Nada escapa a ojos de la DGT, o mejor podríamos decir a los ojos de todas las cámaras de las que dispone Tráfico para vigilar nuestras carreteras. Efectivamente, la Dirección General de Tráfico cuenta con todo un arsenal de cámaras de todo tipo que controlan en todo momento el comportamiento de los conductores, asegurándose que nadie tenga la tentación de pasar por alto las normas de circulación.
En total, actualmente la DGT dispone de un total de once tipos de cámara diferentes. Las más conocidas y numerosas son las de los radares, ya sean de tramo, fijos o móviles. Pero además de estas existen otras cámaras cuya función principal es vigilar que los conductores no cometen otro tipo de infracciones como no llevar puesto el cinturón de seguridad o saltarse un semáforo.
Cámaras de control de velocidad o radares
Cuando hablamos de cámaras de la DGT las primeras que nos vienen a la cabeza son los radares de velocidad. Son las más numerosas y por tanto las más temidas por los conductores. Y se encargan, como es obvio, de detectar a aquellos conductores que superan el límite de velocidad de una vía y hacer una foto al vehículo para emitir la correspondiente denuncia.
Los más numerosos son los radares fijos, que además están señalizados unos metros antes, al igual que los radares de tramo. Y se suelen ubicar en el arcén derecho de la carretera o en los pórticos, de tal forma que es fácil detectarlos. Como su propio nombre indica, están siempre localizados en el mismo sitio y funcionan las 24 horas del día, sin necesidad de la presencia de un agente.

La cosa se complica con los radares móviles. Primero, porque no están señalizados previamente. Y segundo, porque cambian de ubicación constantemente e incluso pueden viajar en el interior de un coche en movimiento. De ahí que sean con diferencia los más temidos por los conductores y los más efectivos. La única forma de detectarlos es gracias a los avisos de otros conductores, a través de algunas aplicaciones como Google Maps, Social Drive o Waze, entre otras.
Los radares de tramo, por su parte, y como ya hemos dicho, están previamente señalizados. Ubicados en pórticos o en el arcén derecho de la carretera, cuentan con un cinemómetro a la entrada del tramo y otro en la salida. El primero se encarga de leer la matrícula de un vehículo y grabar la hora de entrada, mientras el segundo hace lo mismo pero una vez finalizado el tramo. De esta forma, se puede saber la velocidad media a la que ha circulado en ese tramo. Si es superior a la establecida en esa vía, se emitirá la multa.
Cámaras de semáforo
Los radares de semáforo, también conocidos como foto-rojo, son cada vez más populares. Cuenta con dos cámaras de color que realizan dos instantáneas al vehículo. La primera, antes de la línea de detención y la otra una vez el vehículo haya atravesado completamente el paso y el semáforo siga estando en rojo. En ambas fotografías debe distinguirse la matrícula. A su vez, el sistema posee una cámara de infrarrojos, para así capturar la matrícula también por la noche. Se colocan en un soporte fijo a unos 25 metros de la línea de detención y la mayoría de las veces se avisan con una señal previa a llegar al semáforo.

Y recuerda que la sanción que establece la DGT por saltarse un semáforo en rojo y que te pille uno de estos radares es de 200 euros, sumado a ello la retirada de 4 puntos del carnet de conducir.
Existe otro tipo de cámara de semáforo que también puede vigilar la velocidad. De esta forma, puede multar tanto por saltarse un semáforo en rojo como por superar el límite de velocidad de la vía.
Cámaras de cinturón de seguridad
En los últimos años se han instalado un buen número de cámaras a lo largo y ancho del país para vigilar el uso del cinturón de seguridad. Llevan en funcionamiento desde la primavera del año 2017 y estos dispositivos son capaces de realizar una fotografía con la resolución suficiente para saber si estás haciendo o no uso del cinturón y multarte en caso de no hacerlo.
También son capaces de detectar si un niño menor de doce años viaja con el sistema de retención infantil adecuado o si estás hablando por el móvil.

Estos dispositivos son capaces de sacar hasta 50 fotografías por segundo y las imágenes se envían telemáticamente al centro de control de Tráfico de León, donde un agente comprueba si se está infringiendo alguna de estas normas. En caso afirmativo, se emite una denuncia al titular del vehículo para que identifique al conductor.
Cámaras de teléfono móvil
Similares a las cámaras de cinturón de seguridad, pero en este caso su función es detectar si estamos o no hablando por teléfono. Se instalan en arcos y pórticos de las autopistas y usan sistemas avanzados de visión artificial, junto con lentes de última generación para identificar de manera precisa si el conductor está haciendo uso de un dispositivo móvil mientras está conduciendo.
Son tan precisas que pueden detectar a un conductor con móvil a una distancia de hasta 500 metros, lo que significa que aunque soltemos el móvil unos metros antes, la infracción ya habrá sido detectada. Hay que recordar que el uso del móvil está penado con la retirada de 6 puntos del carnet de conducir.
Cámaras ITV
La DGT activó el año pasado un nuevo mecanismo que permite conocer qué coches de los que circulan por carretera cuentan o no con la ITV en vigor, para en este último caso proceder a notificar la sanción. Son en total 225 cámaras de control que ya hay instaladas tanto en vías convencionales como en vías rápidas, y que actúan leyendo las matrículas para comprobar el estado real.

Circular con la ITV caducada supone una multa económica de hasta 200 euros, obligando incluso a pasar la inspección inmediatamente a todos aquellos vehículos que no la tengan y no estén dados de baja.
Cámaras de control de acceso a zonas restringidas
La llegada de las Zonas de Bajas Emisiones, ZBE, ha puesto de actualidad estas cámaras, cuya función es controlar el acceso a determinadas zonas urbanas con restricciones.
Capaces de saber todos los vehículos que pueden o no circular por determinados lugares, en el caso de que un vehículo accede sin autorización o sin aparecer en el registro de vehículos con permiso para ello, será reportado por la cámara y posteriormente sancionado.
Cámaras de vigilancia o lectoras de matrículas
Su función es meramente estadística y no de sanción. Realizan un control estadístico sobre los coches y vehículos de transporte que pasan por una zona o supervisan el tráfico en tiempo real. Son muy habituales en los arcos y pasarelas de nuestras carreteras, aunque también en las zonas urbanas.

Esta información sirve a los agentes de la DGT para controlar el flujo del tráfico y revisar situaciones de congestión en la entrada y salida de las ciudades. Eso sí, estas cámaras de vigilancia también pueden grabar determinados comportamientos ilegales y reportarlos a la DGT.
Cámaras de emisiones
Aunque de momento son las etiquetas de la DGT las que determinan el acceso a las Zonas de Bajas Emisiones, próximamente serán los denominados radares de emisiones los que cumplirán esta función. En España ya se están probando en algunas ciudades como Madrid, pero ya están en funcionamiento en otros países de la Unión Europea. Es posible que lleguen a nuestro país a partir de 2025.
Estos nuevos radares o cámaras son portátiles y miden el nivel de emisiones de cada vehículo en tiempo real y al instante. Su sensor hará un análisis del monóxido de carbono, de los hidrocarburos y de otras sustancias contaminantes que emite cada vehículo.
Su cámara está dotada con infrarrojos y ultravioletas que identifican a la vez la matrícula del coche o moto, permitiendo conocer todos sus datos y su historial gracias a los datos de la Dirección General de Tráfico o los registros de cada ayuntamiento.