Creo que no sorprenderé a nadie si escribo que en España estamos acostumbrados a pagar siempre el diésel más barato que la gasolina. Históricamente se ha situado en torno a los diez céntimos, aunque como más tarde te contaré este año el diferencial a estado un poco más cerca. Aunque da la sensación de que a los directivos de la Unión Europea no les convence mucho esta situación y siguen forzando para que cambie.
Como bien nos cuentan desde El Debate, esta política de que el diésel fuera más barato es una estrategia que se tomó en los años 60 y 70 para favorecer la industrialización del país, pues como todos sabemos es muy utilizado en todo tipo de maquinaria. Todo ello, teniendo en cuenta que este combustible es más caro de producir, pero gracias a la bonificación fiscal de la que goza es capaz de establecer su precio por debajo de la gasolina.
Cambiar esas bonificaciones
La idea de la Unión Europea en los últimos años ha sido por todos los medios intentar que el diésel tuviera un precio, al menos, igual al de la gasolina. El motivo, volviendo a la misma fuente, es que ese tipo de motores son los únicos que pueden plantar cara en coste por kilómetro a los eléctricos, algo que no sucede con los de gasolina.
Repasando un poco nuestra hemeroteca, ya en 2018 se hablaba de esa supuesta subida del coste del gasóleo, como también sucedía en 2021 como herramienta para recaudar más impuestos o el año pasado, en donde el Congreso tumbó el impuesto a este combustible pues se había pactado entre Gobierno, PSOE, PNV o Junts, pero la enmienda no contaba todavía con la aprobación de más socios necesarios, como son Bildu, ERC, Sumar o Podemos. Y, finalmente, no han dado el visto bueno.
Aunque quien más vigila este tipo de movimientos son los transportistas de nuestro país, dueños de vehículos comerciales que en su mayoría se mueven con diésel, por no hablar de los camiones, donde el porcentaje es todavía superior. Este gremio ya ha avisado en el pasado de parones generalizados en caso de que les suban el precio del combustible, pues sus gastos se dispararían exponencialmente. Y al final el que lo pagaría es el usuario final como tú y yo, cuando los productos del supermercado, por poner un ejemplo, suban su precio.
Y pese a que hemos repasado la situación de España, que al final es lo que nos pilla más de cerca, existen otros países dentro de la Unión Europea en donde el diésel también está bonificado, como pueden ser Malta, Bulgaria o la República Checa.
El diésel lleva ya un tiempo subiendo
Y mientras en la Unión Europea siguen realizando su particular presión para equiparar el precio de la gasolina al diésel, la realidad geopolítica ya está provocando que su precio esté subiendo sin que haya tenido que mediar ningún impuesto para provocarlo. De hecho, según informan en El Debate desde el pasado verano el litro de gasoil ha subido un 7%, frente al 2% del sin plomo 95. Esta situación ha provocado que en los primeros días de este mes de diciembre el diferencial entre ambos apenas sea de 3,9 céntimos el litro.













