El debate no cesa, y casi comienza a parecer esquizofrénico. Autopistas de pago, ¿sí o no? Cada día amanecemos casi con una noticia, en uno u otro sentido… o en los dos a la vez, como sucede hoy. Y es que mientras el Gobierno continúa con su plan de liberalizar autopistas de peaje conforme concluyan sus concesiones privadas, como ya ha sucedido con la gratuidad hoy ya de vías como la AP-1, la AP-4 entre Sevilla y Cádiz, la AP-7 en diferentes tramos entre Alicante, Valencia, Tarragona y Barcelona y la AP-2 de Zaragoza al Mediterráneo, desde el Ejecutivo se estudian además propuestas que piden lo contrario, pagar por usar las infraestructuras.
La patronal de las empresas constructoras y concesionarias de Infraestructuras, Seopan, ha trasladado en este sentido una iniciativa para pedir que se impongan en España nuevos peajes de 3 céntimos de euro por cada kilómetro recorrido en todas las autovías y autopistas (de 14 céntimos por kilómetro en vehículos pesados), trasladando la advertencia de que es el único método de financiar unas infraestructuras que en España acumulan ya un déficit de inversión de casi 11.500 millones de euros. Desde las instituciones se traslada además la realidad de que España acumula hoy hasta el 68% de las carreteras de gran capacidad sin tarificar en la UE, y que solo hay un 13% de vías de pago, cuando en Francia hay un 74% o en Italia un 87%.

Ante este debate, que España llegó a discutir ya en la Unión Europea como negociación para los fondos de ayuda, la realidad es que, de seguir el plan acordado por el Gobierno, la AP-6 y sus ramales AP-61 y AP-51, que concluyen su concesión en 2029, y la AP-68, entre Bilbao y Zaragoza, que lo hace en noviembre de 2026, deberían ser las siguientes autopistas de peaje que pasarán a ser ya gratuitas. Mientras el primero caso ya está en estudio, hoy conocemos novedades en torno a este segundo y más inminente final de concesión.
Nuevo estudio para convertir la AP-68 en gratuita a partir de 2026
Y es que, según informa hoy el diario vasco El Correo, la Diputación de Álava ha encargado ya también un estudio para que la AP-68 incluya “la eventual gratuidad” de algún tramo. La sociedad foral será la administración encargada de asumir la gestión de la autopista hacia Bilbao a partir de esa misma fecha de noviembre de 2026, por lo que ha solicitado análisis detallados de los vehículos que se prevé que circulen, las posible recaudaciones y las afectaciones que podría provocar ser gratuita… o no.
Porque nada es, ahora mismo, seguro. La Diputación de momento solo confirma que quiere seguir haciendo estudios y analizando la situación de la vía en su tramo entre Vitoria y Bilbao para disponer de “un conocimiento profundo y actualizado de la demanda de tráfico, los patrones de movilidad y las características de los usuarios de la AP-68”. Mediante simulaciones de cifras de tránsito, de encuestas a los usuarios de esta carretera e incluso mediante el uso de datos de telefonía móvil, la institución quiere hacer un diagnóstico real y eficaz de la situación para, desde ahí, tomar una decisión final.

Se contemplan distintos escenarios de tráfico
El proceso, además, irá incluso más allá de la AP-68. La Diputación Foral ha confirmado que contemplará distintos escenarios de tráfico que incluirá “hipótesis de evolución socioeconómica, tarificación en otras infraestructuras y diferentes políticas de gestión o tarificación” para la propia AP-68… pero también para otras vías territoriales.
El estudio público encargado de momento exige un “análisis detallado de la afección de diferentes políticas de tarifas y bonificaciones, con un detalle concreto que aborde la eventual gratuidad de alguno de los tramos para todas o algunas clases tarifarias”. El objetivo es comprobar cómo podría impactar que parte del tramo alavés fuese gratuito.
La N-622, la N-240, la AP-1 y la AP-68 podrían establecer un pago por uso a ciertos vehículos
Sin embargo, como hemos avanzado, no es este el único escenario que se plantea. La empresa pública pide al mismo tiempo que se analicen otras posibilidades, como que además de que la AP-68 siga siendo de peaje, también haya vehículos que deban pagar por usar otras vías como son la N-622, la N-240 o la propia AP-1, con el objetivo de financiar y conservar mejor todas las infraestructuras.

El planteamiento con el que trabaja la Diputación en estos casos, tal y como avanzó El Correo, pasa por la instalación de cuatro pórticos de cobro en los que no haya que detenerse y en la instalación de nuevas cabinas para cobrar los peajes. En este sentido, el diputado general, Ramiro González, ha querido eso sí promete que, en cualquier caso, el peaje se verá rebajado “a menos de la mitad” cuando la vía pase a manos del Gobierno foral. Algo es algo… pero nada sigue sin quedarnos claro. ¿Cuál será el futuro de nuestras infraestructuras?