El pasado mes de septiembre os informábamos que una delegación encabezada por Juanma Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía, viajaron hasta China para encontrar algún fabricante interesado en resucitar la planta de Santana en Linares. Y hoy se ha hecho oficial que volverá a la vida de la mano de un gran fabricante y una empresa de componentes. De vez en cuando los políticos hacen alguna cosa buena y nos sorprenden.
Hablando de esta última, por aquellas fechas se habló que la interesada podría ser Coronet, aunque para dar la información correcta la empresa se llama Anhui Coronet Tech Co., una especialista en la fabricación de componentes que además ya tiene licencia también para construir coches en la Unión Europea.

Pero en esta ecuación, en la que también se encuentran los locales de Santana Motor S.L. se ha incorporado un gran fabricante. En concreto se trata de Zhengzhou Nissan Automobile Co., Ltd. (conocido también como ZZ Nissan), una subsidiaria de la empresa conjunta que tiene el gran grupo chino Dongfeng junto con la popular marca japonesa. Esta, por decirlo de alguna manera, vuelve a tomar presencia en nuestro país tras vender las instalaciones de Zona Franca de Barcelona a Chery y Ebro, aunque todavía mantenía su presencia tanto en Ávila como en Cantabria.
Como hemos podido ver en las fotografías que nos han proporcionado desde Santana, esta alianza estrategia pretende la construcción en la mítica planta de Linares (Jaén) de todoterrenos que han catalogado como “innovadores”. Para refrendarlo estuvieron presentes en el momento de la firma Yao Liwen, CEO de Zhengzhou Nissan, Zewen Liu, CEO de Anhui Coronet, y Edu Blanco, el CEO de Santana Motors.
¿Qué construirá Santana en Linares?
Para no ofrecer ningún tipo de duda voy a reproducir literalmente lo que nos han comunicado desde la marca sobre sus nuevos planes: “el objetivo conjunto de esta colaboración es lanzar al mercado vehículos todoterreno disruptivos que redefinan los estándares globales de calidad, fiabilidad y sostenibilidad, respondiendo así a las demandas actuales y futuras en Europa, África y América”. Esa última frase es bastante importante, dado que el conjunto de mercados de todas esas regiones puede permitir que la producción sea alta en la fábrica linarense (el año pasado se hablaba de 20.000 coches en tres años).

También nos han avanzado que diferentes equipos técnicos de trabajo de Santana Motors, ZZ Nissan y Anhui Coronet han trabajado en los últimos años para diseñar y certificar un vehículo completamente nuevo. De él destacan su calidad, fiabilidad y un rendimiento excepcional, todo ello desde el espíritu de los modelos de la marca española que fueron “resistencia, rendimiento sobresaliente y una capacidad única para conquistar los terrenos más exigentes”.
Y aunque en un primer momento se referían en singular a un “vehículo completamente nuevo”, siguiendo con el comunicado indica que en los próximos meses se presentará una “gama innovadora de vehículos”. Por tanto, el asunto se vuelve todavía más interesante. Sobre ellos nos indican que utilizarán motores diésel de última generación, así como avanzados sistemas híbridos enchufables. Siempre teniendo en cuenta que ofrezcan unas aptitudes dignas de un amante del off-road.

La historia de Santana en Linares
Aunque originalmente se creó en 1956 como la Metalúrgica de Santa Ana con el objetivo de fabricar maquinaria agrícola, apenas cinco años después ya empezó a ensamblar sus primeros vehículos bajo licencia de Land Rover o incluso componentes como cajas de cambio (1962) para la planta de Vigo que entonces era solo de Citroën.
Tras fabricar varios modelos con los británicos, que eran exportados a muchos mercados del mundo, en 1985 llegaron a un acuerdo con Suzuki para montar modelos tan conocidos como los Samurái, Vitara o Jimny. Incluso los japoneses llegaron a tener en 1993 una participación mayoritaria al llegar hasta el 83,75% del accionariado. Una época de bonanza en la que se dio trabajo a 3.000 personas.

Pero desde 1995 el futuro de Santana se fue volviendo más oscuro. Ese mismo año la Junta de Andalucía compró sus acciones a Suzuki, para empezar a fabricar sus primeros coches como el Anibal. Ya en 2006 se intentó una alianza con Iveco para fabricar allí el Massif. Pero ni ese modelo tuvo el éxito esperado y la colaboración con los japoneses acabó en 2009 con los últimos Jimny.
De ahí hasta el 16 de febrero de 2011, cuando en una votación realizada por los trabajadores de la empresa se decidió con un 83% de los votos a favor su cierre. Y ahora catorce años después vuelve a la vida y nosotros lo celebramos.