El diésel lleva en el punto de mira desde hace muchos años, y no solo en su precio como te contábamos ayer. Desde hace tiempo fue acusado de ser un combustible más dañino por las emisiones que produce y por ello desde estamentos como la Unión Europea se busca sacarlos del mercado de turismos convencionales. Y teniendo en cuenta que su cuota de ventas en nuestro mercado ya es solo del 5,53% (sube al 10,05% si sumamos los híbridos e híbridos enchufables movidos por este combustible) parece que lo están consiguiendo.
Aunque mientras estos actores siguen enterrando unos motores tan eficientes como los diésel, desde otros puntos del planeta existen iniciativas para mejorar su funcionamiento en un aspecto ecológico. Así, la investigadora Carrie Hall del Instituto Tecnológico de Illinois, en Chicago (Estados Unidos), ha desarrollado un sistema basado en inteligencia artificial y modelos computacionales simplificados para que estos puedan adaptarse a combustibles más sostenibles.
Un diésel más ecológico
Según han informado desde Ok Diario, los motores diésel están diseñados para funcionar única y exclusivamente con un tipo de combustible, más allá de que en la gasolinera podamos encontrar esos “plus” o “premium”, que no es más que la misma fórmula del normal aunque con una serie de aditivos extra. Pero claro, si le añadimos otras soluciones más ecológicas sin tocar nada en su motor se pueden generar problemas en la combustión, pérdidas de eficiencia o incluso graves daños mecánicos.
Por tanto, para que un motor diésel pueda utilizar otros combustibles, como por ejemplo el HVO (producido a partir de residuos orgánicos) es necesario conocer el momento exacto en el que se produce la combustión dentro de los cilindros. Hasta ahora realizar esta adaptación requería de una operación costosa y compleja, aunque el trabajo presentado por Carrie Hall lo simplifica mucho y no requiere de ningún cambio en el motor.
Sobre lo que se basa la investigación de Hall es la utilización de los datos de los sensores que los coches ya equipan de serie. Estos en realidad controlaban otros aspectos del rendimiento del motor, pero gracias al software creado se interpretan para poder tener la información suficiente sobre el comportamiento del combustible durante la combustión.
De esta manera, y en tiempo real, los motores serían capaces por sí solos de adaptarse al combustible que tenga en el depósito en ese momento y los volvería mucho más flexibles. Un proceso del que dicen que sería fácilmente actualizable, pues los fabricantes incluso lo podrían realizar vía OTA, aunque entendemos que esta funcionalidad solo valdría para los más modernos.
Desde nuestro punto de vista, quizás esta innovación ha llegado un poco tarde para los coches diésel, los cuales ya han sido totalmente sentenciados. Pero podría tomar mucha importancia en otro tipo de sectores entre los que están los camiones, la maquinaria industrial o el transporte marítimo. Ahí sí podría conseguirse un gran beneficio utilizando combustibles más sostenibles.
