El Citroën C4 2020 ya está disponible en los concesionarios de la marca con precios que inicialmente parten desde los 22.300 euros de la versión PureTech de gasolina con 130 CV —sin aplicar el descuento, actualmente fijado en 1.500 euros—, con caja manual y acabado Feel, aunque a lo largo de 2021 llegarán versiones básicas de los BlueHDi con caja manual y también se incorporará un motor superior en gasolina, el PureTech de 155 CV, también derivado del 1.2 de tres cilindros.
El nuevo Citroën C4 va dirigido al corazón del segmento de los compactos imponiendo en esta ocasión una imagen híbrida entre SUV y coouperizada berlina a la que, desde mi punto de vista, no acabo de ver grandes ventajas. Sustituirá al C4 Cactus —su vida comercial está ligada a la venta de las unidades que aún quedan en stock—, mide 4,36 m de largo y 1,80 m de ancho, pero lo singular de su carrocería, además de un rompedor diseño que me recuerda a los Honda Civic y Toyota C-HR, es su altura: 1,52 m.
Tiene una batalla de 2,67 metros y una distancia al suelo de 156 milímetros en todas aquellas versiones equipadas con ruedas de 18 pulgadas —ligadas a la suspensión de amortiguadores progresivos—, es decir, todas con la excepción de los Live Pack, disponible exclusivamente en los C4 de motor térmico. Pero es una altura que no proporciona ninguna cualidad para poder circular fuera del asfalto ni supone una clara mejora para acceder al habitáculo.

Citroën C4 2020: desarrollado sobre la plataforma “pequeña” de la casa
A diferencia del Peugeot 308, el nuevo Citroën C4 está desarrollado sobre la arquitectura CMP de PSA y no la EMP2 que el grupo también utiliza en los coches medios y grandes. La ventaja principal de la CMP, orientada a vehículos de tamaño pequeño y medio —208/2008, DS 3 Crossback, Opel Corsa y Próximo Mokka, entre otros— es que puede ofrecer versiones cien por cien eléctricas mientras que EMP2 sólo admite, de momento, vehículos de propulsión híbrida enchufable, además de motorizaciones gasolina y Diesel. Pero en términos de posible afinación, refinamiento y dinámica, equipamiento multimedia, de seguridad, conectividad o relación tamaño/volumen interior es una arquitectura con menos posibilidades que, como te he comentado, la citada EMP2.
Por ello, una de las características del nuevo C4, en cierto modo condicionado también por el diseño de su zona posterior, es que, aunque no es un coche de escasa habitabilidad, si es poco espacioso, y me explico. Las puertas posteriores no son demasiado grandes y el diseño del rígido montate del piso junto con la profundidad de la base dejan un prominente escalón de acceso para introducir cómodamente los pies y acomodarse en las plazas posteriores. El túnel de transmisión es bastante intrusivo para el ocupante de la plaza central, y aunque la altura del techo dan suficiente libertad para tallas de 180 cm, el diseño del pilar C y los revestimientos interiores proporcionan poca sensación de desahogo, amén de que los respaldos de estos asientos están diseñados para pasajeros de poca altura.
En mi caso, con 1,83 metros de altura, el límite superior está bien por debajo de la cabeza. La visibilidad hacia atrás desde el espejo interior está menos condicionada por el alerón exterior de lo que a priori hace pensar el diseño de este elemento, aunque divide en dos cuadrantes horizontales la zona de visión. El maletero cubica 380 litros y su piso está divido a dos alturas por una bandeja aparentemente rígida que no parece deformarse fácilmente si se echan bultos pesados en su zona central.

Citroën C4 2020: habitabilidad correcta… pero poca sensación de amplitud
El diseño del habitáculo proporciona una imagen bastante moderna y ordenada, pero el puesto de conducción, por ejemplo, puede no ser adecuado para personas que sean muy altas, gruesas o que suelan conducir con calzado demasiado ancho, como botas, ya que la arquitectura concede también poco espacio para el hueco de los pedales. En mi caso, me ha resultado bastante engorroso tener que poner el pie de una forma concreta en el acelerador para que al quitarlo, no rozada con el del freno. El Citroën C4 está digitalizado al completo en cuanto a cuadro de relojes y sistema multimedia mediante pantalla táctil de 10 pulgadas; en este caso, el C4 no emplea el equipo más potente y sofisticado de cuantos dispone PSA, pero cumple sobradamente por facilidad de manejo —la climatización tiene un mandos independientes mediante botones físicos— y resolución.
Por su parte, el cuadro de instrumentos me ha parecido demasiado pequeño y las gráficas no muy claras. Ofrece un Head Up Display mediante lámina de metacrilato con un tamaño excesivamente grande y alto para la información que proyecta dentro, generando un continuo velo entre el cristal que impide ver correctamente en determinadas ocasiones. En las versiones que tienen regulación manual de los asientos, tambien me ha resultado literalmente imposible ajustar la inclinación del respaldo con la puerta cerrada —por tanto, impide corregir la postura una vez te has puesto en marcha— debido a que está en una posición muy atrasada y existe poca anchura entre el asiento y la puerta o pilar central, según la posición del asiento. Los materiales son, en líneas generales, sencillos y como innovación, Citroën destaca un soporte emergente en la zona del acompañante para sujetar un Ipad o tabletas digitales, los cuales van en enfundados para que la pantalla no se vea en diagonal y eviten distraer el conductor.

Nuevo Citroën C4: cuatro acabados, cinco ambientes interiores y asientos Advanced Confort
De momento, el Citroën C4 se venderá en acabado Live Pack —sólo para versiones térmicas—, Feel, Feel Pack y Shine. El primero de ellos no dispone de todos los elementos del programa Citroën Advanced Confort, como por ejemplo los asientos con especificaciones y mullido especial ni la suspensión con amortiguadores progresivos —en estos casos, la llanta de serie es de 16 pulgadas–. El habitáculo se puede personalizar con 5 ambientes interiores denominados Estándar, Urban Grey, Metropolitan Grey, Metropolitan Blue y Hype Black, los cuales modifican los tejidos y guarnecidos o los colores de ciertos apliques. Fell mejora el equipamiento base del Live Pack —con más que correcta cobertura en elementos de confort y seguridadؙ— con las citadas llantas de 18” y todos los elementos del paquete avanzado de confort Citroën, incluyendo además la ayuda al estacionamiento trasero, climatizador bizona, freno de estacionamiento eléctrico, sensor de lluvia, sistema de audio con 6 altavoces, luces diurnas por led o faros antiniebla con función de giro en curva.
Fell Pack, por su parte, añade el sistema Citroën Connect Nav, Head Up Display, retrovisores abatibles por sistema eléctrico, cámara de visión trasera, Smart Pad Support —la ya comentada fijación para tabletas— y ambiente Urban Grey, pudiendo disponer de un mayor número de opciones. Por último, Shine mejora el ambiente y dotación incluyendo asistente de aparcamiento delantero, acceso y arranque manos libres, luces traseras tintadas, ambiente interior Mtropolitan Grey junto con los los Pack Sefety Plus —reconocimiento de peatones y ciclistas con sistema de frenado automático—, Drive Assist —control de ángulo ciego y faros inteligentes SmartBeam—. Es el único acabado que puede montar el Highway Driver Assist —sólo para los modelos con cambio automático—, el sistema de mantenimiento de carril ligado al control de crucero activo.

Citroën C4 2020: así se comporta y así va 1.2 PureTech de 130 CV
Archiconocido este motor en la casa, con buenos bajos y respuesta en general, su integración en este arquitectura siempre ha sido una combinación de éxito en la marca y el C4 no es la excepción. Dinámicamente, es un motor muy completo que ofrece prestaciones acordes con su potencia y consumos no de referencia, pero sí bastante moderados. El Citroën C4 da la sensación de ser un coche bastante ligero para su tamaño y el propulsor no requiere continuas reducciones a la hora de circular por trazados exigentes; su sexta marcha desahoga el motor en carretera pero es perfectamente utilizable en relanzamientos o adelantamiento bien medidos. Hasta aquí, sin sorpresas, salvo un enclavamiento del cambio poco preciso en marchas pares que me obligaba a asegurarme de que la marcha estaba debidamente introducida.
Pasemos a ver el trabajo que encierra el programa Citroën Advanced Confort en sonoridad, confort acústico o de asientos, suspensiones, dinámica, etc. El Citroën C4 es un coche muy correcto en líneas generales, pero no sobresale por nada en particular. Su confort es óptimo porque no suena demasiado —a alta velocidad hay ciertos ruidos aerodinámicas y en ciudad, a mi particularmente me resulta muy molesto escuchar, aunque sea levemente, la fricción de los frenos— y la suspensión filtra bastante bien. Los amortiguadores progresivos no me parece que hagan especialmente diferente al C4 en cuanto a tacto o comodidad de suspensión, pero en conjunto es un coche agradable en este sentido. Sí cabe citar que aíslan mejor de las irregularidades del asfalto que la rugosidad del mismo, transmitiendo al habitáculo ciertas asperezas que hacen que su rodar no sea extraordinariamente refinado, o no tanto como otros coches de nueva generación en la categoría.
No es un coche muy ágil, pero su comportamiento no presenta ningún déficit: hace lo que esperas que haga en todo momento, sin reacciones violentas, proporcionando bienestar en este sentido y una alta sensación de control. Durante todo el recorrido he circulado o bien lloviendo o bien sobre asfalto húmedo, condiciones en las que el C4 ha manifestado una esperada actitud subviradora bien controlada por el control de estabilidaden todo momento. Eso sí, la dirección es suave, pero poco informativa: no tienes un control muy preciso del límite real de agarre de sus ruedas, cuya sección, en el caso de las versiones de 18 pulgadas, es relativamente estrecha para el tamaño de la llanta: 195 mm con perfil 60.
En parte, todo cuanto no me ha convenido de la conducción del Citroën C4 está más relacionado con elementos que no afectan a la dinámica en sí. La citada falta de espacio en la zona de los pedales, una no muy clara instrumentación, cierta falta de visibilidad en diagonal por el diseño de los pilares delanteros y lo intrusivo que resulta el Head Up Display en el caso de llevarlo levantado —creo que la transparencia del metacrilato empleado origina hasta cierta fatiga visual— o que, en mi caso, en las curvas más cerradas golpeo el codo con el reposabrazos.

Citroën ë-C4 2020: un buen eléctrico para recorridos medios
Todo lo citado en cuanto a comportamiento o sensaciones a bordo son totalmente válidas para la versión eléctrica, matizando incluso que los kilos extra derivados de la batería no afectan al comportamiento ni la seguridad del vehíuclo, aunque se lleguen a notar mayores inercias o un tren trasero que se recupera de fuertes apoyos de forma más lenta que en el caso de las versiones térmicas. El ruido aerodinámico a alta velocidad es más evidente que en la versión e gasolina, pero igualmente, nada realmente grave. Sí son más audibles otras fricciones mecánicas —los frenos, ya comentados— o pequeños rozamientos de elementos en el interior, si bien, el Citroën ë-C4 es un coche muy satisfactorio desde el punto de vista del confort y silencio de marcha.
Motor, baterías y todos los elementos mecánicos en general son también conocidos de otros coches de PSA, aunque el Citroën ë-C4 me ha parecido menos reactivo, algo más lento en responder a la demanda de potencia del acelerador. Igualmente, sus tres modos de conducción —Sport, Normal y Eco— tardan más en reaccionar que en un Corsa, 208 o DS 3 Crossback eléctrico. Carece de levas en el volante para “jugar” diferentes niveles de frenada regenerativa, aunque sí tiene modo B en el mando del cambio —la techa es muy pequeña y requiere desviar la vista para poder activarla— con la que el casi se puede conducir casi sin necesidad de pisar el freno en la mayoría de las ocasiones. Citroën anuncia 350 km de autonomía con la misma batería de 50 kWh de los modelos citados, autonomía que restringe el uso al día a día o trayectos medios.
Se puede cargar en puntos de 100 kW —80% en media hora— y el cargador embarcado puede ser, opcionalmente, de 11 kW, en cuyo caso, una recarga en un punto trifásico tardaría 5 horas; a 7,4 kW, requiere 7,5 horas, 15 horas en el caso de un punto de 3,7 kW y 24 horas en una toma doméstica de 230V. Citroën anuncia un consumo de 16,6 kWh/100 km, media que hemos logrado conseguir circulado a ritmos tranquilos por carretera, que no inferiores al resto del tráfico. La capacidad de maletero no varía respecto a la versiones térmicas: conserva los mismos 380 litros, pero sacrificando espacio para los cables de carga. Citroën sólo proporciona el de Tipo 1 para usar en tomas domésticas, siendo el de tipo Mennekes opcional. La batería cuenta con 8 de garantía o 160.000 km hasta el 70% de su capacidad de carga.

Citroën C4 2020: todos los precios de su gama
Citroën C4 PureTech 130 Fell: 22.300 euros
Citroën C4 PureTech 130 Fell Pack: 23.700 euros
Citroën C4 PureTech 130 EAT8 Feel Pack: 25.300
Citroën C4 PureTech 130 Shine: 24.800 euros
Citroën C4 PureTech 130 EAT8 Shine: 26.600 euros
Citroën C4 BlueHDi 130 EAT8 Shine: 26.800 euros
Citroën ë-C4 100 kW Feel: 33.900 euros
Citroën ë-C4 100 kW Feel pack: 35.500 euros
Citroën ë-C4 100 kW Shine: 36.600 euros