el coste del error por parte de Tráfico. Y en algunos otros casos, la minoría, el problema vino por no haber aplicado bien la normativa anticontaminación que le correspondía al vehículo en cuestión, que es el otro argumento para asignar uno u otro distintivo.

Más allá de estos pequeños chascarrillos, el hecho de contar con unas etiquetas en los coches fue propiciado por una medida que ha gustado todavía menos a los conductores y que ha llegado posteriormente: las Zonas de Bajas Emisiones. Con esta clasificación, los distintos ayuntamientos ya pueden regular sus ordenanzas, aunque como hemos podido comprobar cada uno lo ha dispuesto a su manera.
¿Es obligatorio pegar la etiqueta de la DGT?
Esto ya nos lleva a comprobar si es obligatorio o no llevar pegada la etiqueta de la DGT en nuestra luna delantera. Para empezar, desde la propia DGT fueron muy ambiguos pues lo único que promulgaron es que debía colocarse en la parte derecha y abajo, pese a que por la calle he visto algunos que incluso la ponían en las ventanillas laterales. Pero, y aquí está la clave, en ningún momento indicó que fuera obligatoria su colocación, como sí sucede con la de la ITV.

Por si no fuera ya suficiente lío para los conductores, algunos ayuntamientos decidieron tomarse la “justicia por su mano” y obligaron dentro de sus normativas de las Zonas de Bajas Emisiones a que los coches que circularan por ellas las tuvieran pegadas. Y en caso de desobedecer esta nueva orden, un agente podría multarte.
Un claro ejemplo de esta política es el Ayuntamiento de Madrid, el cuál decidió convertirla en obligatoria para todos los vehículos que circulan por sus ZBE. El tema es que desde el 1 de enero de 2024 esa área comprende ya a toda la capital, lo que ha provocado que todos los coches que la atraviesan ya cuenten con ella. Porque en caso contrario tendrán que pagar 100 euros de multa.

La cuestión es, volvemos de nuevo al capítulo de quejas de los conductores, es que las Zonas de Bajas Emisiones de Madrid, como sucede en el resto de las ciudades de nuestro país que ya las tienen habilitadas, se controlan mediante cámaras que precisamente captan la parte trasera del vehículo, donde nunca se podrá ver la pegatina. Por eso no entienden que haya que pagar 5 euros por ellas cuando no se comprobarán. Aunque sobre esto, el Ayuntamiento de Madrid si justificó la medida para poder facilitar a los agentes la labor de distinguir los coches.
Moraleja de las etiquetas de la DGT: si vas a circular habitualmente por una ciudad que tiene ya Zona de Bajas Emisiones o eres bastante viajero nosotros te recomendamos pagar esos 5 euros y quitarte de problemas. Aunque en muchos casos no sea obligatorio.