No se trata de ser alarmistas, ni sensacionalistas. Pero cuando el río suena… Lo hemos visto ya en los últimos meses con el posible impuesto al diésel y con el pago por uso de las carreteras: primero fueron rumores, que tarde o temprano han terminado por confirmarse en planes reales del Gobierno. Pues bien, la próxima entrega podría afectar, de nuevo, a los límites de velocidad en las carreteras convencionales.
Y decimos de nuevo, porque ya para este 2021 conocimos que la DGT eliminaba el margen de 20 km/h de exceso de límite de velocidad de los turismos y motocicletas al adelantar en carreteras secundarias. Y también la rebaja que entra hoy en vigor en la velocidad en ciudad, con nuevos límites de 20 y 30 km/h que han causado una gran polémica.
Pues bien, justo en la semana en la que la DGT también inicia una nueva campaña de control de velocidad incrementando la presencia de radares móviles en prácticamente todas las carreteras hasta el próximo 16 de mayo, el propio organismo de Tráfico desliza que las principales instituciones internacionales le aconsejan reducir los límites en las carreteras convencionales, tal y como adelanta Marca.
Eso sí, el diario El Mundo, citando fuentes de la DGT, también recalca hoy que de momento España no está considerando esta reducción de estos límites, asegurando que “en velocidad, creemos que se ha hecho ya casi todo”. Sin embargo, vuelven a recordar que hay margen para ello y que es una petición que la UE, la OMS y la OCDE aconsejan.
De 90 a 70 km/h en carreteras convencionales
Pero, ¿cuáles serían estos posibles nuevos límites de velocidad futuros? Según todos estos organismos, y tal y como recuerda la propia DGT, el consejo es rebajar la velocidad máxima en carreteras convencionales desde 90 a 70 km/h. Según estas peticiones, el exceso de concentración de siniestralidad en estas vías (acumulan hasta el 77 por ciento de los fallecimientos en accidentes) así lo exige.
Tanto la UE, como la OMS y la OCDE, consideran prioritario rebajar esta velocidad en las carreteras convencionales sin separación física de carriles con el objetivo de reducir el riesgo de colisiones frontales. Precisamente, este es el mismo planteamiento que ha llevado en las ciudades a rebajar la velocidad hasta los 30 km/h en la mayoría de las calles. ¿Estamos por tanto ante un nuevo globo sonda de la DGT? Tarde o temprano, lo sabremos.