Hace poco más de 10 días te adelantamos la noticia de que el conocido como impuesto al diésel podría reactivarse en España y la medida, poco a poco, parece que va tomando cuerpo. Si entonces la advertencia llegaba desde el diario Expansión, que aseguraba que la Comisión Europea estaba apretando al Gobierno para que aprobase definitivamente esta tasa como exigencia imprescindible para recibir nuevos fondos de ayuda comunitarios, hoy desde El Economista aportan más datos sobre la posible nueva reforma fiscal que ya prepara el Ejecutivo de Pedro Sánchez.
Este denominado impuesto, que en realidad supone una eliminación de las bonificaciones históricas al diésel en España para equipararle fiscalmente a la gasolina, repercutiendo obviamente en un mayor precio del gasóleo en las gasolineras, llegaría como una nueva medida enmarcada en una reforma fiscal que el Gobierno, según El Economista, prepara como compromiso para facilitar ya el próximo cobro de los fondos Next Generation.
Bruselas aprieta y el Gobierno no renuncia ya al nuevo impuesto al diésel
El Gobierno, así, se habría ya comprometido con la Comisión Europea para igualar los impuestos especiales sobre ambos combustibles, ya que desde Bruselas siempre han sido contrarios a incentivos fiscales al combustible diésel, que España lleva décadas gravando a la baja. El problema, sin embargo, es que de momento no parece que el Gobierno tenga apoyos suficientes para sacar adelante esta propuesta en el Congreso, ya que necesitaría el apoyo clave de momento del PNV y el grupo político vasco ya se opuso a la medida en los Presupuestos de 2021 donde se intentó ya sin éxito aprobar.
El Gobierno vuelve sin embargo a trabajar en la aprobación de la medida y el propio ministro de Economía, Carlos Cuerpo, lo ha confirmado en las últimas horas, asegurando que el Ejecutivo no renuncia a esta equiparación fiscal de combustibles, exigida por la Unión Europea y por la que hay en juego nada menos que la pérdida de hasta 460 millones de euros comprometidos en fondos europeos.
Casi 6 € más en el repostaje de coches y 113 € más en camiones
Pero, ¿cómo repercutiría en los consumidores esta nueva tasa fiscal? Los últimos cálculos aportados desde El Economista aseguran que el incremento del diésel sería de alrededor de 7 céntimos de euro por litro, que terminaría por suponer en el gasóleo un mayor precio que en la gasolina. Sin embargo, hace unos meses la OCU elevó estas previsiones a un sobrecoste real de hasta 10 céntimos de euro por litro.
Con una estimación de subida por tanto entorno al menos al 25%, las estimaciones pronostican que, para un depósito de combustible de 50 litros, el encarecimiento del diésel supondría tener que pagar por un llenado hasta 5,67 euros más, lo que, al cabo de un año, y con un kilometraje medio de 15.000 km, significaría tener que pagar hasta 102,03 euros más en los repostajes de los vehículos diésel.
Eso para los turismos. Porque la Confederación Española de Transporte de Mercancías (CETM) acaba de elaborar un informe sobre esta propuesta fiscal, denunciando que de aplicarse esta reforma llenar un depósito de 1.000 litros en un camión pasaría a costar más de 1.530 euros frente a los 1.420 € actuales. Es decir, cada repostaje supondría para los transportistas hasta 113 euros adicionales.
Los transportistas advierten de que subirán los precios de alimentos, bienes y servicios
El secretario general adjunto de la CETM, Dulsé Díaz, ha asegurado a El Economista que “la equiparación del impuesto del diésel al de la gasolina no sería un problema exclusivo del transporte, sino que afectaría a toda la economía española. El encarecimiento del combustible se trasladaría inevitablemente al precio de alimentos, bienes y servicios, por lo que sería una medida inflacionaria. Además, España, como país periférico, podría ver cómo conductores de otros países dejan de repostar aquí, reduciendo la actividad y los ingresos de muchas zonas fronterizas y puntos logísticos que dependen del tránsito de mercancías".
Tal y como ya os hemos venido informando periódicamente, conviene recordar que esta subida en la tasa de hidrocarburos, en caso de producirse finalmente, algo que parece de momento difícil sin más apoyos parlamentarios, solo afectaría eso sí al precio del diésel en la Península y en Baleares, no en Ceuta, Melilla e Islas Canarias, que mantendrían sus tarifas actuales. De esta hipotética subida fiscal estaría también excluido el denominado gasóleo B profesional, empleado por transportistas y agricultores, así como el gasóleo C de calefacción: es decir, en principio la propuesta del Gobierno es que solo se aplique al gasóleo A de automoción convencional.









