¿Cambio de paradigma con el coche eléctrico en Europa? Todas las decisiones que vamos conociendo en los últimos meses, desde luego, van en la misma dirección, comenzando a tener ya la consideración de vehículo convencional y perdiendo todos los privilegios que hasta ahora trataban de incentivar su compra y que se han terminado convirtiendo en un gran problema público y social.
Y es que, tal y como te anticipamos hace ya algo menos de un mes, a medida que se popularizan los coches eléctricos llegan nuevos problemas que, nos gusten o no, tienen que resolverse. Si la Euro 7 ya te contamos que próximamente no considerará a estos vehículos por primera vez como libre de emisiones, debiéndose enfrentar a nuevos valores límites por ejemplo en la emisión de partículas a escala de la UE, provocadas por la abrasión de los neumáticos o el polvo fino que se produce durante el frenado de los vehículos, la pérdida de ingresos fiscales causados por ellos amenaza con encarecer su uso y circulación.
Sin incentivos fiscales y ahora con nuevos impuestos
El primer país en levantar la liebre fue Noruega. Con una cuota de coches eléctricos ya del 95% este año, el estado nórdico ha confirmado su intención próxima de abolir los incentivos fiscales para estos vehículos, que hasta ahora estaban exentos de IVA hasta un precio equivalente a 43.000 €. El gobierno justifica esta decisión en la pérdida de ingresos fiscales del equivalente a alrededor de 1.500 millones de euros por año, también por la pérdida de los impuestos gravados en los combustibles, que no usan. Las cuentas ya no salen.
Hoy, sin embargo, conocemos una noticia que va incluso más allá, anticipando un nuevo cambio de paradigma en la movilidad: Reino Unido quiere convertirse a partir de 2028 en uno de los primeros países que, no solo retire las subvenciones a la compra de vehículos eléctricos, sino que incluso cargue su uso y circulación con nuevas tasas. ¿El motivo? Exactamente el mismo de Noruega: paliar con ello la caída tan importante de ingresos debido a la pérdida de impuestos sobre la gasolina y el diesel.
Nuevo pago por uso a los vehículos eléctricos, en función a los km que recorran
Entre las diferentes vías que explora el propio Gobierno del Reino Unido para hacer frente a esta realidad parece por tanto cobrar ventaja este nuevo pago por uso de los coches eléctricos, en función a los kilómetros que recorran. Así, al menos, lo confirma en las últimas horas el diario Daily Telegraph, que asegura que la ministra de Hacienda del país, Rachel Reeves, ya habría presentado una propuesta para gravar la circulación de estos coches en función de la distancia que recorran.
La confirmación final de esta medida llegará el próximo 26 de noviembre, cuando se presenten definitivamente en Reino Unido los presupuestos de 2026 y allí, en principio, debería estar ya contemplada esta nueva normativa fiscal. El objetivo es así poder paliar la pérdida de ingresos vinculada a los impuestos a los carburantes, que representan hasta ahora nada menos que el 2 por ciento de los ingresos totales del país, pero que va disminuyendo cada año, afectando no solo a las arcas públicas, sino también incluso a la financiación de las infraestructuras viales, que dependían en gran medida de esta recaudación.
Uno de cada cuatro vehículos ya es eléctrico en el Reino Unido, con el Gobierno previendo que la cuota siga aumentando y que, por tanto, la recaudación a través de impuestos caiga en más de un 50% en los próximos 3 años debido a la no utilización de combustibles en la circulación. “El impuesto sobre los carburantes se aplica a la gasolina y el diésel, pero no hay nada para los vehículos eléctricos”, ha confirmado un portavoz del Gobierno del Reino Unido, que quiere además establecer una nueva equidad entre conductores.
Hasta 3,5 céntimos de € por cada 1,6 kilómetros recorridos
El plan de momento filtrado por el Daily Telegraph establece al parecer que el Reino Unido tiene intención de aplicar un recargo inicial de 3,5 céntimos de euro por cada 1,6 kilómetros (1 milla) recorridos por cada vehículo eléctrico, lo que, según las primeras estimaciones británicas, supondría un coste extra adicional de hasta 285 euros al año para un conductor medio del país.
Ante estas primeras informaciones, la SMMT, que es la asociación que en Reino Unido representa a los fabricantes de automóviles británicos, ha asegurado ya tajantemente que sería “un grave error estratégico” este nuevo impuesto a los vehículos eléctricos, que siguen con dificultades de venta. Queda por tanto ya solo esperar al próximo citado día 26 de noviembre para comprobar si, definitivamente, el Gobierno del Reino Unido se atreve a incorporar en sus presupuestos de 2026 estas nuevas tasas.









