La seguridad vial no solo depende de cómo conducimos, sino también del estado en el que se encuentran los vehículos que circulan. Por eso, la ITV para autobuses es una inspección especialmente rigurosa, ya que estos vehículos transportan a diario a miles de personas, tanto en rutas urbanas como interurbanas, incluidos escolares.
Dada su relevancia en el transporte colectivo, la legislación en España establece controles más exigentes y frecuentes para este tipo de vehículos, con el objetivo de garantizar que estén siempre en condiciones óptimas.
¿Cada cuánto tiempo debe pasar la ITV un autobús?
La frecuencia con la que un autobús debe pasar la ITV depende de su antigüedad. Estas son las pautas que marca la normativa:
- Durante los primeros cinco años desde su matriculación, los autobuses deben pasar la ITV una vez al año.
- A partir del sexto año, la inspección se vuelve más exigente y debe realizarse cada seis meses.
Además, hay una limitación importante: un autobús no puede seguir en circulación si supera los 16 años desde su primera matriculación. Una vez alcanzado ese límite, debe retirarse o ser sustituido por un vehículo más reciente.

¿Qué se revisa en la ITV para autobuses?
La inspección técnica de un autobús es mucho más exhaustiva que la ITV de un coche particular. El objetivo es asegurar que todos los elementos del vehículo, desde los sistemas de seguridad hasta los componentes mecánicos, estén en perfecto estado.
Estos son los principales puntos que se revisan:
Motor y sistema de combustible
Se comprueba que no haya fugas de aceite, que el motor arranque correctamente y que el sistema de alimentación funcione sin anomalías. También se inspecciona el estado de la batería y del depósito de combustible.
Frenos y suspensión
El sistema de frenado se revisa a fondo, incluyendo pedales, pastillas, discos y circuitos hidráulicos. La suspensión también se examina detalladamente, prestando especial atención a los amortiguadores, ejes y neumáticos, que deben estar en buen estado y homologados según la normativa.
Dirección, chasis y carrocería
Se revisa el estado de la dirección (volante, caja y sistema hidráulico o eléctrico) para asegurar que responde correctamente. En cuanto al chasis y la carrocería, no deben presentar corrosión, grietas ni deformaciones que comprometan la seguridad estructural del vehículo.
Sistema de luces y emisiones
Muchos autobuses no superan la ITV por fallos en las luces, por lo que conviene revisarlas antes de acudir a la inspección. También se verifica que las emisiones contaminantes estén dentro de los límites legales. Se revisan además los elementos identificativos del vehículo: matrícula, bastidor, placas y documentación.

Equipamiento de seguridad para pasajeros
En los autobuses, hay elementos específicos cuya revisión es obligatoria:
- Puertas de emergencia
- Agarres y barras para sujetarse
- Cinturones de seguridad en buen estado
- Espejos y cámaras de marcha atrás
- Sistemas de apertura y cierre automático
Todo debe estar en perfecto estado de funcionamiento para garantizar la seguridad de los ocupantes.
¿Cuál es el coste de la ITV para autobuses?
El precio de la ITV para un autobús depende del tipo de vehículo, pero para los modelos de más de 3.500 kg, la tarifa suele rondar los 50 euros. Un importe razonable si se tiene en cuenta la importancia de pasar esta inspección para continuar con la actividad profesional sin interrupciones.
Se recomienda pedir cita previa para evitar esperas innecesarias y poder organizar el paso por la estación de forma eficiente, sobre todo si el vehículo forma parte de una flota o trabaja con horarios estrictos.
La ITV de autobuses es un procedimiento obligatorio y esencial para garantizar la seguridad tanto de los pasajeros como del resto de usuarios de la vía. La alta frecuencia de inspecciones, junto con la rigurosidad del examen técnico, responde a la responsabilidad que implica conducir un vehículo de transporte colectivo.
Cumplir con esta obligación no solo evita sanciones, sino que también contribuye a un entorno vial más seguro y a un mejor servicio para los pasajeros. Revisar el estado del vehículo con regularidad y no esperar al último momento es la mejor forma de superar la ITV sin complicaciones.