El concepto All-Terrain no en nuevo en sí, pero por si te suena menos en otras marcas, es lo que Allroad a un Audi o Cross Country a un Volvo: un turismo, familiar en este caso, transformado a crossover, que no es lo mismo que un SUV un diseño de carrocería bajo o más “afilado” de lo normal: si las diferencias estéticas no son suficientes para distinguirlos, las apreciarás cuando te pongas al volante, por muy bueno que sea ese SUV.
Tratándose de un coche como el Clase E como punto de partida, puedes imaginarte el nivel técnico del que hablamos, y por extensión, de comodidades, calidades, asistentes de conducción. Como Clase E “a secas”, está todo contado en esta WEB, más concretamente en este artículo, destacando la característica que más me llamó la atención cuando puede conducir esta última nueva generación del Clase E.
Ya era difícil superar su relación entre comportamiento y confort y hay que conformarse con una nueva generación de motores de 4 cilindros en su gran mayoría que, eso sí, vienen hibridados o son híbridos enchufable sen gasolina y Diésel y capaces de cubrir la centena de kilómetros.

Así las cosas, dejando pantallas interiores al margen y el alto impacto visual que proporciona en sus ocupantes, el mayor avance que ha experimentado el Clase E ha sido —o ha vuelto a ser— en asistentes a la conducción. Tal vez no muchos más que antes, pero sí mejores. Probablemente, pueda ser uno de los coches que más accidentes pueda evitar y así titulé aquel artículo… ¿Y el resto? Todo un Clase E, aunque nos quedaba la tercera y ya última versión de la gama por probar a la que le hemos hincado el diente recientemente en Portugal, compartiendo presentación con el Mercedes CLE Coupé, del que también te hemos contado todos los detalles.
All-Tarrain, un concepto de coche para los que sí pisan el campo
La verdad es que ha sido un recorrido corto, pero intenso, lo suficiente para ver lo que vuelve a dar de sí esta versión. ¿Es un coche perfecto? Eso no existe, pero para muchos, o mejor dicho, para quien pueda pagar los 72.925 euros que cuesta la versión más barata, se puede acercar a esa perfección. Apostaría a que son minoría los usuarios de SUV que salen del asfalto. Con este tipo de coches ocurre lo contrario, suelen ser elegidos por quienes valoran las características típicas de una berlina pero necesitan “algo más”.

Puede ser para subir a esquiar —cierto, bastarían unos neumáticos de invierno—, para acceder a una finca —cualquiera que haya andado por el campo habrá visto tantos turismos como SUV o TT andando por caminos—, porque tiene aficiones como la caza o sencillamente le gusta ir al campo con frecuencia y transitar con la seguridad de que su coche regresará indemne al asfalto. Y la principal ventaja es que, cuando regresa a él, vuelves a conducir una verdadera alfombra voladora, con todos y cada uno de los mejores valores de un Clase E normal al que le habrías tenido que añadir algún que otro elemento opcional.
Uno de ellos es la amortiguación Airmatic, de serie en todos los Clase E All-Terrain, al igual que la tracción total. Junto con las ruedas de diferente perfil, concretamente, en medida 235/55 R18 como opción mínima —puedes elegirlas con hasta 20 pulgadas—, el Clase E All-Terrain añade un punto extra de aislamiento, comodidad y calidad de vida a bordo sin que por ello se resienta el comportamiento dinámico.
Más altura al suelo, misma efectividad y refinamiento en asfalto
Ya de por sí, el All-Terrain está algo más separado del suelo que un E Estate normal, pudiendo aumentar la altura libre hasta en 46 mm extra en total mediante la amortiguación Airmatic. Puede parecer poco, es la diferencia que separa entre rozar o no con alguna trampa oculta que pueda esconder la habitual hierba que se acumula en los caminos, superar incluso zonas más agrestes donde haya salientes que serían una misión imposible para un turismo, e incluso atravesar zonas de barro sin que se acumule en los bajos.

Todo lo que añadas a este tipo de usos estaría fuera de lugar, aunque como poder, es capaz de superar obstáculos con mayor dificultad de lo que el usuario seguramente vaya a afrontar. El funcionamiento de la tracción total ya es de por sí una garantía para avanzar cuando el terreno está resbaladizo. El Clase E All-Terrain añade además protecciones en los bajos del coche —están hechas en plástico, eso sí—, un modo Off-road que proporciona información adicional o incluso un sistema de cámaras que permiten ver mediante las pantallas lo que el capó delantero nos oculta bajo él, pero hay tener una precaución adiciona: sigue siendo tan sorprendente el funcionamiento de la amortiguación que puedes correr el riesgo de superar la velocidad —muy baja, por cierto— a la que la suspensión regresa al “modo asfalto”, dejándote totalmente desprotegido.
Se agradecería una advertencia aún más clara que un simple mensaje en la pantalla para que el conductor pudiera tener consciencia de que la altura de carrocería se va a reducir o ya lo hecho ya que el propio coches sabría que seguimos circulando por caminos: las coordenadas del GPS serían más que suficientes para saberlo pero es que, además, las cámaras delanteras leen constantemente el terreno y el se advierte mediante mensajes de voz al conductor que estamos a punto de atravesar baches de gran calado. Dicho esto, seguro que lo imaginas, pero el Mercedes Clase E All-Terrain te dará garantías para superar gran cantidad de obstáculos, pero el sentido común lo tienes que poner tú.

Para todo lo demás, en un verdaero Clase E Estate en toda su extensión, con sus virtudes… y pequeños grandes defectos. Por ejemplo, Mercedes sigue sin conseguir una integración total en sus híbridos enchufables y supone perder un buen puñado de litros de maletero: un 200d 4Matic —sea o no All-Terrain con tecnología de 48 voltios tiene 615 litros de capacidad mientras que en un 300 de híbrido enchufable se reduce a 460 litros.
Dicho sea de paso, esos dos motores, junto al E450 4Matic, son las tres motorizaciones que empleará el Clase E Estate Alterrain, con rendimientos prácticamente calcados al Estate normal… Un 220d va de cine, aunque por 1.000 euros te llevas el 300 de hibrido enchufable con más pegada y 97 km de autonomía eléctrica, eso sí, renunciando a capacidad de carga como hemos dicho.
Respecto al Estate normal, la diferencia es entre entre los 4.000 € —versiones 300 de 4Matic— y 4.775 euros mayor —220d 4Matic, aunque el Estate también se ofrece sin tracción total—, una diferencia que, casi en su totalidad, está justificada por la suspensión Airmatic que los E All-Terrain equipan de serie.