Oportunidad para tomar asiento y conducir la segunda generación del Toyota Mirai, del que ya te anticipábamos hace unas semanas sus características más destacadas. Es el nuevo Toyota Mirai un coche que ha ganado prestancia y porte frente a la primera generación. Es una berlina atractiva al ojo que transmite elegancia, es ahora un perfecto buque insignia para la tecnología vanguardista que esconde. Es más largo, más ancho y más bajo, con mejores proporciones estéticas también condicionadas por la configuración y necesidades a los que obliga esta central química sobre ruedas –unidad de pila de combustible sobre el eje delantero, tres depósitos de hidrógeno bajo el piso del habitáculo, batería y motor eléctrico sobre el eje trasero-.

Tomamos asiento en el nuevo Toyota Mirai con tecnología de pila de hidrógneo y la sensación es de gran berlina Premium. Por delante de nuestros ojos una gran proa. A izquierda y derecha, mucha calidad, buenos materiales en todo aquello que se ve o toca –la guantera no está a la altura; parece importada de un modelo de mucho menos caché-. El conductor en el nuevo Mirai se siente arropado por un salpicadero muy tech, con una gran pantalla central de 12,3”que forma línea informativa con el cuadro frontal, que a su vez se complementa con un head-up display.
Asientos delanteros cómodos, muy cómodos... Detrás no me gusta el acceso, incómodo al entrar y salir por el ángulo de apertura de puertas que se combina con unos montantes en escalera que dificultan las maniobras. Una vez sentado, la posición tampoco es la óptima para un coche de casi cinco metros sin gran espacio para rodillas y cabeza, además de contar con un túnel central demasiado intrusivo como para habilitar esa quinta plaza de manera habitual. Maletero en este Mirai con poca capacidad y boca muy pequeña y con un tacto un tanto hojalatoso del portón.

Toyota Mirai, ahora con unidad de pila de hidrógeno sobre eje delantero y batería y motor eléctrico sobre el trasero.
Botón de arranque y en marcha. Trabajo de insonorización asombroso el realizado en este Toyota Mirai 2021: ya sabemos que el ruido mecánico en un eléctrico es cosa del pasado, pero es que aquí tampoco hay señales de rumorosidad de neumáticos, de ruidos aerodinámicos aunque ruedes cerca de los límites de velocidad que marca el coche (175 km/h). Una perfecta alfombra voladora, donde además sumamos un rodar muy plano, muy suave, muy progresivo, donde el coche corre cuando aceleras pero sin una patada bestial ya en carretera abierta. Tres programas de conducción –eco, normal y sport- muy cercanos entre sí evitando extremismos y radicalizaciones de comportamientos.
El bajo centro de gravedad fruto de la ubicación de los depósitos y un reparto de pesos 50/50 sobre los ejes hace de este Toyota Mirai que te invite a disfrutarlo yendo ligero por grandes rutas. La suspensión se traga todo, tú solo sientes que vuelas como sobre un tren bala. Será un perfecto viajero cuando le acompañe la infraestructura de recarga para el hidrógeno y el precio que debería situarse en el entorno de los 66.000 euros para el Toyota Mirai cuando se comercialice en nuestro país en el segundo trimestre de 2021.