Hagamos primero un breve repaso histórico a la las diferentes generaciones de Golf R, así que trasladémonos por momentos al año 2002, casi al final de ciclo de vida del Golf de cuarta generación, momento en el que aparece el primero de los Golf R. Todo un lobo con piel de cordero al que, eso sí, se le oía venir desde bien lejos gracias a unas líneas de escape con una acústica que muchos aficionados aún seguimos guardando en nuestra memoria. Equipado con un motor V6 de 3.2 litros, posible cambio manual o DSG de 6 velocidades, tracción total, 241 CV, 320 Nm de par y un peso de 1.477 kilos, fue el pistoletazo de salida para una generación de coches más prestacional y ambiciosa que el GTi y con el que VW ya podía medirse con rivales de mayor nivel.
Con la quinta generación en ciernes, el VW Golf R daría un nuevo salto cuantitativo y cualitativo mejorando la potencia del motor y la experiencia de conducción, llevando el mismo 3.2 V6 hasta los 250 CV, aunque eso sí, aumentando ligeramente el peso hasta los 1.538 kilos. Pero la nueva década llegaría con una consigna clara cuanto a requerimientos medioambientales, obligando VW a sacarse de la manga un nuevo as si quería para seguir manteniendo su próximo Golf R a un nivel competitivo de prestaciones y sensaciones, de potencia y también consumos.
Así, casi en la frontera de 2010 aparece el primer Golf R con motor de 4 cilindros 2.0 litros turboalimentado, con 271 CV en esa primera aparición, y cómo no, manteniendo la tracción total o el cambio DSG. Propulsor que fueron heredando con sucesivas evoluciones tanto el Golf R de 2014, generación en la que el distintivo más deportivo de la casa también recae en los Golf Variant, y más tarde, en 2017, llegando hasta los 310 CV y los 320 Nm de par, para un peso final de la versión de 5 puerta con cambio DSG, ya el de siete velocidades, de 1.505 kilos.

2020 vuelve a ser el año del Golf R, esta vez enrolado en la octava generación del Golf, y si bien es cierto que VW vuelve a experimentar una mejora en el rendimiento mecánico, alcanzando ahora los 320 CV y 420 Nm de par, la mayor de las evoluciones de esta edición se esconde en su innovadora electrónica de control de chasis, su nueva tracción total e inéditos modos de conducción —opcionales, ligados al paquete R-Performance— Special y Drift, complementos al Race que sí viene de serie en todos los Golf. Vayamos de fuera hacia adentro, conociendo todos los secretos del nuevo deportivo de VW.
VW Golf R: el lobo se viste de cordero… otra vez
Tú sabes tan bien como yo que por muy discreto que fueran, a los Golf R se les cazaba al vuelo. Sus anchuras, sus elementos específicos, ese precioso sonido, la forma de acercarse… la de alejarse. VW vuelve a apostar por una receta similar, partiendo de una deportiva elegancia como principal seña de identidad, pero detallado nuevamente con elementos cosméticos específicos que pronto te harán saber que se trata de más especiales de los Golf de octava generación. Para pistas, sus colores. VW sólo ofrecerá este nuevo Golf R en su característico azul “Lápiz Blue Metallic”, el blanco “Pure White” y el negro “Deep Black Pearl Effect”.
Su carrocería está 5 mm más cerca del suelo que los Golf GTi, 20 mm más que el resto de los Golf, y sus ruedas de serie son de 18 pulgadas con el diseño tipo “Jerez” para neumáticos de verano o “Bergamo” para quien equipe la rueda de invierno en el momento de la compra, pudiendo optar en opción por un equipo de 19 pulgadas con diseño “Estoril” o Adelaide”. Tras cualquier de ellas, se deja ver el mismo sistema de frenos del Golf 8 GTi Clubsport, ahora con 300 CV, con idénticas pinzas pintadas de azul, discos delanteros de 357 x 34 mm —17 y 4 mm más que antes de diámetro y espesor— pero con diferente software y reparto de frenada.

En la zona frontal siguen siendo características sus rejillas de ventilación, un paragolpes específico y, ahora, una banda transversal azul por encima de la parrilla que se ilumina con tecnología led. Atrás, es también exclusivo el diseño del paragolpes, el alerón superior, los difusores inferiores en color negro o los dobles escapes, volviendo a recurrir al especialista Akrapovic para el sistema de escape opcional, en este caso, hecho de titanio y con un peso inferior, de sólo 7 kilos en total.
El nuevo Discover Media de 10 pulgadas es el epicentro de sistema de conectividad a bordo, aunque para el conductor el elemento de mayor importancia será el cuadro de instrumentos. VW conserva la tecnología Digital Cockpit, pero le da una vuelta desarrollado la versión Pro, caracterizada por gráficos propios con el logotipo R y diferentes configuraciones y vistas según el modo de conducción o personalización del usuario. Si bien, destaca ahora de una vista de pantalla tridimensional con diferentes campos numéricos, entre ellos, un nuevo dial para el cuentarrevoluciones tarado del 0 al 8 —este valor representa las revoluciones x 1.000— o, en el modo manual del cambio de DSG, un diseño especialmente orientado para rodar en circuito donde el indicador de marcha cobra más relevancia. El Digital Cockpit Pro esconde también valiosos datos como la presión de sobrealimentación, temperatura del agua, aceite y cambio, el par y la potencia que el motor suministra en cada instante, un acelerómetro o reparto de fuerzas en cada rueda.
Tras el volante, nos encontramos esta vez con levas de mayor tamaño para facilitar el manejo. También con un nuevo botón en azul con el logotipo R en el lado izquierdo del volante desde el cual seleccionar los diferentes perfiles de conducción sin necesidad de apartar la vistas, accediendo mediante una pulsación continua al modo Race, el más deportivo de cuantos ofrece el Golf R sin paquete R-Performance. Los asientos son también específicos para esta versión, más envolventes, con reposacabezas integrado y, opcionalmente, tapizados en cuero napa negro y con el logo R tejido en el respaldo del asiento, junto con aplicaciones símil fibra de carbono en el lateral.

VW Golf R 2020: así es el su nuevo motor y tracción total
El motor es el 2.0 litros de generación EA888 que montaba ya el Golf 7, con 1.984 cm3, ahora con evolución EVO4. Es, por tanto, la versión más potente jamás utilizada en un coche de producción de esta familia de motores. Desarrolla 320 CV mientras que la cifra de par no sólo ha aumentado hasta 420 Nm, sino que ahora los proporciona desde un régimen inferior: entre 2.100 y 5.350 rpm. Ahora con menores fricciones internas, un sistema de refrigeración mejorada y nuevas tasas de recirculación de gases, VW promete haber rebajado las emisiones y los consumos mejorando al mismo tiempo las prestaciones. Este motor transmite su potencia las cuatro ruedas a través del cambio DSG de 7 velocidades, pero a partir de este momento es donde empiezan a aparecer las mayores diferencias con cualquier otro Golf R de la historia.
Y es que, como punto de partida, el Golf 8 en general y el R en particular nace con una evolución de la arquitectura electrónica que incluye un nuevo Gestor Dinámico de Marcha, una conexión entre elementos mecánicos del coche a través de la electrónica para lograr que dirección, control de estabilidad, bloqueo electrónico del diferencial, entrega de fuerza del motor, reparto de par o ajustes de la suspensión trabajen como un único elemento, a lo que en este caso se suma una de las nuevas piezas más importantes: el nuevo diferencial trasero con R-Performance Torque Vectoring o reparto vectorial de par. En resumidas cuentas, una tracción total inteligente con accionamiento variable no sólo entre ejes, sino entre ruedas del tren posterior, pudiendo desviar hasta el 100 de par a la rueda posterior exterior a la curva.
De esta manera, el Golf R gana agilidad, evita el subviraje y tiene un comportamiento más deportivo y efectivo. La dirección cuenta con asistencia progresiva de serie y la suspensión DCC opcional, con ajuste variable y personalizable en el modo Individual, junto con Comfort, Sport y Race, los pefiles de serie que ofrece el Golf R. Si bien, el nuevo Golf R ofrece otra gran novedad a través del paquete R-Performance: nos referimos a los citados modos Special y Drift.
Según VW, el primero de ellos está específicamente desarrollado para el tipo de trazado y asfalto de Nürburgring, especialmente en lo que concierne al ajuste de la suspensión, taradas para adaptarse a las ondulaciones de este trazado. Con este modo de conducción, las reducciones de marcha cuando del cambio automático se adaptan mejor a la presión que ejerce el conductor sobre el freno antes de llegar a las curvas, mientras que si se usa el cambio DSG/7 en modo manual, se omite el salto de marcha al llegar al punto de corte del motor. El Golf R ofrece también tres posibles estrategias para el funcionamiento del control de estabilidad: conectado, modo Sport, menos intrusivo, y totalmente desconectado, aunque latente en caso de que se active el Front Assist o el sistema de detección de obstáculos.
Según diferentes pruebas internas, el nuevo VW Golf R es hasta 17 segundos más rápido que su predecesor en el mítico y exigente circuito de Nürburgring.
Drift es el modo el modo para derrapar… a lo grande, en cuyo caso, el sistema R-Performance Torque Vectoring optimiza el reparto entre ejes, dando algo más de prioridad al tren posterior, y al mismo tiempo, toda la fuerza que se trasmite desde ese eje pasa al asfalto a través de la rueda exterior a la curva. Es un modo más orientado al espectáculo y al puro placer de derrapar que a la efectividad pura y dura.

Destacar también, entre otros cambios, los nuevos reglajes por los que VW ha optado para el eje delantero, ahora con caída positiva mayor —1º20”— para conseguir mayor velocidad en curva, lo cual implica también una reacción del eje delantero más directa y espontánea. Los trenes de rodaje son un 10 por ciento más rígidos que su predecesor, el eje delantero equipa también un nuevo subchasis 3 kilos más ligero mientras que el trasero dispone de cojinetes nuevos para los brazos trasversales y los bujes.
De momento sólo conocemos un par datos; anuncia una aceleración de 0 a 100 km/h en 4,6 segundos así como una velocidad máxima de 250 km/h en el caso de los Golf R de serie y hasta 270 km/h en los equipados con el paquete R-Performance, pero este Golf R promete prestaciones que no se miden con datos, sino en sensaciones a otro nivel. Si quieres una unidad, ya puedes hacer una prereserva. En cuestión de días conoceremos también los precios y el coste de las diferentes opciones.