Buenas y malas noticias para los propietarios de coches en este final de año 2025. Si la última semana nos ha dejado la importante noticia de que la Comisión Europea flexibilizará la norma que preveía ya prohibir el vehículo de combustión, permitiendo finalmente su venta más allá de 2035, en España el Consejo de Ministros ha cerrado el ejercicio con otra importante novedad para los modelos eléctricos e híbridos enchufables.
Así, por sorpresa, un nuevo Real Decreto Ley ha aprobado prorrogar en 2026 los incentivos fiscales a particulares y empresas, manteniendo la deducción del 15% en el IRPF para la compra de vehículos eléctricos e híbridos enchufables (PHEV), así como para la instalación de puntos de carga. Grandes noticias como decimos para impulsar este tipo de movilidad, pero que, sin embargo, se combinan con nuevas informaciones que seguimos conociendo y que penalizarán sin embargo al propietario de vehículos diésel y gasolina en España.
El nuevo impuesto al diésel, ¿una realidad ya en 2026?
Y es que, tal y como te venimos contando en los últimos días, el impuesto al diésel, una iniciativa en la que el Gobierno lleva trabajando años sin haberlo podido aprobar hasta ahora, amenaza de nuevo con encarecer enormemente a lo largo de 2026 el litro de gasóleo en España. Según apuntan los principales medios económicos del país, la Comisión Europea sigue apretando para que el Ejecutivo apruebe esta tasa como exigencia para recibir nuevos fondos de ayudas comunitarias.
De hecho, el propio ministro de Economía de España, Carlos Cuerpo, ha confirmado en las últimas horas que el Gobierno no renuncia a lo que en la práctica sería una equiparación fiscal de combustibles, eliminando las bonificaciones históricas al diésel para igualar o elevar su precio respecto a la gasolina. Incluso se apunta ya a una posible nueva reforma fiscal que incluiría esta exigencia promovida desde Bruselas.
Para los propietarios de coches diésel, que hay que recordar que se estima que todavía son el 60% prácticamente de los vehículos en circulación en España, la aprobación de este impuesto supondría ya, según los primeros cálculos, un incremento en el litro del gasóleo de entre 7 y 11 céntimos de euros. La retirada de la bonificación, por tanto, encarecería en hasta un 25% su coste.
La OCU ha llegado incluso a realizar una estimación del sobrecoste que supondrá para un propietario de coche diésel particular, calculando un precio de hasta casi 6 euros más por llenado en un vehículo medio, lo que significaría pagar más de 102 euros de más al año en combustible. Peor serían las previsiones lógicamente para los transportistas profesionales, ya que un depósito de 1.000 litros de un camión pasaría de costar 1.420 euros a 1.530 €, hasta 110 euros más en cada llenado.
Nuevas tasas a los coches diésel y gasolina por circular por las ZBE
Pero, como hemos anticipado al inicio, no será este el único impuesto que puede llegar a los propietarios de vehículos diésel en España. La nueva Ley 9/2025, de 3 de diciembre, de Movilidad Sostenible, ya aprobada y publicada en el Boletín Oficial del Estado el 4 de diciembre y vigente desde el pasado 5 de diciembre de 2025, promueve desde el Gobierno la opción de que los ayuntamientos impongan nuevas tasas a los vehículos no solo diésel, sino también gasolina, por circular por las Zonas de Bajas Emisiones.
Esta iniciativa la engloba el Gobierno dentro de un marco normativo que busca reducir la contaminación urbana, habilitando para ello a los ayuntamientos, que son los responsables de decidir las políticas de las ZBE en sus ciudades, a imponer nuevas tasas para la circulación de los vehículos de combustión, para limitar su uso de modo que se incentive la compra y propiedad de coches con etiqueta ECO y Cero Emisiones.
Esta nueva norma jurídica añade oficialmente una letra v) al apartado 3 del artículo 20 del Texto Refundido de la Ley Reguladora de las Haciendas Locales, autorizando así textualmente ya a las entidades locales a gravar la circulación de vehículos que superen los límites o categorías máximas permitidas en las Zonas de Bajas Emisiones, pudiendo determinar de manera autónoma la cuota tributaria aplicable a cada vehículo para tratar de limitar el uso de los más contaminantes.
Desde el Gobierno, aun así, se da una recomendación recogida en esta misma Ley 9/2025 ya aprobada, que es la de utilizar como valor de referencia para este nuevo impuesto de circulación el coste que habría tenido que pagar un coche diésel o gasolina su hubiese estacionado en un aparcamiento público. El propio director de la DGT, Pere Navarro, confirmó hace solo unos días que el objetivo del departamento de tráfico para los próximos años es sacar a los vehículos del centro de las ciudades: “No queremos coches en el centro de la ciudad. Tenemos un debate abierto con las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), porque con el coche eléctrico parece que pueden entrar en el centro de la ciudad, pueden aparcar gratis además... y no, el problema es de espacio, no queremos coches en el centro de la ciudad, no rellenar aquello de coches eléctricos y tener otra vez el problema de la congestión, pero esta vez con coches eléctricos”.
