Hoy no hablamos de los radares de Madrid, ni de las nuevas cámaras instaladas por Barcelona. Ni siquiera del nuevo cinemómetro de tramo localizado ya en una larga recta de Valencia. No, hoy nos vamos a la España de las provincias, donde también se multa por velocidad y de qué manera. Si hace unos días ya te contamos cómo la DGT había elegido dos carreteras de Palencia para ser, probablemente hoy, las más controladas de nuestro país, ahora nos detenemos en Lleida, la capital de provincia menos poblada de Cataluña, pero también muy, muy vigilada.
Y es que en esta ciudad catalana ya hay un total de nada menos que 9 radares fijos de tráfico. Nacidos con el objetivo de reducir la velocidad en una urbe donde hay censados 93.000 vehículos, pero donde se calcula que otros 104.000 entran y salen a diario de ella, según fuentes del ayuntamiento, estos cinemómetros tienen particularidades propias, sin ser como los habituales que funcionan en la mayoría de las ciudades.
Sí, porque si bien entraron en funcionamiento hace ya 10 años, en agosto de 2014, todos funcionan por un sistema rotatorio donde solo 3 están activos y multando siempre al mismo tiempo. El propio ayuntamiento y la Policía Municipal son los que deciden cuál funciona en cada período, según “el riesgo de siniestralidad en las vías urbanas y de la evolución del volumen del tráfico”. Sin embargo, no son estos los radares que más preocupan precisamente a sus conductores.

Así es "el radar de la muerte", que pone 2 de cada 3 multas en Lleida
Todos estos radares fijos, en realidad, únicamente efectúan al año un tercio de las multas de tráfico por velocidad de la ciudad. Entonces, ¿cómo se realizan el resto? Con un nuevo radar móvil que la Guardia Urbana de Lleida tiene ya instalado en un vehículo y que el propio diario El Periódico de Catalunya ha bautizado ya como “el radar de la muerte”.
Este nuevo radar móvil que la Guardia Urbana va ubicando por distintas calles de la ciudad a diario es ya el responsable de hasta dos tercios de todas las sanciones impuestas en Lleida en el último año contabilizado, según ha informado ya el propio ayuntamiento de la ciudad catalana. Porque no solo actúa por sorpresa, sino que también lo hace en vías donde realmente es muy difícil escapar a sus disparos automáticos.

Y es que, si todos los radares fijos de Lleida están hoy situados en calles con limitación de velocidad de 50 km/h, a excepción de un cinemómetro localizado en la carretera LL-11 con un máximo que asciende a 80 km/h, este dispositivo móvil de la Guardia Urbana se instala por calles y puntos de toda la ciudad, incluyendo un gran número de vías con limitación hoy a solo 30 km/h, tal y como recoge la última Ley de Tráfico aprobada con nuevos límites urbanos.
Así que ya lo sabéis: si circulas o vas a acceder a la ciudad de Lleida, mucho cuidado, porque no solo hay un buen número de radares que van rotando sin señalizar, sino que incluso en sus calles puedes toparte en cualquier momento con “el radar de la muerte”. ¡Avisados estáis!