En los últimos días de agosto la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) mandó una carta de denuncia a la Unión Europea pidiendo cambios en las normativas de las emisiones. Las marcas asociadas vuelven a insistir que cada vez ven más difícil llegar al objetivo de solo vender coches eléctricos en 2035, siendo rentables, y han vuelto a reclamar ayudas por parte de los políticos de los diferentes países de la eurozona.
Y mientras estas reivindicaciones parece que vuelven a caer en saco roto, el Gobierno francés ha dado un paso adelante con la creación de una nueva subvención de 1.000 euros, que es totalmente complementaria a la que ya se estaba otorgando para la compra de coches eléctricos.

A modo de recordatorio, en nuestro país vecino tienen el denominado “bonus ecológico”, lo que vendría a ser nuestro Plan MOVES, al que pueden optar todos los particulares que quieran comprar un coche, aunque la cantidad percibida es diferente según los ingresos declarados, algo distinto a lo que sucede en España que es para todos igual. Y en el mejor de los casos asciende hasta los 4.200 euros.
Pues bien, la idea es que ahora se puedan sumar esos 1.000 euros arriba indicados a partir del 1 de octubre con una condición bastante sencilla de cumplir: que las baterías del coche eléctrico en cuestión hayan sido fabricadas en algún país de la Unión Europea.

Desde hace tiempo en el Gobierno francés han dejado claro que su mayor apoyo es para las marcas europeas que fabrican en este continente, como demuestra esta nueva ayuda que dejaría fuera a las últimas firmas chinas en llegar, así como también a otras que tienen intención de asentarse aquí próximamente como pueden ser Cadillac o Lucid.
Para los ministros franceses está es una manera de “favorecer la relocalización de la cadena de valor de los vehículos eléctricos y apoyar el empleo industrial en nuestro continente. Frente a una fuerte competencia internacional, Europa debe reforzar su producción para ponerla en línea con su agenda de autonomía estratégica”.

Esta medida coincide con los anuncios en los últimos meses de factorías de baterías ubicadas en la Unión Europea que están atravesando grandes dificultades, como indican desde la agencia EFE. Los motivos son los problemas de competitividad por los precios de la energía, así como también por el acceso a las materias primas necesarias para su montaje.
Desde el Gobierno francés se han comprometido a crear una lista pública de coches que se podrán beneficiar de esta nueva ayuda de 1.000 euros y que será actualizada con periodicidad mensual.