La industria del automóvil en España está en pleno proceso de cambio. La electrificación, la falta de chips y semiconductores y el periodo de adaptación de las marcas de coches a la nueva norma anticontaminante Euro 7 son los tres principales condicionantes actuales del sector automotriz en nuestro país y todos ellos están empujando a los diferentes fabricantes a llevar a cabo diferentes estrategias.
Como telón de fondo, la industria del motor en nuestro país no es ajena a un gran fenómeno, que ya se plasma y tiene su repercusión real: el desembarco cada vez más masivo de las marcas chinas de coches. Según las estimaciones de diversos expertos y consultores, su presencia será cada vez mayor. De hecho, los datos oficiales de importación de vehículos ya muestran cómo las marcas chinas están ganando terreno a otros fabricantes de otros países, que han tenido cierto protagonismo a lo largo de los años en nuestro país.
Según los datos oficiales hechos públicos por la Asociación Nacional de Fabricantes (Anfac), las compras de vehículos de marcas chinas en nuestro país se han multiplicado por 20. En el caso de las importaciones, la importación de vehículos con origen de alguna marca de China ha experimentado un espectacular crecimiento del 1.906 por ciento en 2022 y ya es cuarto en cuota de mercado, sólo superado por Alemania, Francia y República Checa.
Según el ránking que ha elaborado Anfac sobre el Top 10 de países de origen de las importaciones de vehículos en nuestro país dentro del estudio ‘Balanza comercial de la automoción’, China ya supera a otros países que también han tenido cierta presencia en el mercado español, tales como Japón, Reino Unido, Italia o Corea del Sur.
El valor de las importaciones en España de vehículos de marcas chinas ha crecido desde los 68 millones de euros en 2021 a los 1.366 millones en 2022.
José López-Tafall, el director general de Anfac, ha analizado la situación actual del mercado español del siguiente modo: “El último año ha sido un ejercicio complejo para el sector de la automoción. Diferentes factores como la crisis de los microchips, los problemas de logística o el encarecimiento de los materiales han condicionado la actividad del sector, ya de por sí afectada por los efectos derivados de la crisis del coronavirus”.
La “revolución china” tiene a estas marcas protagonistas
MG (la antigua firma británica Morris Garages perteneciente al gigante SAIC Motor), BYD, Polestar y Lynk & Co (ambas, bajo el paraguas del gigante Geely, que a su vez es el máximo accionista de Volvo), Aiways (comercializada en nuestro país por el Grupo Astara) y DFSK son algunas de las marcas chinas que están empezando a ganar cierto protagonismo en el mercado español.
En el caso de la electrificación, China es un país que lleva ya apostando por este tipo de tecnología desde hace muchos años, antes que la mayoría de fabricantes europeos, japoneses y surcoreanos. Por otro lado, en muchos casos muchas de las marcas del gigante asiático están integradas dentro de grandes grupos automovilísticos que, a su vez, disponen de sus propias compañías especializadas en la fabricación de baterías para vehículos eléctricos. De forma paralela, muchas de las marcas también disponen de asociaciones y grandes colaboraciones con la mayor parte de fabricantes de chips y semiconductores que se producen a nivel mundial, de tal forma que en esta crisis de suministros a nivel mundial curiosamente las marcas chinas de coches han sido de las que mejor ha podido afrontar la situación de desabastecimiento.