Cuando el río suena… ya sabéis. No hace ni un mes que os dimos el primer aviso: el impuesto al diésel estaba cada vez más cerca, según palpábamos a nivel político. Entonces, distintas voces autorizadas próximas al Gobierno, como son las del ministro de Economía y Hacienda, Carlos Cuerpo, y las del secretario de Estado de Energía, Joan Groizard, volvían a poner de actualidad la necesidad de plasmar la equiparación de la tributación del diésel con la gasolina, por exigencia y compromiso con la Unión Europea, pero sin atreverse directamente a asegurar que se aprobaría la medida. Simplemente, se reconocía que, aunque “complicada”, había “tiempo y estamos todavía dentro de los plazos”.
Hay que recordar antes de todo que el Gobierno ya se comprometió con la Unión Europea a crear esta reforma de tributación de hidrocarburos en España durante las negociaciones del quinto pago de los fondos de ayuda Next Generation, aunque finalmente por la situación del sector y del alza del precio de los carburantes, debió eliminar su propuesta de aprobación ante el rechazo que generaba en la sociedad.

O España aprueba la tasa... o puede perder 8.000 millones en ayudas de la UE
Pues bien, tal y como informan ahora diarios como The Huffington Post y Última Hora, el Gobierno estaría ya planteando una próxima subida de esta nueva tasa al combustible diésel ante un ultimátum dado por la Comisión Europea: o España aprueba esta medida prometida, o puede arriesgarse a perder los 8.000 millones de ayudas previstas en fondos comunitarios. Así de claro y contundente.
Según estas mismas informaciones, la subida del precio del diésel podría consumarse de confirmarse esta noticia antes incluso ya de Semana Santa, para poder cumplir las exigencias de la Unión Europea. El plazo fijado por Bruselas sería de 3 semanas para el ajuste de esta nueva tributación que busca incentivar la transición hacia el vehículo eléctrico y a mejorar el impacto medioambiental en el transporte por carretera.
La UE, contraria a las bonificaciones españolas al diésel
La Unión Europea es contraria en este sentido al incentivo fiscal que se produce en España respecto al combustible diésel, que goza históricamente de bonificaciones que hacen que se grave con menos impuestos que la gasolina, abaratando su precio en las gasolineras y estaciones de servicio. A declaraciones a The Huffington Post, el presidente de la Asociación de Estaciones de Servicio de las Islas Baleares, Joan Mayans, ha asegurado “no saber nada” de esta próxima posible subida del diésel, aunque manifiesta su temor a que se apruebe en un próximo Consejo de Ministros mediante decreto urgente dado que no cree que el Gobierno “se arriesgue a perder 8.000 millones de ayudas. Es una mala noticia para todos”.

También en el sector del transporte han comenzado a alzarse voces críticas y de amenaza, por boca de momento de Fenadismer, la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España. La organización ya ha mostrado su completo “rechazo absoluto” a la medida, instando a los grupos parlamentarios a oponerse y amenazando ya incluso con movilizaciones si se confirmase finalmente.
Así afectaría la nueva tasa al precio del diésel en las gasolineras
Pero, ¿cómo nos afectaría realmente a los consumidores la aprobación de este nuevo impuesto al diésel? Desde Fenadismer aseguran que la subida supondrá un sobrecoste de hasta 10 céntimos por litro en el precio del diésel para equipararlo al de la gasolina, lo que representaría un incremento de nada menos que el 25 por ciento del impuesto actualmente vigente. La OCU por su parte va incluso más allá, realizando cálculos sobre cómo afectaría la nueva tasa y concluyendo que el litro de diésel sufriría un nuevo gravamen que, añadido finalmente el IVA de los carburantes, incrementaría su precio final en exactamente 11,33649 céntimos de euro por cada litro que repostemos en las gasolineras.
Estos últimos cálculos advierten pues que cada llenado de un depósito de combustible medio diésel en España, de 50 litros, se encarecería con este gravamen hasta 5,67 euros más por el llenado completo: un conductor medio que efectúe 15.000 kilómetros al año con su vehículo, tendría un sobrecoste final en combustible de hasta 102,03 euros adicionales cada año.

Hay que destacar también que la subida de la tasa de hidrocarburos para el combustible diésel prevista inicialmente por el Gobierno solo se ejecutaría como hasta ahora en la Península y en Baleares, no afectando por tanto a los conductores de Ceuta, Melilla y de las Islas Canarias, que mantendrían sus precios actuales. Asimismo, en esta subida fiscal estaría también excluido el denominado gasóleo B profesional, empleado por transportistas y agricultores, y el gasóleo C de calefacción, por lo que solo se aplicará al gasóleo A de automoción convencional. ¿Tendremos finalmente así malas noticias antes de Semana Santa? Las próximas horas parecen vitales…