Más Kodiaq en cuanto a espacio, eficiencia y soluciones prácticas; más Skoda, de la nueva Skoda, en cuanto a esa sensación de calidad que llevan incorporando en los últimos años y con una tecnología de motores y propulsiones compartidas con el Volkswagen Tiguan que permiten una impresionante variedad de elección. Así es el nuevo Skoda Kodiaq, que hemos podido conducir. Y debo confesar que tengo ganas de poder aparcarlo en mi garaje y poder descubrir hasta el último de sus muchos matices.
Formalmente es más grande aunque en sus nuevas proporciones se asoman ecos crossover e incluso súper berlina familiar, que no lo es. Es 46 mm más ancho que antes, para una anchura total con espejos de 2,13 m y es mucho más largo, nada menos que 61 mm, ganados fundamentalmente en cuanto a voladizo trasero para un total de 4,76 m. Esto revierte en mayor espacio para la tercera fila de asientos o carga, anunciada en un máximo de 910 litros en las versiones de cinco plazas, con una ganancia de 75 l respecto de la anterior generación. Y aunque la marca no desvela si esa medición es hasta la bandeja cubremaletero, hasta el borde del respaldo de los asientos o hasta el inicio de la ventanilla trasera, lo cierto es que impresiona en cualquiera de sus configuraciones. Esta capacidad se reduce en 65 l en las versiones de siete plazas y 165 en las híbridas enchufables, exclusivamente de cinco plazas.

El coeficiente aerodinámico anunciado impresiona, nada menos que 0,28 en su mejor interpretación, pero también impresionan elementos de equipamiento como los faros matriciales de 36 segmentos, cómo sigue la tendencia de acumular funciones a través de la pantalla central —de hasta 13”—, aunque personalmente me gustaría que se mantuviesen botones de acceso a funciones como los diferentes modos de conducción. Aquí sólo se conservan los llamados Smart Dials, los tres botones giratorios desde se controlan temperatura de la climatización, calefacción de los asientos y uno configurable para acceder hasta a 6 funciones diferentes, compensando parcialmente esa concentración de funciones a través de la pantalla.
Las soluciones tecnológica y Simply Clever del nuevo Skoda Kodiaq
Impresión de tecnología y practicidad comparten protagonismo en la segunda generación Kodiaq. La información se proyecta en la instrumentación virtual de 10” con el apoyo de la pantalla multifunción, de hasta 13”. El habitáculo puede quedar complementado con la luz ambiental y el equipamiento de seguridad alcanza los 10 airbags, con un interesante airbag entre los dos asientos delanteros.
También son de serie elementos como la cámara de aparcamiento trasero, los sensores de delanteros y traseros —vitales en el ecosistema de ayudas a la conducción— y sistemas de mantenimiento de carril, entre otros.

Algunas soluciones Simply Clever como la pestaña para tickets son ya clásicas. Pero no son las únicas. El sistema de carga inalámbrica está refrigerada y permite alimentar simultáneamente a dos unidades, las puertas llevan incorporado un sistema de protección para evitar impactos laterlaes de aparcamiento, se añade un «borrador» de huellas para la pantalla central…elementos todos ellos que te hacen la vida un poco más fácil.
Los motores y sistemas de transmisión del Skoda Kodiaq
La variedad de elección define a los sistemas motopropulsores del nuevo Skoda Kodiaq, que recoge propuestas de dos y cuatro ruedas motrices y propuestas de gasolina y Diesel de 150 a 204 CV, siempre con cambio automático. El aficionado al Diesel tiene dos interpretaciones del bloque de 2 litros, una de 150 CV y tracción delantera y una 4x4 que se va a los 193 CV, ambas con etiqueta C. En gasolina hay otras opciones, empezando con un TSI 1.5 de 150 CV microhibridado y un 2.0 de 204 con tracción a las cuatro ruedas. Iguala en potencia máxima al híbrido enchufable, con un motor térmico de 150 CV uno eléctrico de 115 CV. Ambos pueden funcionar asociada o individualmente, que en modo exclusivamente eléctrico podría alcanzar los 140 km/h o superar holgadamente los 100 km. De hecho, apurando al máximo la batería de 19,7 kWh de capacidad neta anuncia 123 km.
Con una batería de este tamaño no es de extrañar que su recarga por corriente alterna llegue a los 11 kW. Pero también, compartiendo hecho diferencial con el Tiguan, cuenta con recarga por corriente continua de 50 kW, quizá poco para un eléctrico, pero súper destacado si hablamos de un coche que en media hora estaría recargado.

Es el coche con el que tuvimos la toma de contacto, equipada con el pack performance —dirección y amortiguación de firmeza variable—, el Light & View Plus —faros matriciales, pilotos traseros animados y banda luminosa en la parrilla frontal— y el pack Tech, con navegador y pantalla central de 13” y esas primeras impresiones fueron muy positivas tanto en cuanto a espacio como a sensaciones de conducción. Porque aunque suene frívolo para un coche que supera las 1,8 toneladas, el Kodiaq es un coche relativamente ligero, especialmente comparado con propuestas eléctricas, con opciones de conducción de lo más variadas, que van de un consumo mínimo a una respuesta al acelerador a velocidades medias muy apreciable, un potencial de mantener cruceros de marcha más que correctos y ese plus que da la electrificación asociada al motor de gasolia.
Me gustaría un tacto del freno con una transición más natural entre la frenada regenerativa —momento en que el pedal ejerce resistencia a la presión y la mordiente de freno no es grande— y la frenada de fricción, donde el asistente actúa con contundencia y te da la impresión de haber frenado demasiado. Eso por buscar los peros a un coche excelente, con el que puedes hacer muchos kilómetros en modo eléctrico y conseguir consumos de gasolina realmente bajos, incluso inferiores a los de las versiones turbodiésel, a las que también pueden mejorar a la hora de hablar de precio al aprovechar todas las opciones de promociones, descuento e incentivo MOVES posibles (pulsa aquí si quieres ver todos los precios del Skoda Kodiaq).