Las pantallas se han convertido en un elemento imprescindible en los coches nuevos. Muchos las siguen viendo como un elemento peligroso de distracción, sobre todo las que tienen que ver con la multimedia que en muchos casos han absorbido funciones importantes como la climatización, pero las que están apareciendo últimamente delante del copiloto ayudan a distraerse en viajes más largos.
Pero lo que está claro de todas ellas, independientemente del tamaño que tengan, es que los compradores valoran muy positivamente que incluyan la posibilidad de conectar sus móviles a través de Android Auto o Apple CarPlay. En ambos casos permiten utilizar aplicaciones tan conocidas como Google Maps o Waze, mucho más actualizadas por lo general que los mapas incluidos por la marca del coche y que en algunos casos hay que pagar para estén a la última.

Esta conclusión no la hemos sacado nosotros, sino que ha sido recogida en el último estudio publicado por McKinsey & Co, en el que se ha analizado las opiniones de los conductores a nivel global y la primera conclusión puede ser bastante clara: sin estos protocolos quizás el coche en cuestión sea descartado. Para ser exactos, para el 30% de los conductores que están pensando en comprar un coche eléctrico es un factor decisivo para su adquisición, mientras que para los que buscan uno de combustión sube hasta el 35%
Pero es que el estudio ha ido un poco más allá y destaca la importancia que le dan los compradores a que esta compatibilidad sea uno de los elementos de serie. Porque a la pregunta de si estarían dispuestos a pagarlo como un extra, el 70% de los que se decantan por un eléctrico no lo harían, mientras que entre los de combustión ese porcentaje sube hasta el 83%.

El siguiente paso de la agencia McKinsey & Co plantea una situación en la que la marca de su coche decide prescindir de estos protocolos en su coche. Ante esa tesitura, los encuestados mayoritariamente (52%) preferirían usar su teléfono en vez del software instalado por la marca e incluso el 14% indicaron que se plantearían cambiar de vehículo.
General Motors agita el avispero
Este informe viene motivado por las últimas informaciones de General Motors en las que el grupo americano comentó que abandonaría Android Auto y Apple CarPlay por seguridad. No sentaron bien estas palabras, a las que muchos tampoco encontraban una explicación clara, motivo por el cual la compañía intento aclarar que podría incluir aplicaciones conocidas como Google Maps dentro de su propio sistema operativo.

Anna Yu, portavoz de GM, comentó que "la experiencia de infoentretenimiento debe ser personalizada para cada conductor y vehículo. Por ello, estamos avanzando hacia un sistema nativo que se sincroniza fácilmente con el teléfono elegido por los clientes y permite una integración más profunda con los controles y el estado del vehículo, junto con funciones como asistente de voz, navegación, música, mensajes de texto, llamadas, aplicaciones y más". Leyendo entre líneas, algunas marcas de coches creen que pueden conseguir ingresos extras a través del software del coche, que al utilizar los protocolos Apple CarPlay o Android Auto quedarían “ocultados” para los conductores.
Mientras esto sucede otros muchos fabricantes están abandonando el desarrollo de software propio para las pantallas y están tomando como base Google Automotive, como ha hecho recientemente el Grupo Renault. Aunque en el bando contrario siempre ha estado Tesla, una marca muy popular que nunca ha ofrecido ninguno de estos dos protocolos de forma nativa en sus dispositivos.