Radares bajo las carreteras, la última técnica en control de velocidad que se prueba ya en España

Un nuevo tipo de asfalto sostenible, patentado en España, incluye sensores para monitorizar en tiempo real la carga del tráfico, el pesaje dinámico, el estado del firme… y, sí, también la velocidad. Promete sobre todo un mantenimiento predictivo de las vías, y alargar su vida útil con más seguridad, pero también puede usarse para registrar la velocidad de paso de los vehículos.

Radares bajo las carreteras, la última técnica en control de velocidad que se prueba ya en España
Radares bajo las carreteras, la última técnica en control de velocidad que se prueba ya en España

España quiere seguir siendo pionera en seguridad vial y desarrollo de infraestructuras y para ello, seguimos conociendo nuevos sistemas, como el que te contamos ya hace unas semanas que resultaba en Cataluña absolutamente pionero en el reconocimiento y la alerta de presencia de animales en la calzada, o como la carretera que fue un hito mundial en la isla de La Palma, al ser la primera creada sobre lava caliente y en solo 14 meses.

Hoy te vamos a descubrir un nuevo sistema de asfaltado, desarrollado en Andalucía en colaboración entre distintas empresas del sector y la Universidad de Granada, que, partiendo del objetivo primordial de rebajar hasta un 20% las emisiones y prometer carreteras mejor conservadas y más duraderas, nace con un sinfín de aplicaciones diferentes gracias a la integración de sensores bajo su capa.

Nuevo sistema de asfaltado, patentado en Andalucía y pionero en España

Bajo el nombre de Masai, que rinde homenaje a la famosa tribu africana que inspira su filosofía circular, tratando de aprovechar al máximo los recursos de la Naturaleza sin generar apenas residuos, este nuevo sistema de asfaltado se caracteriza por combinar sostenibilidad y alta tecnología para transformar la habitual construcción y mantenimiento de las carreteras, asegurando además menos costes y menor impacto ambiental.

La Junta de Andalucía prueba ya un nuevo tipo de asfalto sostenible que integra sensores que miden factores como la velocidad
La Junta de Andalucía prueba ya un nuevo tipo de asfalto sostenible que integra sensores que miden factores como la velocidad.

Desarrollado en parte con la captación de fondos europeos específicos para tecnologías sostenibles, la clave de este nuevo sistema de asfaltado radica en la integración “subterránea” de sensores bajo el propio asfalto, capaces de monitorizar en tiempo real la carga del tráfico, el pesaje dinámico, el estado del firme y, sí, también la velocidad, tal y como aseguran desde la propia Consejería de Fomento de la Junta de Andalucía, que ya ha empezado a usarlo en fase de pruebas en distintos tramos de carreteras, como por ejemplo la A-306 en Torredonjimeno, en la provincia de Jaén, o en la A-92, entre Arahal y Paradas, en Sevilla. Además, los anuncia ya también para la A-395, en el acceso a Sierra Nevada; en la A-381, la autovía Jerez-Los Barrios; y en el tercer carril BUS‑VAO entre Almonte y El Rocío.

Una red de sensores sirve para enviar múltiples datos del tráfico y el estado de las vías

Todos los datos captados por estos sensores integrados en el asfalto se envían directamente a sistemas centralizados, para a partir de ahí poder anticipar deterioros de las vías, programar posibles intervenciones a tiempo e, incluso, “predecir cuándo y dónde será necesario realizar trabajos de mantenimiento, lo que supone un ahorro económico considerable para las administraciones públicas y una mejora en la seguridad vial”, según informan los responsables del proyecto.

Desde la Junta de Andalucía están convencidos de que, con este nuevo sistema, se producirán menos cortes, actuaciones más precisas y se alargará notablemente la vida útil del pavimento, y los primeros resultados, tras algo más de un año ya de pruebas, parecen darles la razón: el ahorro en costes se estima en hasta un 15% a lo largo del ciclo de vida, frente a las mezclas tradicionales. Además, como se fabrica a baja temperatura, se reduce el consumo energético y las emisiones, calculándose en hasta un 20% menos de expulsión de CO2 por kilómetro.

A todo ello, desde la Junta de Andalucía se asegura que este nuevo asfalto experimental mejora la adherencia, resiste mejor los surcos y disminuye incluso el ruido de rodadura en hasta 3 decibelios, por lo que sería especialmente útil en este caso si se emplea en entornos urbanos o circunvalaciones.

Polémica por su posible uso para controlar la velocidad

Con todos estos beneficios adquiridos, la polémica sin embargo se ha extendido en Andalucía entorno a su posible uso para controlar la velocidad también de paso de los vehículos, al integrar como hemos avanzado también sensores que son capaces de medir el paso sobre el asfalto.

De momento, es verdad que los responsables del proyecto y de los primeros tramos en pruebas aseguran que esta información captada únicamente se emplea para estudios de movilidad y volumen del tráfico y comprobar su impacto sobre el asfalto. Sin embargo, podrían en el futuro servir también sin duda para comprobar las velocidades de paso de los vehículos y, quién sabe, si con el objetivo incluso de sancionar. ¿Alguien se imaginaba hace solo unos años que tendríamos sobre nuestras cabezas volando drones que vigilan la velocidad?

 

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