Está despertando muchas expectativas el Renault Mégane E-Tech Electric porque todavía la oferta en el territorio Volkswagen ID.3 –compactos 100% eléctricos- es escasa. Se llamará Mégane –aunque conviva con otros Mégane radicalmente distintos- porque es una denominación reconocida y con historia dentro del segmento C, y porque su presidente, Luca De Meo cree a ciegas en ella. Probamos las primeras unidades del Renault Mégane E-Tech Electric recién salidas de la planta francesa de Douai, aún pendientes de afinación final a nivel de software y con pecados de juventud todavía corregibles antes de llegar al mercado en marzo de 2022.
Estéticamente me gusta mucho más el Renault Mégane E-Tech Electric por dentro que por fuera. Y si me tengo que quedar con una vista externa, el lateral es la foto que elijo. Por dentro, acierto total en el nuevo Mégane E-Tech Electric: de primeras un acceso cómodo, con puertas que abren mucho para facilitar la subida/bajada tanto delante como detrás. Delante, tomas asiento y la sensación es de modelo de mayor estatus.

Bienvenido con este Renault Mégane E-Tech Electric al mundo de las pulgadas asociadas a pantallas –en este caso se integran la frontal y la central con forma de L -12,3+12 pulgadas- y solo “rotas” por la inclusión de un aireador verticalizado central. Buena y fácil información, sin complicaciones para su navegación por diferentes menús. Eso sí, nada de efecto wow en forma de head-up display ni con realidad aumentada, como ya presumen otros. Tampoco se echa en falta… A cambio, retrovisor interior con visión directa o visión digital –nos gusta más la primera opción siempre y cuando no haya ocupante central trasero en el Renault Mégane E-Tech Electric-.
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Mucha sensación de amplitud en las dos plazas delanteras, mucha sensación tech en diseño. Buenas calidades salvo algún plástico muy a la vista, eso sí, bien rematado. Y esta amplitud delantera, trasládala detrás en el Renault Mégane E-Tech Electric, con mucho hueco para rodillas, aunque los más altos se quejarán de que el punto de cintura queda por debajo de las rodillas. Quizás tus pies choquen con los soportes de los asientos delanteros, es el único pero que le ponemos o si mides más de 1,85 quizás tu cabeza se acerque demasiado al techo. Maletero grande, muy cúbico y con sorprendente profundidad –nada de enrasado con la boca de carga, parece un cajón, eso sí, de 440 litros, por encima de su rival natural, el ID.3 que anuncia 385 litros-.

Renault Mégane E-Tech Electric: ¡en marcha!
Puesta en marcha del nuevo Renault Mégane E-Tech Electric con botón en el salpicadero. Manipulación del cambio mediante palanca tras el volante –al estilo Mercedes- y tres modos de conducción también configurables desde el volante: eco, confort y sport, quedando el modo confort, por lo que ofrece, mucho más cerca del sport que del eco. Ambos elementos y su nueva ubicación –cambio y modos de conducción- posibilitan espacio al no ser necesaria la consola central como la entendíamos hasta ahora.
No abandonamos la zona del volante del Mégane E-Tech Electric. ¡Cómo han cambiado las cosas! Antes las levas tras el aro eran síntoma de deportividad, de manejo… Ahora nos sirven para “jugar” con los cuatro modos de frenada regenerativa. Fácil manejo y te acostumbras casi instantáneamente para usarlas casi de forma automática sobre todo al a bordar las rotondas. Pregunto a Olivier Brosse, director de ingeniería de Renault, sobre otros elementos dinámicos claves en los que nos tenemos que fijar: el primero es una dirección muy afinada, muy directa, con menor giro de volante del que estamos acostumbrados.
Queda pendiente de evaluación final en tramos más ratoneros –igual que el multibrazo trasero, o ese centro de gravedad rebajado- porque en nuestro recorrido de pruebas con más de un centenar de kilómetros y todo muy plano y con pocas exigencias, más allá de la entrada y salida de rotondas, poco hemos podido comprobar. Sí es verdad que en tráfico urbano e incluso en estas repetitivas rotondas el coche parece ágil, parece que hay potencial... Y es que el Renault Mégane E-Tech Electric en báscula presume de 130 kilos menos que el VW ID.3, el rival natural con el que se quieren encontrar en Renault.

Sí le podríamos dar la razón a Brosse a la hora de hablar de eficiencia en el consumo eléctrico -15,9 kWh/100 km medidos en nuestro recorrido de 117 km dejando la batería de 60 kWh en un 70 por ciento, con carga todavía para 278 km-. Desde Renault nos inciden en que esta eficiencia –peso general más afinamiento de motor, baterías y componentes auxiliares- focaliza como elemento diferenciador en el rendimiento en vías rápidas para poder permitir recorridos de hasta 500 km sin recargar –también ayuda y mucho el trabajo aerodinámico que posibilita una altura del conjunto de 1,5 metros-. Me gusta el sistema desarrollado por Renault para, cuando le informamos de que vamos a repostar, prerrefrigera la batería a la temperatura óptima de recarga, igual que se ha trabajado mucho en optimizar consumos con extremo frío o calor. También tenemos que reconocer el trabajo de aislamiento sobre todo a nivel Renault Mégane E-Tech Electric se realicen en un ambiente de calma acústica más que notable.
Todavía no hay precios del Renault Mégane E-Tech, aunque como referencia aproximada, usa las tarifas del Volkswagen ID.3. Y de momento solo configuración de batería de 40 y 60 kWh asociados respectivamente a motores de 130 y 220 CV, aunque no hay nada descartado ya que esta plataforma admite mucho más a nivel de potencia de motor y de capacidad de batería.