¿Fin a los privilegios de los coches 100% eléctricos? ¿Se van a acabar ya los incentivos para su compra? Todos los caminos, por ahora, parecen conducir a corto y medio plazo a ello, a tenor de las últimas informaciones que vamos conociendo. La primera, te la contamos hace solo una semana: la nueva norma Euro 7, que entrará paulatinamente en vigor a partir de 2026, va a suponer un cambio importante de paradigma en el sector.
Los coches eléctricos ya no se consideran libres de emisiones
Y es que, por primera vez en la historia de la legislación europea sobre emisiones, los vehículos eléctricos, hasta ahora considerados siempre como libres de emisiones locales, también se van a tener que enfrentar ya a valores límites. La explicación no va encaminada al control del motor, ni del CO₂ ni de los óxidos de nitrógeno. No, se localiza ya en la parte mecánica del coche, donde tendrán que cumplir también con límites de emisiones de partículas a escala de la UE. La atención, por tanto, se va a centrar en ellos ya en dos nuevas fuentes que han recibido poca atención hasta la fecha, pero que ya se consideran muy contaminantes también: la abrasión de los neumáticos y el polvo fino que se produce durante el frenado de los vehículos. Y aquí también contaminan y tendrán que adaptarse a las normativas.

Sin embargo, una segunda noticia conocida hoy va a suponer también otro importante cambio de paradigma: la pérdida de incentivos fiscales. Es un hecho que ya hemos ido apuntando durante tiempo, siendo conscientes de que la cuota ya de mercado de los coches 100% eléctricos es en Europa ya de más del 25% en muchos países, lo que está provocando una gran reducción en los ingresos fiscales a medida que se venden y circulan menos coches de combustión, que pagan mayores impuestos tanto por su circulación, como por su matriculación o por los carburantes de los que se alimentan.
Noruega abolirá los incentivos fiscales a los coches eléctricos
Noruega, ahora, es el primer país que quiere romper la veda, anunciando que quiere ya abolir los incentivos fiscales para los coches eléctricos, que hasta ahora estaban exentos de IVA hasta un precio equivalente a 43.000 €. El gobierno justifica esta decisión por la pérdida de ingresos fiscales del equivalente a alrededor de 1.500 millones de euros por año y la tasa de matriculación de nuevos automóviles eléctricos de alrededor del 95 por ciento en lo que va ya de este año 2025, siendo el país con la cuota de vehículos eléctricos más alta del mundo.
Noruega ha sido así considerada durante mucho tiempo un país modelo para la movilidad eléctricos. Ya a principios de la década de 1990, el Gobierno nórdico creó la base legal para el trato preferencial de los vehículos eléctricos, en un momento en el que apenas había un puñado de automóviles de este tipo circulando por el país. En 1990, se abolió el impuesto sobre vehículos para automóviles eléctricos, seguido en 1996 por la exención de peajes y en 1997 se permitió a los municipios permitir el estacionamiento gratuito. En 1999, los vehículos eléctricos tuvieron acceso a los carriles bus en Oslo.

Inicialmente, estas regulaciones eran solo de naturaleza simbólica, porque aún faltaban modelos adecuados para el uso diario. Pero sentaron las bases para el éxito posterior. La palanca financiera decisiva llegó en 2001 con la introducción de la exención del IVA, que redujo drásticamente el precio de compra de los vehículos con esta tecnología de cero emisiones contaminantes.
Reducción gradual de los beneficios a los coches de cero emisiones
Sin embargo, con la creciente difusión de los coches eléctricos, el estado comenzó a reducir ya gradualmente algunos de sus beneficios. La exención total del impuesto anual de circulación finalizó en 2021, y desde entonces ha vuelto a estar en vigor de forma reducida o regular. Los peajes gratuitos y los viajes en ferry se abolieron hasta aproximadamente 2017, y desde entonces se han aplicado tarifas reducidas. El estacionamiento gratuito en las ciudades también es en gran medida cosa del pasado. Y ahora es el momento de familiarizarse con el bono eléctrico más importante, la exención del IVA. El IVA en Noruega es del 25 por ciento y los compradores de automóviles eléctricos están exentos de pagarlo.
Según una publicación del Gobierno noruego del 15 de octubre de 2025, este fuerte incentivo financiero debe ser ya abolido. En los Presupuestos Generales del Estado para 2026, el Gobierno ha anunciado una importante reducción de las anteriores exenciones fiscales, en concreto, con la exención del IVA para los coches eléctricos solo aplicándose ya a los vehículos cuyo precio sea de hasta 300.000 coronas noruegas, equivalentes a unos 26.000 euros. Anteriormente, el límite era de 500.000 coronas o unos 43.000 euros. Y, a partir de 2027, la exención se abolirá por completo.
El ministro de Finanzas, Jens Stoltenberg, ha señalado que “teníamos el objetivo de que todos los turismos nuevos fueran eléctricos para 2025, y con una cuota de coches eléctricos del 95% este año, podemos decir que el objetivo se ha logrado en la práctica. Por eso es hora de poner fin gradualmente a los beneficios”.

La noticia, además, resulta especialmente comprometida para los compradores de automóviles noruegos, ya que la nueva regulación también afectará a los vehículos que ya se han pedido pero que no se entregarán hasta 2026. Según cifras del Gobierno, la exención de impuestos se ha convertido en un “esquema de apoyo general de 17.500 millones de coronas”, equivalente a alrededor de 1.500 millones de euros al año.
Mayores cargas aún para los coches con motor de combustión
Al mismo tiempo, eso sí, los vehículos con motores de combustión van a estar sujetos a cargas aún mayores. El impuesto único para los automóviles de gasolina y diésel se incrementará entre 20.000 y 30.000 coronas, es decir, entre 1.700 y 2.600 euros. De esta manera, el Ejecutivo de Noruega quiere asegurarse de que se mantenga de algún modo algún tipo de incentivo financiero para comprar vehículos de cero emisiones.
Los coches de combustión en Noruega ya están sujetos a enormes impuestos. El impuesto de matriculación único, el denominado “engangsavgift”, se aplica a la matriculación inicial y está directamente relacionado con las emisiones de CO₂, el peso del vehículo y la potencia del motor. Para los coches de gasolina y diésel, este impuesto ya puede ascender a varias decenas de miles de euros.

Stoltenberg justifica el cambio de rumbo con un cambio de prioridades: “No es bueno para el Medio Ambiente ni para las finanzas públicas promover la compra de coches nuevos por encima de otros consumos. Por lo tanto, proponemos reducir primero el apoyo y luego eliminarlo por completo”. Los fondos liberados se utilizarán para reducir otros impuestos y gravámenes. Es sin duda el primer aviso de lo que va a ir ocurriendo en otros países de Europa, a medida que aumente la cuota de vehículos 100% eléctricos.