Rafale es el coche con el que hoy Renault podría competir con fabricantes de mayor prestigio, y si bien es cierto que no ofrece el lujo o los acabados de las marcas más reconocidas, sí puede presumir, y muy por todo lo alto, de una tecnología de propulsión de lo más exclusiva, un chasis realmente exótico y un equipamiento de primera clase. Eso sí, puede que te salten las alarmas cuando tengas que pagar más de 50.000 euros por un coche que lleva un rombo en su calandra, aunque este Renault Rafale podría defenderlo más que dignamente si el comprador diera una altísima prioridad al comportamiento dinámico, a su nivel prestacional o a algo que, al menos para mí y por las características de circulación por donde habitualmente conduzco, empieza a cobrar más peso que nunca: lo entretenido que resulta conducirlo... si quieres entretenerte conduciendo.
Cada recorrido, un reto
Si "te estudias" bien el coche, apuesto a que convertirás cada recorrido en un nuevo reto y "jugarás" constantemente con las múltiples configuraciones que ofrece para conseguir extraer todo el jugo posible a su sistema de propulsión híbrido enchufable, su dirección a las cuatro ruedas y otros tantos ajustes o estrategias de uso que modifican sustancialmente su rendimiento global, su eficiencia o sus prestaciones. Si por el contrario prefieres ir descubriéndolo con el paso de los kilómetros, te aseguro que te llevará tiempo saber sacar la quintaesencia de este coche y es que es probable que lo que consigas sea desaprovechar mucho del potencial que esconde, pero la satisfacción al volante también las tienes asegurada.

Por ejemplo, es realmente difícil precisar con exactitud una cifra de consumo —no te preocupes, te vamos a dar un buen resumen de recorridos—, aunque es realmente gratificante comprobar que, salvo que utilices una configuración inapropiada, sus medias —siempre y cuando te molestes en cargar sus baterías— pueden ser espectacularmente bajas para las prestaciones que te ofrece. Por el contrario, también podrías desperdiciar inútilmente combustible.
El Renault Rafale es un SUV realmente exclusivo
E-TECH PHEV implica siempre tracción total, pero también dirección a las 4 ruedas —ya conoces el sistema del Austral, Espace y otros coches anteriores—. Sin embargo, hay algunas diferencias entre las versiones Esprit Alpine y Atelier Alpine, la versión de color azul Cumbre Satinado que ves en la foto; estos últimos pueden modificar cómo actúa la dirección posterior —grados o fase en función de la velocidad— con tres ajustes configurables —Confort, Dynamic y Sport— dentro de cada modo de conducción —Sport, Comfort, ECO, Snow y Perso—. Adicionalmente, Atelier monta unas espectaculares llantas de 21 pulgadas, una amortiguación adaptativa capaz de preparar los amortiguadores con antelación gracias a la información que proporciona la cámara delantera, distinguiéndose también por un ajuste de chasis ligeramente diferente, los faros de tipo matricial, el alerón negro y las cámaras de visión periférica, elementos que justifican los casi 5.000 euros adicionales respecto al acabado Esprit Alpine.

Al igual que me ocurre con las Active Scan Suspension del DS7 y otros sistemas similares, no tengo demasiado claro que la cámara frontal interprete debidamente qué es un asfalto bacheado o la magnitud de una protuberancia sobre la carretera a pocos metros del coche, porque nunca he sentido que los amortiguadores se "acomodaran" lo suficiente para evitar transmitir sequedad al habitáculo.
En realidad, en su modo de funcionamiento más flexible, es un coche bastante rígido de amortiguación, amplificado además por sus grandes llantas y ruedas —se pierde mucha calidad de bacheo si te excedes con las presiones de ruedas—, aunque Renault ha sabido quedarse ligeramente por encima del límite de lo inconfortable.
La amortiguación siempre trabaja con movimientos cortos y rápidos, típicamente deportivos. El balanceo es escaso mientras que el efecto de la propulsión y la frenada regenerativa también consiguen compensar las transferencias de masa longitudinales modificando el eje que aporta más par en propulsión o más retención mediante frenada regenerativa; puedes verlo en la pantalla multimedia, pero a poco que tengas un mínimo de sensibilidad en las manos y tu trasero, advertirás cómo el motor posterior consigue hacer que el coche se mantenga muy plano a base de meter más o menos regeneración de energía. La conducción es francamente gratificante porque tiene un tren delantero muy preciso, es ágil, cambia rápidamente de dirección y se puede conducir muy rápido sin ser especialmente habilidoso.

Picante
Básicamente, el tren delantero es el que manda en propulsión hasta, más o menos, los 70 km/h, aunque depende si el sistema está utilizando solo electricidad o funcionando como un híbrido. En el primer caso y conduciendo a más velocidad de la antes citada, el modo Confort y ECO trabajan con el motor trasero, mientras que Sport y Snow tienen un reparto estándar del 50-50% a cada eje, variando la fuerza que llega a cada tren según se acelere, frene, o retenga. En híbrido —y por encima de velocidades urbanas—, Sport y Snow no cambian su estrategia, pero sí lo hacen Comfort y ECO, en cuyo caso predomina el empuje sobre el tren delantero. Los diferentes modos de conducción también varían el rendimiento conjunto del sistema; en el recuadro adjunto puedes ver las potencias globales que entrega el sistema en cada caso.
Este E-TECH PHEV tiene alguna sombra, pero en términos generales es un sistema de propulsión formidable que encaja perfectamente con la dinámica personalidad de chasis propuesta por este exclusivo Rafale. Quizás lo mejor es que es un motor "muy eléctrico". Es como conducir un motor e-Power de Nissan con potencia estratosférica, con tres ventajas adicionales: el respaldo del motor térmico de 1.2 litros y 150 CV aportando empuje, la homogeneidad en el rendimiento de las baterías y la "naturalidad" de una transmisión automática, algo peculiar, eso sí. Un motor con buena pegada que al primer golpe de acelerador —siempre que el coche esté en movimiento— es capaz de dejarte la espalda bien pegada al asiento. Lo corroboran sus aceleraciones, sus adelantamientos, pero sobre todo, su uso al conducirlo con normalidad. Instantaneidad es la mejor manera de definirlo, corroborando su rapidez con prestaciones soberbias.

Así son los consumos de este gran SUV
Sport es su modo más picante, aunque con él activado el Rafale también se pone en movimiento en modo eléctrico, para pasar inmediatamente a térmico. Como te decía, un golpecito de gas te deja sentir la abundante llegada de par, aunque este modo tiene "truco". El sistema no tiene modo específico para recargar la batería utilizando el motor térmico —sí para mantenerla—, pero Sport es su equivalencia: si conduces al ritmo que te permite el tráfico, aunque no lo hagas de forma muy suave, la batería irá progresivamente recargándose a razón de unos 40 km por cada 75 km recorridos —no es fijo, pero puedes hacerte una idea de la capacidad de carga "on board" que tiene el coche—, todo ello sin perder capacidad prestacional, pero obviamente, sacrificando los consumos: con este modo activado, el Rafale E-TECH PHEV ha ido consumiendo medias combinadas de entre 8,4 l/100 km y 22 kWh/100 km a 10 l/100 km y 51 kWh/100 km de consumo de electricidad —no me creo ese último dato de consumo eléctrico—. Es un consumo mucho más elevado que si usamos el modo E-Safe para mantener la batería. Volviendo a Sport, cabe citar que no siempre va a proporcionar "autorrecarga": puede, como se ha dicho, que sea así —si está a cero, cuesta "levantarla" alguna decena de kilómetros—, es posible mantener la autonomía eléctrica sin que suba ni baje, pero también gastarla si conducimos de aprovechando toda la potencia.
Al menos conduciendo en híbrido, no se nota demasiado que Comfort te quita 50 CV. Creo que es el ajuste más equilibrado para usar el coche todos los días, aunque pretendamos ir deprisa, porque da empuje de sobra y prioriza el equilibrio. Como bien sabes, tus medias de consumo variarán en función de la autonomía eléctrica que tengas o haya utilizado hasta el momento. Con la batería descargada, tengo recorridos de 6,4 l/100 y 9,9 kWh/100 km, 7,0 l/100 km y 11 kWh/100 km y 6,0 l/100 km con 15,9 kWh, conseguido este último en el recorrido de mayor duración en distancia y tiempo de uso. En modo eléctrico, utilizando el coche poco por ciudad, periferia y carretera sin que se encendiera el motor térmico en ningún momento, el consumo medio ha sido de 19,2 kWh/100 km, pudiendo cubrir algo más de una centena de kilómetros en eléctrico o, en su defecto, dando apoyo para conseguir medias en térmico que no llegan a 3,5 l/100 km en recorridos de 200 km.

Te dejo una relación de datos para que tengas una referencia de capacidad de empuje del Rafale E-TECH PHEV en modo cien por cien eléctrico, para que puedas compararlos con las cifras que publicamos en la ficha —las "globales", utilizando todo el rendimiento disponible—: 2,09 s en el 20-50 km/h, 12,08 s para el 20-120 km/h y 8,9 s en el 60-120 km/h. No está nada mal. Igualmente, al conducir el coche entre el tráfico te darás rápidamente cuenta de que los 160 CV disponibles con electricidad son más que suficientes para desenvolverse perfectamente, incluso con 136 CV disponibles en los otros modos.
¿Lagunas? Las propias de otros E-TECH híbridos de la casa concebidos con esta misma tecnología: una transmisión que obliga a poner el coche en movimiento siempre en modo eléctrico, sólo cuatro marchas que no entran con la rapidez deseada —el motor eléctrico posterior no llega a compensar el vacío entre salto y salto— y, como aspecto más controvertido, las acusadas vibraciones del motor térmico en ciertos periodos de funcionamiento. Y en cuestión de funcionalidad, la tecnología PHEV condiciona en este caso las plazas posteriores al reducir el espacio que queda debajo de los asientos delanteros —nada grave—.Pese a ello, es un coche con el que no me importaría tener para utilizar a diario.□
Nuestra opinión: Soberbio
Cualquier parecido con tus expectativas, seguro que será mera coincidencia. Hace tiempo que los desencantos con coches de los que esperas mucho ganan por aplastante mayoría al entusiasmo y la fascinación, pero con este Rafale híbrido enchufable es más que posible que te ocurra todo lo contrario. El sistema de propulsión es un verdadero motorazo por capacidad prestacional, pero además puede gastar muy poco. Y al volante, es un auténtico caza de combate por su tremenda agilidad. Solo ciertas calidades de generalista lo dejan rezagado frente a marcas de más enjundia.